La jornada de este miércoles de la Vuelta a España para Colombia tuvo alegrías y tristezas. Los 187,4 km sirvieron para que el boyacense Miguel Ángel López (Astana) celebrara su primer triunfo parcial en una carrera de tres semanas y para que Esteban Chaves cediera tiempo, pasara al tercer lugar de la general y entregara la opción de ganar la carrera.
La más importante, que en el lote no hay nadie más fuerte que el líder, Chris Froome. Este miércoles, sin ningún ataque, con movimientos solo para controlar a sus rivales, se quitó de encima a Chaves, a Nicolás Roche y a Tejay van Garderen, quienes no encontraron el pedaleo ideal y perdieron tiempo y la lucha por el título.
Froome aprovechó que corrieron para él y ya se alejó, el italiano Vincenzo Nibali ahora es segundo a 1 min 17 s, Chaves salvó el podio, pero quedó a 2 min 33 s.
Al colombiano le quedará pelear por el podio, una tarea difícil, pues sus escoltas están muy cerca. El octavo es Michael Woods, a quien supera por solo 38 s, de ahí para adelante las diferencias son mucho más cortas.
El problema no solo son los pocos segundos que tiene a su favor, el mayor inconveniente es que Chaves no se vio bien este miércoles. En el primer ascenso perdió el ritmo del lote de Froome, lo que indica que su estado de forma no es el ideal.

Esteban Chaves, ciclista colombiano.
Prensa Orica
Esa es la realidad. Llegaron los ascensos largos y Chaves no respondió. Hay que admitir que Froome está mejor, que preparó su asalto al Tour y Vuelta y, hasta el momento, ha cumplido. Chaves seguirá en la lucha, buscará quedarse en el podio, pero David de la Cruz, Wilco Kelderman, Ilnur Zakarin, Fabio Aru y Woods también están en la misma y ayer respondieron mejor.
Falta mucha carrera, más llegadas en montaña, su terreno, pero la contrarreloj de 40 km va en contra de Chaves, por lo que la pelea no será fácil.
Froome tiene todo a favor, solo un percance o una enfermedad impedirían que ganara la Vuelta.
Lo de López, sensacional. Con su victoria, la 31 de Colombia en la ronda, el boyacense le dio una cachetada a su mala suerte. El año pasado se estrenó en la Vuelta, pero se retiró por caída. En noviembre se fracturó la tibia de la pierna derecha, se recuperó, pero el piso lo recibió en la Vuelta a Suiza, cuando defendía el título, y se golpeó la cara y se fracturó el dedo pulgar.
López, a quien le dicen Supermán, será figura de acá en adelante. Ya es décimo, pero tiene un problema: trabaja para Aru, que es séptimo. El italiano tampoco se vio bien ayer, y por lo que falta, es muy seguro que el colombiano pase a liderar el Astana, pues es mucho más fuerte en la montaña.
Este jueves, 160 km, con dos pasos montañosos, el último, a 18 km de la meta.
LISANDRO RENGIFO
Redactor de EL TIEMPO
En Twitter: @LisandroAbel
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