La Fórmula 1 vive un año distinto. A diferencia de los recientes campeonatos, en los que los carros Mercedes dominaban a placer, este 2017 volvió a tener a la escudería Ferrari luchando por ganar. El alemán Sebastian Vettel, cuatro veces campeón de la categoría, recobró la memoria del equipo italiano. Hoy en día es el líder del campeonato y mantiene una contienda con el británico Lewis Hamilton por ganar el título. Ese mano a mano está que arde, y este domingo, en el GP de Azerbaiyán, tuvieron dos polémicos choques, que sentenciaron la guerra en lo que queda de temporada.
Fue una carrera totalmente loca, en la que el carro de seguridad apareció en tres ocasiones, hubo una bandera roja, un gran incidente entre Vettel y Hamilton y un mano a mano final: un Gran Premio apasionante para el espectador por la emoción, pero totalmente desordenado para los estándares habituales. Al final, Daniel Ricciardo se llevó el triunfo, aunque será anecdótico. Los pilotos de Force India, Sergio Pérez y Esteban Ocon también sufrieron un choque.
Vettel y Hamilton compitieron al límite de lo reglamentario, recordando algunas de las más grandes rivalidades de la historia del automovilismo. Hicieron evocar lo vivido por Niki Lauda y James Hunt, por allá en 1970, o el duelo Ayrton Senna-Alain Prost, en la década de los 90.
Transcurría la vuelta 22, luego de dos detenciones y un safety car que iba muy lento. Hamilton se quejó varias veces por la velocidad del carro de seguridad. Los motores estaban dormidos pero listos para acelerar a fondo cuando las banderas verdes se agitaran para relanzar la carrera.

El corredor de Ferrari alcanza la línea del piloto de Mercedes y lo golpea con la llanta delantera derecha.
Tomada de la transmisión de TV
A la salida de la curva 15, el piloto británico frenó fuertemente cuando Vettel se encontraba detrás, lo que hizo que la parte delantera del Ferrari chocara con la trasera del Mercedes. “Me hizo un brake test (cuando dos carros están muy cerca el uno del otro y el piloto de adelante frena de forma brusca)”, exclamó por la radio Vettel, levantando su mano derecha, y de inmediato, muy enfadado, se le puso al lado a Hamilton para reprochar lo ocurrido y se acercó a él, rueda con rueda, hasta tocarlo. “Ha venido hacia mí”, se quejó entonces Hamilton.
“Creo que está claro. No estaba contento con la manera en la que él condujo. Así que me puse a su altura y se lo hice saber”, explicó Vettel tras la carrera.
La reacción alterada de Vettel le salió cara al piloto alemán: una penalización de 10 segundos con la obligación de pasar por boxes. “Diez segundos por lo que me ha hecho es un precio barato”, criticó Hamilton después de la carrera.
El incidente entre los dos monoplazas de los dos primeros de la F1 obligó a los comisarios de carrera a ondear la bandera roja, por primera vez en la Fórmula 1 desde el Gran Premio de Australia de marzo de 2016.

Momento del primer choque entre ambos corredores. Hamilton frena al salir de una curva, y Vettel lo golpea.
Tomada de la transmisión de TV
Esta acción abrió un nuevo escenario en la Fórmula 1. Serán unas carreras en las que Vettel y Hamilton no se podrán ver por los retrovisores, porque saben que ambos saldrán a buscarse los errores para ir siempre adelante y ganar las carreras, con el condimento especial de no solo está en juego el título, sino el enorme orgullo de dos campeones del mundo.
‘Un cara a cara’“Si quiere probar que es un hombre, debería hacerlo fuera del coche, cara a cara”, afirmó Hamilton luego de su incidente con Vettel, que ha elevado varios grados la tensión entre los dos primeros del Mundial.
“Conducir de esta manera es peligroso. Afortunadamente íbamos despacio, podría haber sido más grave si hubiéramos ido rápido”, añadió el británico. “Hay muchos jóvenes que ven la Fórmula 1, que han visto este tipo de actitud de un multicampeón del mundo”, se lamentó.
Vettel terminó la carrera de Bakú en el cuarto lugar, justo delante de Hamilton (quinto). “Él frenó, no podía ponerme en ningún sitio y le di”, se justificó el alemán. “Si tengo que ser sancionado, entonces él también merecía una penalización. No me gustó cómo condujo. Así que me puse a su altura y se lo hice saber”.
Además, declaró que no tiene “nada contra” Hamilton, pero que “lo que hizo en pista no estuvo bien”.
Por otra parte, los comisarios al final de la carrera, determinaron mediante la telemetria, que Lewis Hamiton no frenó, aunque las repeticiones de la maniobra demuestran que hubo una desaceleración del británico a la salida de la curva, el debate quedó abierto y Vettel así lo hizo saber.
Finalmente le dejó un recado: “Lo ha hecho ya un par de veces; hace un par de años en un reinicio de carrera en China. La F1 es para adultos, no tiene sentido hacer eso”.
La F1 está ardiendo, y las próximas carreras serán dinamita pura.
FELIPE VILLAMIZAR M.
Redactor de EL TIEMPO
En Twitter: @FelipeVilla4