Egan Bernal, de 22 años, consiguió la máxima proeza del ciclismo colombiano en su historia: ganar el Tour de Francia, el evento más importante del mundo en este deporte. Estas fueron las razones.
Egan Bernal fue el ciclista que supo actuar en los momentos claves. Supo dosificar sus fuerzas y gastarlas en las ocasiones en las que tuvo que hacerlo. En la primera semana se resguardó, dejó que otros hicieran el trabajo y siempre estuvo cauteloso. Salió airoso de la pérdida de tiempo, de las fugas y de los abanicos. En la segunda semana en la contrarreloj individual no le fue bien, pero tampoco cedió mucho terreno. Y en la tercera parte se destapó, hizo su trabajo, demolió a sus rivales en la montaña y ganó el Tour.
2. La tácticaEl equipo Ineos llegó al Tour con dos colíderes: Egan y su compañero y campeón del año pasado, el galés, Geraint Thomas. Durante la carrera la idea fue que no estuvieran muy separados, que ambos se convirtieran en amenazas para que sus rivales se preocuparan de dos ciclistas y no de uno solo. Esas cartas se destaparon en la etapa del viernes que no tuvo final por el tema de la cancelación del último ascenso, pero solo hasta ese momento no se sabía quién era el líder, quien tenía las mejores piernas para rematar la competencia. El elegido, Bernal, que terminó de la mejor forma y se sintió mejor.
La ausencia de un verdadero líder del Tour, un Chris Froome o un Tom Dumoulin, abrieron las puertas para muchos candidatos al triunfo final, pero en la tercera semana quedaron pocos. Romain Bardet, Nairo Quintana, Jakob Fuglsang, Vincenzo Nibali, Richie Porte y Adam Yates llegaron a la semana definitiva perdiendo el Tour, con mucho tiempo perdido y los que quedaron no tuvieron el ahorro de energías posible para rematar mejor la carrera, algo que Bernal guardó y utilizó en los días definitivos. A Julian Alaphilippe se le acabaron las fuerzas en los Alpes, montañas en la que el colombiano atacó y descontó el tiempo para acomodarse en el primer lugar de la general. El viernes, mientras Bernal protagonizaba su faena, Thibaut Pinot, el ciclista que más atacó en la carrera y uno de sus grandes enemigos, veía el final de la fracción en el hotel, por televisión, debido a su retiro. Steven Kruijswijk no estuvo a la altura en la semana definitiva.
Es increíble que Bernal, de tan solo 22 años, supo manejar la presión, controlar sus emociones, ganarle el partido a la ansiedad. Se mostró como si tuviera tres o cuatro Tour de Francia encima. Tuvo cabeza fría para analizar y actuar en los momentos definitivos. Bernal demostró madurez, solidez, inteligencia. Supo leer la carrera y tomar decisiones en los momentos claves. Dosificó sus fuerzas, guardó energías y explotó ese ahorro en el jueves y viernes para subir en la general.
5. El respaldoBernal tuvo en su técnico, Nicolás Portal, a su hombre de confianza desde el carro. Siempre siguió las indicaciones que le daba. Y en el lote, su gran respaldo fue Thomas, quien con su experiencia fue el estratega en carretera. El ciclista de Cundinamarca supo responder a esa confianza que le dieron en el equipo, gracias a su juventud, a las condiciones que tiene, a sus capacidades y a una madurez que raya en lo increíble cuando apenas tiene 22 años.
LISANDRO RENGIFO
Redactor de EL TIEMPO
@lisandroabel