Es difícil encontrar un técnico con tanto contraste entre los resultados obtenidos y las críticas que recibe como Carlos Restrepo, el seleccionador nacional sub-20. Hoy, como hace dos años, como hace cuatro, como le pasó en 1992, al ‘Piscis’ le han dado con todo por el funcionamiento de sus equipos.
“Que no encuentre los jugadores, que haya dudado demasiado en los relevos, que se muestre una escuadra muy lenta en el tránsito y corta en reacción, que se produzca un divorcio entre la zona de volantes y el ataque, que no se exhiban alternativas en disparos de pelota quieta... Muchas dudas”. La frase no es de hoy. La escribió Víctor Rosas, redactor de este diario, en septiembre de 1992, después de que el ‘Piscis’ consiguió la clasificación al Mundial de Australia.
“Si se midiera por objetivos, Colombia cumple hasta el momento en el Suramericano Sub-20 luego de inscribirse anticipadamente al hexagonal final. Pero en fútbol, la Selección no termina de aprobar”. Esta tampoco es de hoy: es de enero del 2013. Y hay más ejemplos.
¿Cuál es la gracia del ‘Piscis’, entonces? Está claro que sus equipos no gustan. Pero este es el cuarto Suramericano en que dirige. En los tres anteriores clasificó al Mundial y en este ya obtuvo la clasificación al hexagonal final.
¿Será solo suerte? Quién sabe. Pero a los técnicos los sostienen los resultados. A su antecesor, Eduardo Lara, le aguantaron, gracias al título suramericano de 2005, los fracasos de 2007, 2009 y 2011. A su estilo, con paciencia para aguantar palo, el ‘Piscis’ parece salirse con la suya otra vez...
ORLANDO ASCENCIO
Subeditor de Deportes
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