La historia es conocida: gracias a YouTube, Justin Bieber logró entrar a la industria musical y consagrarse como uno de los íconos internacionales del pop. Su mánager, Scooter Braun, vio uno de sus videos en el 2008 (el canadiense tenía entonces 14 años) y de inmediato lo invitó a ser parte del sello discográfico que dirige junto con el cantante Usher.
Desde ese momento, la carrera del músico despegó a gran velocidad. Tras lanzar ‘One More Time’, su sencillo debut, publicó en el 2010 la canción Baby, que contó con la colaboración del rapero Ludacris y que disparó las ventas de su álbum ‘My World 2.0’. Esta canción consiguió que millones de niños y adolescentes en todo el mundo se fijaran en el naciente ídolo juvenil y empezaran a seguirlo con un fervor casi religioso.
Para Alejandro Marín, periodista especializado en música y locutor de la emisora La X, el éxito de Bieber “se debe a un trabajo de ‘management’ bastante elaborado, que incluye haber sido uno de los primeros artistas en saltar de YouTube a la fama convencional. Él, puede decirse sin problema, es el primer cantante ‘youtuber’ de la historia”.
A los 17 años, el artista ya había conseguido posicionarse como la tercera celebridad más importante del mundo, según la revista ‘Forbes’, superado únicamente por Lady Gaga y Oprah Winfrey. Pero a medida que crecía su fama también aumentaba el número de detractores que lo criticaban y ridiculizaban en redes sociales, que desató una ‘guerra virtual’ contra los ‘beliebers’, como se hacen llamar sus fanáticos.
Sin embargo, Bieber no dejó que eso entorpeciera su carrera. Por el contrario, en una jugada astuta, decidió asociarse con músicos de otras corrientes sonoras, como la electrónica, que le ayudaron a madurar y le permitieron acercarse a un público más amplio.
“La movida de su mánager en el festival Ultra, de juntar al cantante canadiense con los dos productores más importantes de EDM (Electronic Dance Music), Skrillex y Diplo, dio resultado”, asegura Marín.
“Si algo le ayudó a Bieber fue rodearse de buenos productores y de gente que creía en lo que él estaba haciendo –comenta Alberto Marchena, director de Los 40 Colombia–. Yo trabajé un tiempo en la disquera de él y puedo asegurar que pasó tres años grabando canciones con mucha gente, hasta que finalmente encontró lo que buscaba”.
Para Luisa Piñeros, conductora del programa ‘El atardecer’, de la Radio Nacional de Colombia, “la evolución musical de Bieber es un proceso natural: no podía quedarse siendo ‘teen’ y haciendo canciones dulzongas y empalagosas. Ya entró en otros terrenos y se lanzó a hacer música más para grandes. Esto responde a su propio proceso interior, a un efecto mediático y al avance de la música”, afirmó.
El 13 de noviembre del 2015 lanzó ‘Purpose’, su cuarto álbum de estudio. En este trabajo, el artista tomó cierta distancia del pop, sin abandonarlo del todo, y le dio mucha fuerza al género que había comenzado a explorar gracias a Skrillex y Diplo: la EDM. ‘Sorry’, una de las canciones más importantes del disco, marcó un punto de quiebre en la carrera del canadiense, pues su sonido moderno y fiestero enganchó al gran púbico, incluidos muchos de quienes lo criticaban en el pasado.
“ ‘Sorry’ fue la canción que cambió el sonido, la personalidad y la imagen que proyectaba Bieber frente al público. Además, su sociedad con J Balvin también contribuyó a que el reguetón, rechazado por muchos, empezara a ser validado y visto de otra forma”, opina Alejandro Villalobos, director nacional del sistema de emisoras La Mega.
Una prueba del cambio musical y personal por el que está atravesando el cantautor tiene que ver con el hecho de que ‘Purpose’ cuenta con muy pocos videos en los que el protagonista sea él, que intenta hacer que la atención se centre más en su sonido y menos en su imagen.
“George Michael, que murió hace poco, hizo lo mismo en los años 80. Antes de sacar ‘Faith’, su primer álbum en solitario, estaba en un grupo ‘teen’ que se llamaba Wham. Cuando lanzó ‘Listen Without Prejudice’ se peleó con su compañía (disquera) y les dijo que no iba a salir en la portada de los discos ni en los videos, porque no quería que lo vieran más como a un ídolo adolescente. Tal como lo hace Bieber ahora”, recuerda Marchena.
Aunque hay muchas personas que aún se niegan a reconocer la calidad musical de Justin Bieber, cada vez son más los jóvenes (y adultos) que aceptan sin vergüenza haber escuchado y hasta bailado las canciones más recientes de la estrella canadiense. Todo parece indicar que en su próximo concierto en Bogotá, programado para el 12 de abril, los ‘beliebers’ no serán los únicos que se gozarán la fiesta.
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