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Música y Libros

‘Me preparé toda la vida para contar a Julio César’: Santiago Posteguillo

Santiago Posteguillo recibió por 'Yo Julia', primera parte de la biografìa de la emperatriz Julia Domna, el Premio Planeta 2018.

Santiago Posteguillo recibió por 'Yo Julia', primera parte de la biografìa de la emperatriz Julia Domna, el Premio Planeta 2018.

Foto:EFE

Con 'Roma soy yo',  Santiago Posteguillo inicia el proyecto más retador de su carrera.

El 'best seller' español Santiago Posteguillo parece haber creado su propio calendario. Su vida no parece contarse al ritmo natural de la progresión de los días y los meses de un año, sino por libros. Cada uno de sus gigantescos proyectos de novela histórica abarca más de un volumen y toma varios años de escritura.
Del tamaño de sus libros (mil páginas en promedio) son sus cifras de ventas. Con más de cuatro millones de libros vendidos en el mundo, Posteguillo logró situar otra vez la Historia, con mayúscula, en los primeros lugares de los listados de los libros más vendidos. Y como si se tratara de la estrella de una saga cinematográfica –al estilo de 'Star Wars' o 'Harry Potter'–, este filólogo, nacido en Valencia (España) en 1962, se da el lujo de embelesar a todo un ejército de fanáticos lectores, para los que Roma se ha vuelto una pasión.
Esa misma que él ha sentido siempre desde su niñez cuando se deleitaba leyendo las aventuras de 'Astérix' y 'Obélix'. “Siempre he querido escribir sobre Julio César. Desde pequeño, desde aquel viaje de infancia a Roma con mis padres cuando tenía seis años. Entonces aún no sabía qué suponía escribir, pero aquel mundo de la antigua Roma me apasionaba”, comenta.
Luego de haber escrito más de 7.000 páginas, en dos trilogías –la del general romano 'Escipión' y la del emperador 'Trajano'–, y en la bilogía de la emperatriz 'Julia', que abarcan ocho megalibros, Posteguillo asumió el desafío, ahora, de abordar la vida de un gigante: Julio César. Y como era de esperarse, al igual que sus proyectos literarios precedentes, para contar el gran mito de Roma, el autor calcula que necesitará seis libros, que le tomarán la próxima década de su vida.
Así se lo contó a EL TIEMPO, hace poco, en un encuentro a través de Zoom, desde su residencia en España, donde presentó su novela 'Roma soy yo', el primer tomo de la vida de este líder de la historia de la humanidad.
Siempre he querido escribir sobre Julio César, el personaje paradigmático del mundo romano. Es el eje a través del cual rebota toda la historia de Roma. Pero era tal la magnitud del personaje que yo sentía que tenía que tener suficientes matices”, comenta.
Por eso abordó, antes, la vida de Escipión, cuando Roma pierde a Cartago, una época marcada por la mala distribución de la riqueza, que da pie al surgimiento de ese fenómeno político llamado Julio César. Luego, al escribir sobre Trajano y Julia, Posteguillo comenta que tuvo claro que “cualquier gobernante después de César se miraba en César como un espejo”.
“Y ahora estoy en las condiciones idóneas para contar esa bisagra central. Los seis títulos es porque, después de mucho pensarlo, no he visto forma de meter en una trilogía la juventud, su ascenso político, la guerra de las Galias, el enfrentamiento contra Pompeyo, su amada Cleopatra y los idus de marzo. Por eso, este es mi mayor desafío literario”, explica.
De hecho, Julio César (100 a. de C.-44 a. de C.) es considerado uno de los políticos y estrategas militares más importantes de la historia. Forjó su carrera desde abajo hasta llegar a convertirse en el dictador y emperador más poderoso de Roma. Su mayor logro fue la conquista de las Galias, un extenso país que se extendía desde el Mediterráneo hasta el canal de la Mancha, consolidando el poder del Imperio romano.
Posteguillo sabe que este reto narrativo de dimensiones extraordinarias no es nada fácil. En especial cuando el referente histórico del teatro clásico, por antonomasia, es el 'Julio César', de William Shakespeare. Una sombra poderosa que se posa sobre sus hombros, cada vez que se sienta a escribir frente al computador. A esto hay que sumarle los ríos de tinta que se han escrito sobre César y todas las películas que se han filmado sobre su vida.
Pero el autor tiene dos cualidades a favor: su curtido talante de años como profesor e investigador acucioso sobre Roma –tema en el que es considerado una autoridad–, que le permiten contar la historia de una manera amena para el lector común, y su manera de ser tranquila y humilde –como él mismo lo anota–, siempre dispuesta a aprender y a tomar lo mejor de los que le han antecedido.
“Para empezar, debes trabajar con una enorme humildad, porque va a ser muy difícil llegar a emular a Shakespeare. Pero está muy bien tener referentes potentes, para intentar acercarse a ellos. Y en Roma soy yo ya hay mucho de shakesperiano en el tratamiento psicológico de los personajes. ‘Cuando los pobres lloraban también lo hacía César’, decía Shakespeare. Y esa idea de la identificación de César con el pueblo está introducida en mi nueva novela. Me interesa Shakespeare como estructura narrativa”, sostiene el autor.

