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Ciclismo

Colombia: mucho ruido y una desilusión en el Mundial de ciclismo

Nairo Quintana, ciclista colombiano.

Nairo Quintana, ciclista colombiano.

Foto:Prensa Fedeciclismo

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Había opciones de ser podio en la competición, pero Urán y Henao no respondieron.

El ciclismo colombiano perdió este domingo una buena oportunidad de hacer historia, en la prueba élite de los hombres del mundial de ruta sobre 258,2 kilómetros en Innsbruck (Austria), con rampas duras, porque los dos llamados a responder no lo hicieron, un resultado que dejó un sabor agridulce en el país.
Sergio Luis Henao se descolgó a 23 km de la meta, y Rigoberto Urán no aguantó el fuerte paso en los tramos finales.
El mejor, en el puesto 15, fue Nairo Quintana, de quien se esperaba que pudiera sorprender pese a no ser especialista en carreras de un día. Y fue así, pues alcanzó a llegar a un minuto 21 segundos del campeón, el español Alejandro Valverde, y a 6 h 46 min 41 s de la plata, el francés Romain Bardet. El el canadiense Michael Woods fue bronce.
Si bien se sabía que había una opción, que las subidas iban a ser selectivas y que hacer podio era posible, hay que decir que había otros ciclistas mucho más favoritos, más especialistas y unos equipos mucho más fuertes que el colombiano, y eso al final se palpó en el resultado.

Sin respuesta

Henao y Urán tenían la responsabilidad, mientras que Nairo y Miguel Á. López eran las segundas cartas, con menor responsabilidad en su rendimiento, pues este tipo de pruebas no son para ellos, más dados a pruebas de varios días.
El equipo trabajó, como lo dijo Nairo el sábado, para Urán y Henao, y se cumplió. Wínner Anacona, Rodrigo Contreras, Daniel Martínez y Sebastián Henao, el resto del grupo, hizo su labor: rodearon a sus líderes y los dejaron en el grupo para el final, nada más podían hacer.
A falta de 23 km, Urán, Henao y Quintana estaban en el grupo de favoritos, pero no se concretó el objetivo, ya que no tuvieron con qué, y los rivales sacaron a relucir sus capacidades. El ritmo en el final fue endemoniado; italianos, franceses y holandeses apretaron el paso, seleccionaron el grupo y dejaron a sus líderes para que disputaran las medallas.
Se sabía que si dejaban llegar a Valverde al remate, pues estarían perdidos, y así pasó.
La carrera se jugó en el muro de Gramartboden, de 2,8 km, promedio de rampas del 11,5 por ciento de desnivel y trazados hasta del 28 por ciento, con la cima a 10 kilómetros de meta. Ni Bardet, Woods ni Tom Dumoulin, quien les llegó faltando 3 km para el final, tenían cómo impedir la victoria del ‘Bala’, y tampoco lo atacaron de lejos, no tenían más.
Una vez más se ratifica que aunque Urán y Henao tienen experiencia, saben competir en esta clase de carreras, ninguno se ellos es más que los Valverde, Bardet, Julian Alaphilippe, Gianni Moscon ni Thibaut Pinot, para hablar de los que llegaron adelante.
Tampoco son más que Michal Kwiatkowski, Peter Sagan, Vincenzo Nibali y Greg van Avermaet, que aunque también sucumbieron frente al duro ritmo y al trazado, sí son verdaderos expertos en las clásicas.
Al final, el único que puso la cara fue Nairo, quien declaró: “El ritmo fue muy alto; esperábamos que Sergio (Henao) también estuviese en ritmo para, como habíamos hablado inicialmente, utilizar su potencia en el repecho, y finalmente las fuerzas nos han faltado a todos”.
Además, calificó de “criminal” el repecho; a esas alturas del tramo, los clasicómanos sacaban mucha ventaja; hemos aguantado lo que hemos podido y nos hemos defendido”. Como siempre, muy atinado.
Claro, había montaña y la ilusión estaba latente, pero al final se pasó de la expectativa a la desilusión, porque era el Mundial de Innsbruck (Austria) el que más se aproximaba a las características de los colombianos.
Los elogios se los llevó Valverde, un corredor completo que mostró todo su potencial en las clásicas, pues ha ganado cinco veces la Flecha Valona y cuatro la Lieja-Bastonia-Lieja. Había sido cuatro veces bronce en Salzburgo 2006, Valkenburg 2012, Florencia 2013 y Ponferrada 2014, y en dos ocasiones se colgó la plata: Hamilton 2003 y Madrid 2005.
“No me lo creo. Estoy sin palabras. Es la mejor victoria de mi carrera. Tantos años luchando, tantas medallas... y al final se ha conseguido”, declaró Valverde, de 38 años, tras una prueba en la que Colombia arrancó con mucha expectativa y terminó con amargura. Mucho ruido y...
LISANDRO RENGIFO
Redactor de EL TIEMPO
En Twitter: @lisandroabel
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