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‘Hay que hacer cursos de vivos, no de árbitros’... (Opinión)

Lo ocurrido con Messi en el partido por el tercer lugar de la Copa América amplió la polémica.

Jorge Barraza
A las diez de la noche del sábado, cuando todavía seguían ardiendo las brasas del Argentina 2-Chile 1 y el continente continuaba discutiendo las disparatadas decisiones del árbitro paraguayo Díaz de Vivar (que no es de vivar precisamente), Messi ya estaba en su casa de Rosario descansando.
Pero antes de subirse a su avión particular lanzó una segunda granada sobre el cielo de la Conmebol: “Perú tiene equipo, pero está todo armado para Brasil, que maneja todo en la Conmebol... No fui a buscar la medalla porque no quiero ser parte de esta corrupción”. Su primer bombardeo había sido después del Brasil-Argentina, cuando dos jugadas de flagrante penal en el área brasileña no solo no fueron sancionadas, ni siquiera se pidió revisión mediante el VAR. Eso, en un torneo donde se advirtió hasta el cansancio que todo sería revisado con el VAR, y que este sería inflexible. Efectivamente, se anularon goles por un pelo en fuera de juego, pero dos penalazos no merecieron revisión.
La gota que rebasó el dique fue la expulsión del propio Messi ante Chile, quien no solo no la mereció, intentó evitar confrontar con Medel lo máximo tolerable. Cualquier otra cosa hubiese sido renunciar a su hombría y su dignidad. Messi dio un mínimo toquecito con la mano en la espalda de Medel, que se volvió hecho una fiera, como si le hubiesen matado la madre, el padre y los hermanos. Pechó reiteradamente a Messi, y este, tratando de no retroceder, esquivaba los pechazos sin responder y con los brazos en alto en clara actitud de no pelea. ¿Qué más podía hacer para evitar una sanción...? ¿Darse vuelta y salir corriendo...? ¿Eso le hubiese alcanzado a Díaz de Vivar para no expulsarlo...? Es difícil encontrar en el fútbol un jugador más correcto que Messi. Pero, evidentemente, el juez Díaz de Vivar lo consideró un reo merecedor de tarjeta roja, lo mismo que al descontrolado Medel, que se fue del estadio arrojándoles un chicle a hinchas que lo insultaban. Messi lleva tres copas América recibiendo patadas de Medel sin chistar. En esta al menos se plantó.
Díaz de Vivar tampoco consideró expulsión un alevoso planchazo de Pulgar a Paredes que era de tarjeta negra. Ni la violenta patada de atrás de Isla a Lo Celso, en la que ni siquiera cobró falta. Un antiguo dirigente de la Conmebol, cuando le venían a proponer un curso de árbitros, decía con fastidio, también con una cuota de humor: “Hay que hacer cursos de vivos, no de árbitros, si estos son todos bol...”.
Si a Díaz de Vivar le parece que Messi merecía expulsión en esa jugada, por más cursos que tome... La Conmebol se recibe este bombazo de Messi también por falta de criterio. Si designa al pulposo Roddy Zambrano para un Brasil-Argentina y se le arma un escándalo, tiene que saber absorber las críticas. Se le explotan las bombas en la mano. Si luego le encarga Argentina-Chile a Díaz de Vivar, es su culpa. Es como llevar un carro de dinamita por el empedrado.
El exréferi internacional chileno Rubén Selman, hoy comentarista del diario La Tercera y de Televisión Nacional de Chile, hombre de probadísima imparcialidad, destruyó a Díaz de Vivar apenas finalizó el encuentro por el tercer puesto. Y no apuntó al descriterio, fue más allá: “Expulsa a Messi de manera increíble y no expulsa a Pulgar, que sí debió haber sido echado. Es un tipo que no sabe manejar los tiempos del arbitraje. No tiene carácter, personalidad ni autoridad. Realmente es una vergüenza. La mano negra de la Confederación nuevamente está en los torneos”. No se quedó ahí: “La influencia de la Confederación Suramericana para designar este árbitro paraguayo para el partido del tercer y cuarto lugar entre Argentina y Chile es realmente vergonzosa. Acá se nota la mano oculta de la Confederación. Un árbitro que sin méritos para dirigir este tipo de partidos está siendo un desastre”.
Chile armó una insólita guerra desde el minuto inicial del encuentro, protestando todo, generando un clima hostil en un partido que Argentina lo jugó tranquilo. Cada fallo, así fuera un saque lateral, era un arremolinamiento de jugadores rojos con reclamos al juez e insultos a sus colegas argentinos. Una agresividad realmente extraña porque parecía provenir del camarín, no producto del juego. “Un Chile descontrolado”, opinó El Mercurio, de Santiago. “Un Chile maleducado”, escribió La Tercera. Justamente, uno de esos conatos injustificados lo aprovechó Messi para generar la apertura del marcador. Seis jugadores del bicampeón se amontonaron a protestar una falta (que había sido) desentendiéndose de defender; Messi se avispó, la pelota estaba en el piso y metió un brillante pase en profundidad para Agüero, quien eludió a Arias y convirtió. Eso enardeció más a los chilenos, sobre todo a Medel, que estaba fuera de sí. Medel alcanzó el sábado el negativo récord de ser el futbolista con más expulsiones en toda la historia de la selección chilena: cinco. El Pitbull es un jugador fantástico, también víctima de su propio personaje. Cree que puede ir pegándole patadas a la vida.
Díaz de Vivar consultó al VAR para conceder un penal a Chile (hubo infracción de Lo Celso, aunque no quedó del todo claro en la cámara de la televisión si había sido dentro del área, pero no se protestó); sin embargo, no quiso revisar la jugada de la injusta expulsión de Messi, aunque se lo rogaron los jugadores argentinos. Las expulsiones son uno de los motivos de accionar del VAR.
El VAR, insistimos, es una herramienta maravillosa. Pero este de la Copa América, como también el de la Libertadores, es un VAR a la criolla, se usa sin sentido común o bien a la medida de las conveniencias. “O tal vez haya que quitarlo en Suramérica hasta tanto aprendan a usarlo”, comentó un colega. Nos quedamos con la frase de un réferi que comparte con nosotros el hotel en Río: “La final era para Wílmar Roldán, como el Brasil-Argentina y el Argentina-Chile también eran para Wílmar, pero uno solo no puede dirigir toda la copa. Están faltando jueces de calidad”.
Díaz de Vivar, Zambrano y los otros seguirán yendo a hacer cursos de árbitros, pero el criterio no se aprende en un curso.
Último tango...
JORGE BARRAZA
Para EL TIEMPO
En Twitter: @JorgeBarrazaOK
Jorge Barraza
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