Nace el mito

El libro es editado por Ediciones B.

El libro es editado por Ediciones B.

Foto:Archivo particular

“Los cobardes mueren muchas veces antes de su muerte; los valientes solo saborean la muerte una vez” (Shakespeare, Julio César, acto I, escena II). Esta frase precisamente es la que da la bienvenida al lector, apenas da vuelta a la portada de Roma soy yo.
Posteguillo sabía que de un personaje histórico sobre el que se ha escrito prácticamente todo tenía que acercar su lente a algún hecho curioso de su vida, que capturara la atención de sus lectores. Luego de mucho investigar, se decidió por el momento en el que nace el mito: el juicio que el joven abogado Julio César le ganó al poderoso y corrupto senador Dolabela, que le valió una de sus primeras amenazas de muerte, de las muchas que recibió. De allí la frase de Shakespeare que da la bienvenida en la novela.
Posteguillo siempre ha dicho que siente una particular fascinación por aquellos personajes o hechos en los que la Historia poco se ha detenido, pero cuyo protagonismo cambió el rumbo de los hechos. Primero le ocurrió con Escipión, el único general romano capaz de vencer a Aníbal. Luego apostó por Trajano, el primer emperador que no perteneció a una familia de tradición y que, además, había nacido en Hispania.
“En Hamlet hay un momento donde se le aparece el fantasma de su padre al príncipe y le dice: ‘Yo he sido envenenado’. Hamlet quiere venganza, pero por otro lado tiene miedo de que el fantasma le mienta. Entonces decide montar una obra de teatro donde se represente un asesinato similar a ver si encuentra algo de culpabilidad en el rostro de su tío. En Roma soy yo hay un juicio central, pero hay saltos atrás en el tiempo, donde ocurren relatos dentro de otros relatos. Cuanto mejor sea el modelo que tienes, es posible que tengas buenos resultados”, reitera al reflejar su veneración por el genial escritor inglés.
Quizás el éxito de Posteguillo radique también en mantener sabiamente un pie en la tradición académica y otro en las estructuras narrativas contemporáneas. Del primero bebió en su formación como filólogo y doctor en la Universitat de València y en sus estudios de lingüística y traducción en varias universidades londinenses. Por su parte, las nuevas maneras de narrar las puso en práctica cuando realizó una maestría de escrituras creativas en Estados Unidos. Allí aprendió el lenguaje de las imágenes y de los capítulos cortos que quedan en punta, con un entramado de varias historias en paralelo que les dan ritmo y agilidad a sus libros.
Precisamente, en esta oportunidad, alude al clásico director de cine Alfred Hitchcock, que decía que “una película tiene que comenzar con un terremoto”, para explicar lo que busca en Roma soy yo.
“Yo quería que ese principio de Julio César fuera poco conocido y no se hubiera tratado mucho. No era usual que un joven patricio romano, como César, actuara de abogado, porque estos juicios eran públicos. Ahora bien, el primer juicio suyo es contra Dolabela, un senador muy poderoso, que tiene comprados a los jueces, es violento y tiene sicarios contratados dispuestos a apuñalar a cualquiera”, anota Posteguillo.
En ese contexto, el joven Julio César, haciendo gala ya de su gallardía, asume la defensa de los ciudadanos de la provincia de Macedonia, en el norte de Grecia, que están hastiados de padecer a este senador, que los ha humillado y robado. Sin embargo, como ellos no son romanos, se necesita un ciudadano romano que sea su fiscal acusador.
“Un joven –entonces bastante desconocido– de solo 23 años, llamado Julio César, dice: ‘Yo seré el fiscal acusador’. En ese momento, el nombre de él es tan solo un apellido como García o Pérez. Gracias a este juicio, en el año 77 a. de C., este nombre pasará de ser el equivalente de ¡gloria! Por eso me parecía un aspecto tan interesante en la vida de él”, explica Posteguillo.
Posteguillo también ha sido profesor invitado de Sidney Sussex College de la Universidad de Cambrige.

Posteguillo también ha sido profesor invitado de Sidney Sussex College de la Universidad de Cambrige.

