La venezolana Susana Raffalli Arismendi, nutricionista, especializada en gestión de seguridad alimentaria, en emergencias humanitarias y riesgo de desastres. Fue distinguida con el Premio Franco-Alemán de Derechos Humanos y Estado de Derecho.
Raffalli ha seguido de forma incansable la crisis alimentaria en Venezuela. Ha registrado, documentado y publicado numerosos datos, cifras y casos que develan la grave situación alimentaria que atraviesa la población y, en especial, los niños venezolanos.
Ha advertido en reiteradas ocasiones las secuelas de la desnutrición en Venezuela. Según la especialista, la desnutrición puede generar un círculo vicioso: una niña desnutrida tiene 30% más de posibilidades de dar a luz un bebé desnutrido, que una niña sana.
Señaló que en 2017 “se duplicó la desnutrición aguda en niños menores de cinco años, que es el indicador humanitario por excelencia, pues pasó de 8 % a 16 % en un año”.
De acuerdo con Raffalli, eso rebasa “los umbrales que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) para definir una crisis humanitaria, la cual alcanzamos en febrero del 2017, y una emergencia humanitaria que alcanzamos en diciembre de 2017”.
No deja de lado el papel que juega el servicio de agua potable. Explicó que la salubridad no está garantizada y que el consumo en niños puede generar enfermedades como amibiasis o lombrices en el estómago. Es por ésto, detalló Raffalli, que a estos niños “los puedes atiborrar de comida, pero no ganarán peso por su problema de salud”.
Desde 2016 Francia y Alemania otorgan esta distinción a aquellas personas que hayan contribuido de manera constante a la protección y promoción de los Derechos Humanos (DDHH).