La V edición del Mompox Jazz Festival, que este fin de semana tiene lugar en esta población de Bolívar, sigue la senda de otras versiones en las que los encuentros son el ingrediente principal de la celebración.
Todo sucede a lo largo de tres hermosas calles por donde circula la música, y en esta población colonial es inevitable encontrarse con divertidos episodios musicales que dejan honda huella en el visitante, sea participante o turista.
Entrar a la casa de la cultura puede llevarlo a usted a un patio sombreado por árboles donde improvisan músicos de varios países.
Esta vez, la banda anfitriona del campamento de blues será la de la Universidad de Tennessee, y seguro va a armar una sabrosa descarga.
El visitante también puede refugiarse en los salones de las casonas momposinas, donde se encontrará con eventos como la clínica instrumental del saxofonista Antonio Arnedo.
Los conversatorios también son un punto de encuentro entre diversas corrientes musicales, como la salsa y el jazz, que se unen de forma relajada en las voces de sus protagonistas.
Otro de los episodios inolvidables es el desfile de comparsas al ritmo de una Marching Band, al mejor estilo de las que recorren las calles de Nueva Orleans durante el Mardi Gras, mientras en Mompox se arma una procesión tropical que recorre el pueblo en medio del baile.
Pero es en la tarima central donde ocurre el gran encuentro, con la bellísima iglesia de Santa Bárbara de fondo. Allí se da el diálogo mayor entre diversas tendencias, el cual incluye desde los mejores músicos de la región hasta bandas de lejana procedencia.
Desde su fundación, este evento ha incluido, como debe ser, a los músicos bolivarenses en su programación, y esta vez no es la excepción: estarán Petrona Martínez y la gaitera Mayte Montero, entre otros.
Los gustos musicales de la región deben estar presentes y, al mismo tiempo, ser anfitriones de expresiones foráneas que dialogan intensamente en esta integración de culturas.
Ciertos inconformes han expresado fuertes críticas en redes sociales a algunos de los músicos invitados porque no tocan jazz, pero deben entender que este género es un canto de libertad incluyente que se enriquece con la llegada de nuevos acentos a su hogar.
ÓSCAR ACEVEDO
Músico y crítico musical
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