Los resultados mandan en el fútbol. Por eso, Colombia está hoy en la peor hora desde que José Pékerman asumió la dirección técnica hace 4 años y medio: es sexta en la tabla de la eliminatoria (está parcialmente eliminada del Mundial de Rusia), perdió 3-0 con una Argentina que tuvo a Messi, al mejor del Mundo, en tres jugadas que liquidaron el partido. Argentina no fue gran cosa. Messi goleó y punto.
A Messi, repito, a Messi, al supercrack del planeta, lo ‘marcaron’ –¡eso es un decir!– Barrios y Álvarez Balanta. Eso es todo: como cuando Gustavo Bolívar lo marcó en Barranquilla no sin antes decir que Messi era “un jugador común y corriente”. Esa es la diferencia entre Argentina y Colombia. Aquí no hay más. No tenemos más. Ese cuento de que tenemos como cien jugadores para armar ocho selecciones diferentes es carreta patriotera. Y de remate, el DT decide dejar a Abel calentando banca repitiendo la misma metida de pata del Mundial contra Brasil.
El partido quizás no estaba mal planteado con 5 volantes, pero si mal alineado por ese bancazo a Abel y dejándole la responsabilidad de celar a Messi a un suplente de Boca y a un central improvisado de lateral.
Barrios, como en los Olímpicos, cometió una falta imperdonable antes de los 10 minutos. En los Juegos el que pateó fue Neymar. Gol. Anoche fue Messi. Golazo. Darles un tiro libre a borde de área a estos monstruos es como hacer un penalti.
Con la bellísima anotación de Messi, con el 1-0 a los 10 minutos el partido ya estaba perdido, pues Colombia con un James luchador, pero nublado; un Cuadrado valiente y alegrón, pero con el filo de un cuchillo de plástico, y un solo cabezazo de Falcao estaba derrotada. Un cacareo repetido: hoy no hay cómo hacer un gol.
Luego, Messi les hizo pasar penas a Balanta y a Barrios, y Dávinson (¡muy bichecito!) le regaló el 2-0 a Pratto. A los 22 minutos todo estaba consumado.
Para el segundo tiempo, Macnelly entró y fue el mejor de Colombia con su empuje y su juego, pero cuando Copete relevó a Daniel Torres (¡un debutante para salvar la patria!), Pékerman retrasó a Macnelly que así perdió su influencia. Y Copete, pues... fue Copete.
Para completar, faltaba el regalo de Jeison Murillo de cada día: le dejó el balón a Messi que lo pasó a Di María y 3-0.
El fútbol es tan irónico que quizás en el partido en el que Colombia tenía un buen plan táctico y en el que mostró más asocio, tenencia y volumen de juego (especialmente en el segundo tiempo) terminó reventado. En el fútbol los resultados mandan y los últimos de Colombia son muy malos, tanto que hoy está eliminada del Mundial.
Como el año pasado a esta misma altura, lo mejor es que no se juega más y el próximo partido será en 4 meses, tiempo para ver si los jugadores levantan su nivel y el DT se inventa algo para rescatar el ataque y lograr los puntos.
Meluk le cuenta…
GABRIEL MELUK
Editor de EL TIEMPO
En Twitter: @MelukLeCuenta
Comentar