Foto:EFE

Detective histórico

Pero si contar la vida de Julio César fue un desafío, no fue menos narrar justamente ese momento de su vida. Pues del juicio, con el paso de dos milenios, solo existe la fecha, el veredicto final, quiénes fueron los abogados y el fiscal. De allí, que siempre hubiera sido pasado por alto por sus biógrafos.
El autor comenta que, para entender la lógica y el lenguaje, se leyó muchos textos de otros juicios que aún se conservan. En especial, los que se daban contra gobernantes corruptos. Asimismo, habló con un experto en Derecho romano de la Universidad de Valencia (España) que le dio algunas luces. “Le explico que yo soy novelista y que lo que voy a hacer es cruzar el umbral. Lo que necesitaba eran las partes del juicio, para redactar los diálogos”, anota Posteguillo.
Como buen profesor, al explicar la estructura de su nueva novela, el autor vuelve a otro famoso ejemplo. “Esta novela funciona como El Padrino II. Tiene dos momentos narrativos diferentes: la vida de Michael Corleone, que es el hilo conductor, pero también se cuenta cómo la familia llegó a las calles de Nueva York. Así ocurre en mi novela de César, que solo cubre los 23 primeros años”, dice.
De esta manera, a través de flashbacks, el autor le descubre al lector, entre otros personajes, a Aurelia, la madre de Julio César, quien forjó al héroe; a su tío Cayo Mario, siete veces cónsul y una guía en la vida del protagonista, y a Cornelia, su primera esposa.
“Fue una maravillosa historia de amor. Él se enamoró dos veces, la segunda fue de Cleopatra. Por cosas políticas, a Julio César, de 17 años, y a Cornelia, una niña de unos 14 o 15, los casan. Y él la amó tanto que cuando el dictador Sila le ordena que se divorcie de esta niña, porque es hija de enemigos suyos, César se juega la vida por ella y se niega. Y con solo 18 años cumplidos, recibe su primer intento de ser asesinado. Lo sorprendente es que hubiera llegado vivo a los 56 años”, anota Posteguillo.
Posteguillo ya es una celebridad cuando llega a las ferias literarias del mundo. Acá en una oportunidad que visitó la de Guadalajara.

Posteguillo ya es una celebridad cuando llega a las ferias literarias del mundo. Acá en una oportunidad que visitó la de Guadalajara.

Foto:EFE

Un legado vigente

Y a pesar de que han pasado 20 siglos, la vida y el legado de Julio César, como anota su autor, son de gran vigencia. “Era una persona muy astuta e inteligente y encontraba soluciones en momentos de total desesperación”, comenta. Anota que de alguna manera, ese juicio con el poderoso Dolabela, que aborda esta primera novela, es una metáfora el mito de David contra Goliat.
Posteguillo comenta que es tan universal la vida de César que las referencias no son muy distintas entre unas sociedades y otras. “Que tanto en mi país como en Latinoamericana es algo intenso. Creo que César es la encarnación misma de la lucha por el poder. De las manipulaciones, las luchas, las alianzas y las traiciones políticas. Gente que se pasa de un bando a otro, lo encontramos en mayor o menor intensidad en cada uno de nuestros países. Por eso creo que cualquier lector latinoamericano se preguntará cuando lea el libro: ‘¿Posteguillo me está hablando de hace dos mil años o de noticias de ayer en el periódico?’ ”.
De allí la importancia del género de la novela histórica, sobre el que el escritor español ya cabalga con total comodidad. “Todos los géneros son importantes. Pero sí creo que hay dos géneros literarios que dan respuesta a dos preguntas que siempre nos hacemos: ¿a dónde vamos? y ¿de dónde venimos? La primera la responde la ciencia ficción. Y sobre de dónde venimos, la respuesta la da la novela histórica de una manera amena. De allí que sea una género muy popular y querido por los lectores”, explica.
En fin, son muchos los legados que dejó la vida de este gigante romano, como lo cuenta Posteguillo. “Su nombre ha pasado a ser equivalente a emperador o líder supremo en español y en múltiples lenguas. La palabra Kaiser, en alemán, viene de César, y la palabra ‘zar’, en ruso, también. Pero ¿cuándo fue la primera vez que la gente del mundo romano usó la palabra ‘César’ para aclamar a alguien como líder, en su caso, en un primer momento, al propio Julio César? De eso va esta novela”, anota.
“Políticamente era muy hábil y militarmente fue un genio. Y luego vivió una de las historias de amor más fascinantes de la humanidad. Ya estoy con la segunda novela, en la que cuento el nacimiento de Cleopatra, que es un personaje que empieza a pedir páginas desde niña. Y, para colmo, Julio César tiene el final que tiene. De allí que sea todo un mito. Él está en el centro de una transformación político-social que es muy actual”, concluye el autor.
Al final de este megaproyecto narrativo, Posteguillo define en una frase cómo le gustaría ser recordado: “El modesto juglar que se ha vuelto un poco loco y se la ha pasado diez años más novelando la vida de Julio César”.

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CARLOS RESTREPO
REDACCIÓN CULTURA
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