Nairo Quintana saldrá este sábado a la etapa definitiva del Giro de Italia con la camiseta rosada de líder, la que recuperó este viernes, tras el mal día del exlíder, el holandés Tom Dumoulin, quien perdió en meta un minuto 9 segundos y quedó de segundo en la general a 38 segundos del boyacense.
Este viernes, hubo batalla, pero más que por ataques, Dumoulin cedió terreno por el impresionante paso que pusieron en el grupo los gregarios de Nairo en el Movistar y los de Vincenzo Nibali en el Bahrain.
La jornada comenzó movida. En el primer descenso, el líder se ubicó mal y Nibali, Nairo, Thibaut Pinot e Ilnur Zakarin, para hablar de los hombres que pelean el título y el podio, se pellizcaron, lo atacaron y lo pusieron contra las cuerdas.
Dumoulin, una vez más, cogió su paso, encontró la mano amiga de los hombres del conjunto Lotto de Steven Kruijswijk y más adelante conectó, lo que le devolvió la tranquilidad, pero no se veía bien.
En el premio de montaña final, en el Piancavallo, de 15 kilómetros, Dumoulin cedió, se quedó, no pudo aguantar el paso que impusieron sus rivales que, sin atacar, solo con apretar el acelerador, hicieron que el holandés pagara su esfuerzo de la carrera.
Mientras Mikel Landa coronó en solitario, ganó la jornada y se sacudió de las dos etapas anteriores en las que entró de segundo, atrás la batalla era dura, resistir el paso del grupo era lo ideal.
Este sábado, el Giro está en la etapa del ‘sálvese quien pueda’, el corredor que no tenga algo en el tanque de reserva y pierda la rueda, pues será eliminado.
Los cuatro primeros de la general están en una diferencia de solo 53 segundos y, eso, con las fuerzas minadas a esta altura, pues conlleva a que la carrera sea mucho más difícil y tenga un desarrollo y una conclusión inesperada.
Por eso es que hay que correr con inteligencia, pensar con cabeza fría y tener conciencia de lo que puede hacer, no de lo que debe hacer. Ninguno de los favoritos ha demostrado que tiene más que el otro. Este viernes, Pinot lanzó un ataque a falta de pocos kilómetros para la meta, pero solo descontó 12 segundos.Y el ruso Zakarin también trató de irse, pero la diferencia fue poca.
Nairo no atacó, solo respondió a un ramalazo de Nibali, de resto, quieto, pendiente de los movimientos de sus contrincantes, lo que significa que el Giro, a esta altura, es una carrera de eliminación. ¿Quién cederá su lugar?
El italiano Vincenzo Nibali la tiene clara, fue, tal vez, de los sobrevivientes de la competencia, quien habló de frente. “Esto es lo que tenemos, estas son las fuerzas con las que llegamos. Las fuerzas y el nivel fueron las que vimos en la etapa de hoy (viernes)”, dijo.
Para nadie es un secreto que 38 segundos de diferencia de Nairo sobre Dumoulin no es la más indicada para ganar la prueba.
Se sabe que Quintana debe sacar, como mínimo, este sábado, un minuto 30 segundos o dos minutos para llegar a la contrarreloj de mañana de 29,3 kilómetros, en la que Dumoulin es el gran favorito, con una opción de pelear el título.
Nibali y Pinot también jugarán sus cartas, son otros que buscarán sacar diferencias, porque Dumoulin tiene con qué bajar el telón del Giro y llevarse el título.
Con las diferencias tan cercanas entre los favoritos, cualquiera puede llegar a ser el campeón, así como cualquiera de ellos puede quedar fuera del podio, por eso este sábado la etapa será dura, no solo por su trazado, sino porque no se sabe quién aguantará el ritmo y quién se despedirá de la pelea por el título.
LISANDRO RENGIFO
Redactor de EL TIEMPO
En twitter: @LisandroAbel
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