La mujer camina entre hileras de cajas. “Cada una contiene papeles y fotografías. Imágenes congeladas de quienes tienen un lugar en la dolorosa historia de la desaparición forzada en Colombia”. Ella es Gloria Luz Gómez Cortés, coordinadora de la Asociación de Familiares Detenidos y Desaparecidos de Colombia (Asfaddes).
Treinta y seis años de lucha, amor y resistencia puestos al servicio de la documentación de 1.200 desaparecidos en el país es la carta de presentación del trabajo de Gloria y de un puñado de hombres que no están cansados ni tienen miedo.
A los 62 años de edad, asegura que esta lucha se convirtió en la vida misma, y la explica: “Asfaddes no nació para contar a los desaparecidos, sino para hacerlos visibles, para tenerlos presente”.
Recorrer con ella la casa de Asfaddes en el barrio Santa Isabel, localidad Mártires, es moverse entre la memoria de los ausentes. Dos de ellos, sus hermanos Leonardo y Luis Miguel. Al primero lo encontraron torturado con un disparo en la cabeza y del segundo nada se sabe. Hacer memoria es el origen de la asociación que representa y que surgió de los dolores individuales que se juntaron para hacer un trabajo colectivo.
Queremos que los busquen de una vez por todas, los encuentren y nos devuelvan sus nombres, su identidad
A la luz del proceso de paz con las Farc se crea la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas (UBPD), entonces Gloria y los miembros de la asociación reflexionan: “Queremos que los busquen de una vez por todas, los encuentren y nos devuelvan sus nombres, su identidad”.
En la casa de la asociación hay varios cuartos con por lo menos 500 cajas de archivos documentales de los ausentes. Allí habita la reconstrucción de una memoria individual y colectiva que espera cruzarse con la histórica, para por fin hallar la verdad.
¿A quién busca, Gloria?
- Soy familiar de dos personas desaparecidas. Mi hermano Leonardo Gómez Cortés fue la primera persona que desaparecen por buscar un desaparecido. Él era líder estudiantil de secundaria, tenía 19 años y sufrió desde los 16 años una persecución. Nuestra casa fue allanada y a él se lo llevan el 14 de noviembre de 1983. Cuando ya él era artífice de la creación de Asfaddes. Encontramos su cuerpo torturado y con un disparo en la cabeza y casi lo entierran como NN en el cementerio del sur. Mi hermano Luis Miguel desapareció en Norte de Santander el 17 de diciembre de 1988. Su sueño era la justicia social.
¿A qué la conduce el recuerdo de sus hermanos ausentes?
- A Leonardo lo recuerdo como un joven pintor. Desde muy niño manifestó su inconformismo con la falta de oportunidad para los estudiantes del sur de Bogotá.
Lucho era explosivo, hablador, malgeniado. Tenía mucho carisma para reclamar por los otros. Ellos alimentaron mi inspiración.
¿Cómo es vivir con el susurro permanente de la ausencia?
- Es terrible. En ese largo camino voy a cumplir 36 años, soy una de las personas con más camino recorrido en este tema de la desaparición. Algunos se han alejado, han perdido la esperanza de encontrar a sus familiares. No creen en las instituciones porque no han respondido. Nosotros encontramos un mecanismo para vivir con la ausencia, la memoria.
¿Se puede hablar de hacerle duelo al ausente?
- Yo dignifico a los ausentes y lucho precisamente por lograr que ellos y ellas sean dignificados y reconocidos desde el buen nombre. Hoy en día pienso que nosotras luchamos tanto en los primeros años desde lo judicial porque creíamos ciegamente que encontrando a los responsables ellos nos los iban a entregar vivos. Hoy podemos decir, después de mucho caminar, que lo que queremos es que por fin los encuentren.

Las mujeres en otras partes de colombia también marchan por la memoria y la justicia en el Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada. Aquí las de Movice en Medellín.
Sara Castillejo Ditta
¿Cuál es el rol de las mujeres en la escena de la desaparición forzada en Colombia, una herencia no solicitada, no pedida?
- ¿A quién eliminaron desde los 60 hasta nuestros días? La mayor parte eran los hombres. Vivíamos en un continente totalmente machista. ¿Los líderes quiénes eran? ¿Los activistas quieneres eran? Hombres. Las mujeres teníamos un rol por tradición y era educarnos para llevar un hogar. La desaparición nos llevó a asumir un rol no pedido. En los primeros años nos llamaban las viejas locas que no representábamos peligro. Cuando salimos a las marchas en las calles a buscar a los desaparecidos, los hombres se quedaron detrás de nosotras. Los protegíamos porque no queríamos que a ellos también se los llevaran. Los hombres estaban detrás del sexo débil. Nos tocó hacer el doble rol, llevar la casa y buscar a los ausentes. La sociedad misma nos llamaba las busca cadáveres y en medio de ello hacíamos valer nuestra dignidad.
¿Cómo canalizar tanto dolor?
- Eduardo Umaña Mendoza, el abogado defensor de Derechos Humanos, decía que la lucha de los familiares de los desaparecidos es una lucha de soledades que se encuentran porque solo los familiares de los desaparecidos que sentimos el dolor salimos a las calles a exigir la verdad, la justicia, la no impunidad. Y fuimos las mujeres que asumimos ese rol porque nos tocó. Somos familiares llenas de dolor, de angustia, de rabia, pero también de impotencia ante la invisibilización de ellos y de nuestro dolor. Hemos querido calmar la angustia con la aparición de la verdad.
¿Qué espera del Presidente Duque?
Simplemente que se respete el acuerdo. Esperamos que haya búsqueda, pero que sea eficaz identificando. Soy escéptica por su padrino político, pero tengo esperanza.
Ginna Morelo
UNIDAD DE DATOS
Twitter: @ginnamorelo
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