En el encuentro Dinámicas Territoriales de la Implementación del Acuerdo de Paz se evidenció la incertidumbre por el futuro de los Planes de Desarrollo con Enfoque Étnico y Territorial (PDET). Van 16 meses de trabajo, ya hay nueve Planes de Acción Para la Transformación Regional (PATR) que involucran 73 municipios y todavía no se tiene claridad técnica, financiera ni jurídica para poner en marcha las apuestas priorizadas.
“Las comunidades alejadas estábamos viendo el PDET como una oportunidad de desarrollo”, cuenta Yuri Padilla Padilla, una joven afrodescendiente y campesina que viajó desde el corregimiento San José del Playón, en María La Baja, zona de Montes de María, hasta Bogotá, para participar del evento que tuvo lugar el 27 de septiembre en la Universidad Externado de Colombia.
Sin embargo, luego de escuchar el panel de 'Balance sobre la implementación de los PDET', Yuri salió preocupada. Ante la andanada de problemas para cumplir lo acordado ella sólo pidió: “que no nos frustren”.
Los PDET fueron creados por el Acuerdo de Paz con las Farc para reparar a las comunidades más afectadas por el conflicto armado en 170 municipios del país que resultaron duramente golpeados. Hace 16 meses inició su construcción, que debe resultar en planes con vigencia de 10 años.
Los actores de este proceso son víctimas directas de la guerra y dentro de los territorios que habitan hay zonas de protección y conservación, zonas de reserva campesina, resguardos indígenas, consejos comunitarios afrodescendientes, Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR), sembradíos de coca, yacimientos mineros a gran escala y/o mega-proyectos agroindustriales. Allí conviven indígenas, afros, campesinos, colonos, empresas, disidencias de la guerrilla, Bacrim y demás grupos ilegales.

Las esperanzas de las comunidades están muy altas y aún no se han destinado los dineros para la implementación de los PDET.
Sara Castillejo Ditta / EL TIEMPO
Además, en esos lugares hoy marchan a la vez planes de sustitución de cultivos ilícitos (punto 4 del Acuerdo), procesos de restitución de tierras y programas de reparación de la Unidad para las Víctimas (Ley 1498) y Planes de Desarrollo local. Todos procesos que tienen que ver con el uso de la tierra, pero que van por separado.
En dichos escenarios, construir los PDET significó llegar por primera vez a cada vereda y corregimiento de cada municipio de cada departamento para preguntarles a sus habitantes ¿qué les hace falta?
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Para descargar los Planes de Acción para la Transformación Regional PATR, que ya están disponibles en la página de la Agencia para la Renovación del Territorio ART, haga click aquí. |
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Sin duda el primer encuentro entre pobladores y funcionarios del gobierno en tierras que antes sólo pisaban los uniformados fue memorable de ambos lados. Y las discusiones que dieron al verse por primera vez también son síntomas de paz real.
Juliana Millán, integrante de la mesa de seguimiento a los PDET, dice que “incluso donde la institucionalidad no pensaba que las organizaciones se iban a sentar a hablar conjuntamente, como en el Cauca, a través de otras instancias de articulación, campesinos, indígenas y afros, se sentaron a discutir cómo iba a ser todo este proceso PDET”.
Además, resalta: “que tú puedas tener organizaciones distintas sentadas sobre la mesa, intentando construir, resolver temas gruesos, tensiones profundas e históricas, que no son solamente con otros, con el empresariado, sino que son también entre las organizaciones”, calla, “eso es brutal”.
Hasta ahora, nueve de 16 zonas PDET han llegado hasta la fase subregional del ejercicio que comenzaron en las veredas. En este punto las iniciativas de planeación del territorio han ido tomando cuerpo y priorizándose. El trabajo es obra de líderes y lideresas que discutieron punto por punto y elaboraron una lista de necesidades esenciales para la vida digna en el campo.
Sin embargo, el ambiente de esperanza que rodeaba los PDET se ha tornado incierto ante el recambio de gobierno. La Agencia de Renovación del Territorio (ART) proyecta terminar la fase subregional en todas las Zonas PDET este año y el siguiente paso sería la estructuración y viabilización de cada plan. Una puesta en marcha para la que aún no hay recursos ni una ruta oficial.
Balance de los 9 Planes de Acción listos
1.275
Participantes
14
Municipios
5.256
Participantes
4
Municipios
6.083
Participantes
4
Municipios
6.570
Participantes
5
Municipios
6.637
Participantes
7
Municipios
8.136
Participantes
8
Municipios
9.081
Participantes
9
Municipios
10.470
Participantes
8
Municipios
11.071
Participantes
15
Municipios
Elena Ambrosi, procuradora delegada para el Apoyo a las víctimas del Conflicto Armado y Desmovilizados, estuvo en el evento y dio su opinión favorable al respecto de los avances de la construcción de los planes, pero dijo también que desde su oficina envió carta a presidencia para solicitar una declaración oficial sobre qué va a pasar ahora con los PDET y no ha obtenido respuesta.
Hasta ahora se ha planeado sin tope, señaló Ambrosi y dijo que es el momento de ponerle viabilidad a las iniciativas, financiamiento y acoplarlas a la oferta local. “Y en esa etapa la ART necesita el compromiso de todo el gobierno, sobretodo de los gobiernos locales”, dice.
A lo que Millán agrega la duda irresuelta de cómo se comunican los PDET con el Plan Nacional de Desarrollo.
Yuri Padilla ni siquiera lo piensa dos veces al preguntarle cuál es la iniciativa que sostiene la fe de las comunidades de Montes de María: “Las vías terciarias”, suelta casi sin respirar. “Cuando el campesino tiene la oportunidad de cosechar y vender los productos”, dice la joven “mejora la economía familiar, mejora la posibilidad de darle estudio a los hijos y de superar el índice de pobreza”.
La respuesta acompaña la idea de Millán cuando señala que los planes construidos “no son ni siquiera unos planes de vanguardia”. Como ella lo ve, las propuestas priorizadas por los actores son “cosas absolutamente mínimas que necesita la gente para vivir en condiciones dignas en las zonas rurales de este país”. Un ejemplo son las vías para sacar sus cosechas y otro “la capacidad de articulación al sistema de electrificación nacional, para que puedan hacer ejercicios de transformación y no solamente prender un bombillo para iluminarse en la noche”.
Esta característica de resolución de problemas básicos se vio también cuando Luís Felipe Botero, del Instituto Kroc, exclamó en su intervención que “la sustitución (de cultivos ilícitos) no funciona si el PDET no se implementa”.
Botero también dijo que con la metodología participativa de los PDET “estamos creando el ‘deber ser’ de la planificación del territorio” y eso resulta motivador dado el actual ‘desordenamiento territorial’, estado de cosas resultante de una guerra donde los actores se enfrentaron precisamente por la tierra.
Lo mismo cree Millán, quien hizo una exposición de todas las falencias que tuvo el proceso y, aun así, piensa que “hay un ejercicio que es viable, que debe ser fortalecido, recuperado, repensado, como tú quieras, pero lo último que debería pasar en este país es que el ejercicio PDET fuera botado a la caneca”.
Ahora que la incertidumbre se acomoda en la garganta de los protagonistas del proceso, Yuri piensa en la Institución Educativa de San José del Playón, su pueblo. “Tiene más de seis meses que se le cayeron los techos”, relata, “las paredes tú las tocas y se mueven total, pero los niños están dando clases ahí”. Mientras en Bogotá se decide la suerte del campo “ellos están exponiendo sus vidas con el fin de no parar las clases”.
SARA CASTILLEJO DITTA
Unidad de datos
Twitter: @CastillejoDitta