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Meluk le cuenta... (Al cáncer hay que combatirlo rápido)

Meluk le cuenta... (Al cáncer hay que combatirlo rápido)

Que ni por negligencia ni por no darle importancia, nos haga metástasis la corrupción ya vivida.

Ocurría en los años noventa, cuando yo era un recién llegado a la sección de Deportes de EL TIEMPO (¡el siglo pasado, ups!). Todos los lunes a eso de las 11 de la mañana timbraba el teléfono de mi escritorio. Siempre hablaba el mismo hombre. Un tipo de voz gruesa y acento paisa muy arrastrado.

“Usted me puede decir si la asistencia en Ibagué fue de 4.000 o 4.500 aficionados. Es que en el radio dijeron que era 4.000 y en las síntesis de ustedes dicen 4.500”, preguntaba, por ejemplo. Su cuestionario podría seguir con: “¿El gol en Armenia fue a los 15 o a los 16 minutos, que ustedes dicen 15 y la radio dijo 16?” y terminar con: “¿La primera roja fue la de Medellín o la de Bogotá?, porque ambas aparecen a los 27 minutos”. Y así más cosas por el estilo.

Volvió a ser lunes, volvieron a ser las 11 en punto de la mañana, volvió a sonar el teléfono y volvió a hablar el tipo de acento paisa. Antes de que hiciera su primera cuestión le dije con una ingenuidad que rayaba con la bobada: “Oiga, hermano, ¿por qué siempre nos llama para hacer esas preguntas?”.

–Mirá, ‘pelao’. Lo que pasa es que nosotros tenemos una barrita de amigos muy hinchas que, de gomosos y por pasar el rato, les apostamos a los partidos y tenemos como regla que las síntesis de EL TIEMPO son nuestra ley para definir y como en el radio dicen una cosa, a veces, pues uno no sabe si ustedes se equivocaron...

¡Qué susto!

Este domingo, el presidente de la comisión arbitral, Jorge Armando Otálora, reveló que hace unos meses un árbitro del panel de la Liga profesional fue contactado por unas personas que le propusieron ser ‘parte de una red de apostadores’ para amañar resultados de partidos. Grave, muy grave. ¡Gravísimo!

Esto es un cáncer –tal cual–, que entre más temprano se detecte y se combata, pues es mejor. Digamos que, como contó Otálora, solo ha sido este caso. Cuando se descubre un tumor, por pequeño que sea, hay que tratarlo de una, de frente y con firmeza.

Evidentemente, la pesadilla es no saber si esto ha ocurrido con otros jueces. La duda, que carcome, es que otros hayan cerrado la boca y abierto los bolsillos.

Por eso, si hay aunque sea una manzana podrida hay que detectarla rápido antes de que pudra todo el barril. Ante este cáncer es preferible pecar por exceso que por defecto. Pero sin crear falsas alarmas ni exagerar sucesos ni declarar estados de conmoción. Ante todo, mucha calma.

Por eso, los habría, los sería, los supuestos y los presuntos simplemente no caben. Son peligrosos, alarmistas, fatalistas y facilistas. El tema es muy delicado.

Hoy solo hay un hecho admitido, solo uno, el revelado por Otálora en este diario, y ese solo suceso es más que suficiente para actuar ya. Que ni por negligencia ni por no darle la importancia debida, nos haga metástasis la corrupción como ya nos pasó en los años del evidente ‘narcofútbol’. Ya la Policía recibió la información y está investigando. La Fiscalía debe meterse en el asunto.

No vivimos en el país de las maravillas y cerrar los ojos es lo peor. A este cáncer hay que atacarlo ya.

Meluk le cuenta…

GABRIEL MELUK
Editor de Deportes
@MelukLeCuenta

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