La Selección Colombia tiene un equipo titular y otro suplente. El titular empieza en Ospina y, ahora, termina en Duván Zapata, pasando por Mina, Dávinson, Barrios, James... El suplente, que le ganó a Paraguay 1-0, comenzó por Montero y finalizó en Falcao, pasando por Lucumí, Cuéllar, Cardona y Díaz. No hay que tenerle miedo a decirles suplentes a los suplentes, por bien que hayan hecho su trabajo.
Tampoco hay que tenerle miedo –aunque toque tragar saliva y se sienta mal decirlo– a que Falcao es hoy suplente de Duván. A las pruebas de las alineaciones contra Catar y Paraguay me remito. Que puede ser inicialista en cualquier momento, pues claro, es obvio. Falcao es una fiera, y su sola presencia es peligro de gol.
Pero, también es cierto que hoy, entre los primeros nombres que el técnico escribe en el tablero en la charla táctica está el de Duván Zapata, el goleador del equipo en esta Copa por sus anotaciones contra Argentina y Catar, y no el del capitán. Así está la cosa de Catar a Paraguay. Del Toro al Tigre.
No hay que tenerle miedo a reconocer, una y otra vez, que James Rodríguez es el mejor jugador de Colombia, que es superior, en nivel y clase, a los demás; que su calidad y su personalidad hacen que él le dé al equipo profundidad, otra velocidad e intensidad ofensiva. James es el más crac de todos. Este domingo, en el ratico que jugó, hizo la diferencia que no logró marcar ningún otro.
No hay que temerle a que Colombia esté consolidando su nuevo plan táctico y sus nuevas formas en el campo. El 4-3-3, madre de los titulares, Queiroz lo repitió con los suplentes. El estilo fue el mismo. Defensa bien adelantada, presión en campo rival e intensidad de juego; laterales adelantados, apertura de campo en las bandas y juego por dentro; muchos pases largos, tras dos cortos. Tampoco hay que espantarse porque sea un equipo aguerrido en defensa, solidario en el regreso y en las tareas de doblajes de marcas, relevos y escalonamientos defensivos.
Un detalle que no es menor: a Colombia no le han hecho gol en los tres partidos que lleva en esta Copa. ¡A Colombia no le han hecho gol en seis de los siete partidos que ha dirigido Queiroz, contando los amistosos! Y los dos que recibió se los hizo completicos el portero Iván Arboleda, contra Corea del Sur, a finales de marzo pasado.
Un detalle que no es menor: a Colombia no le han hecho gol en los tres partidos que lleva en esta Copa
Tampoco hay que tenerle miedo al VAR. Les dio reversa de manera correcta a dos jugadas de las que Colombia sacaría provecho. El video-asistente arbitral acertó en las jugadas de Luis Díaz. En la primera, que terminó en gol tras gran control del delantero, reveló que hubo mano. Podría interpretarse que fue producto de un rebote de su pie, pero es claro que no fue eso: con el brazo acomodó el balón, que se le elevó porque lo paró mal. Y lo hizo para anotar. Prohibición reglamentaria.
Y en la segunda, que el juez peruano Víctor Carrillo creyó penalti por supuesta falta, tan solo en la primera repetición se vio claramente que el defensa no tocó a Díaz, quien, en cambio, lo tropezó en su caída.Y a lo que menos hay que tenerle miedo es a comerse el cuento. A creerse lo que hay y lo que se tiene.
Colombia firmó su candidatura a pelear por el título con tres victorias en tres juegos, sin recibir un solo gol.El viernes habrá que jugar contra Chile o Uruguay en un partido que no tendrá empate, mano a mano, sin cobardías. Frente a frente para ellos y para los colombianos. Será como meterse a una jaula a quitarle las manchas a un leopardo o a otra con la misión de peinar a un león. Pero Colombia irá sin miedos, sin temores, aferrada a sus modos y maneras, para pelearlo todo sin ningún temor.
GABRIEL MELUK
Editor de Deportes
@Meluklecuenta