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Música y Libros

Repertorio curioso

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La Novena de Schubert es una composición, bien orquestada y protagonizada por un octeto de maderas.

Al consultarle sobre la Novena sinfonía de Schubert a un experto que conoce de memoria la mayor parte del repertorio sinfónico, me contestó sin dudarlo: “Ahh, la interminable”.
Confirmé entonces lo que había percibido durante el concierto que la Filarmónica de Israel ofreció el pasado 11 de agosto en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, cuando una parte del programa escogido resultó dura de digerir.
La Novena de Schubert es una buena composición, bien orquestada y protagonizada por un octeto de maderas que se turna ágilmente las melodías, pero estas se repiten innecesariamente en constantes da capos que no le proponen nada nuevo al oyente.
Con esta obra cerraron un concierto que en la primera parte incluyó una pieza en forma de concierto para cuatro cornos solistas y orquesta de Schumann, otra escogencia algo extraña, por decir lo menos.
En donde sí acertaron fue en la interpretación del Cuarteto n.° 1, opus 11, de Tchaikovsky, obra de extrema delicadeza con la que empezó el concierto. En esta pieza se pudieron apreciar el cuidadoso fraseo y el rango de expresividad de esta gran orquesta.
La Filarmónica de Israel también se lució en el primer bis con Nimrod, de Edward Elgar, para cerrar después con una obertura de Las bodas de Fígaro “de trámite”.
El maestro Zubin Metha dirigió algunas obras de memoria, con una vitalidad que resulta admirable para sus 80 años, teniendo en cuenta el mal de altura que ataca a los visitantes de Bogotá.
En la ejecución de los himnos protocolarios de Colombia e Israel, tuvo que pedirle al público que cantara con vigor, ya que este no se decidía a entonar el himno colombiano.
Esta orquesta toca con elocuencia y gran musicalidad, y el público queda sin aliento cuando llegan los pianísimos, segmentos de muy poco volumen donde parece que la música se fuera a desvanecer del todo.
El primer oboe se robó el show con su manera de tocar bailando en el diálogo de las cuerdas y las maderas de la Novena de Schubert.
Sin embargo, resulta curioso que una orquesta de esta talla se presente fuera de su sede con obras que poco se tocan, lo que no les ayuda a conectarse con un público ávido de presenciar los fuegos artificiales del gran repertorio sinfónico universal.
Cabe anotar que en su concierto del 2013 sí deslumbraron a la audiencia con el programa escogido.
Óscar Acevedo
Músico y crítico musical
acevemus@yahoo.com
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