La sincronía rítmica entre el corazón y el sonido, las ondas que entran por el cuerpo y los pies que se mueven solos al escuchar el sonido enérgico y estridente de las guitarras más rockeras del país, marcaron la primera edición del Día del Rock Colombia 2017.
A las 11 de la mañana del sábado, el Centro de eventos de la Autopista Norte, se empezó a colmar de personas con vestimenta negra, chaquetas de cuero y las cabelleras largas que se movían de un lado al otro al unísono con las canciones más representativas del género en el país.
La agrupación encargada de abrir el concierto fue la banda de punk Código Rojo, nacida en los años 90 en Medellín, y que hoy en día es considerada uno de los grupos más representativas de la escena. Con ella, también llegó su público más joven y con sus canciones más conocidas empezaron a crear una gran fiesta nacional que se extendería hasta las tres de la mañana de este domingo.
Con dos escenarios que se encontraban enfrentados, las personas tenían la oportunidad de tener una mejor vista en cada oportunidad. Cada agrupación tuvo alrededor de 20 a 30 minutos para exponer cuatro o cinco canciones que pusieran a rockear a los asistentes.
Después de la presentación de Código Rojo, llegó el turno para K-93, una de las bandas precursoras del género en los años 90, influenciados por los sonidos del punk, del rock y del metal, pusieron a temblar el escenario.
"Junto con otras bandas, nosotros hemos hecho la historia del rock nacional y me parece muy triste que no haya reconocimiento en el país para este género porque la gente no cree en lo que nosotros estamos haciendo. Sin embargo, eventos como este son los que hacen que uno crea en el rock nacional", explicó Alex Gómez, vocalista de K-93 para EL TIEMPO.
Mientras unos corrían de un escenario al otro para obtener un buen puesto y ver más de cerca a sus grupos favoritos, agrupaciones como Doctor Krápula, pusieron a bailar a los asistentes al ritmo de 'Amanece'. Además de esta banda, también se presentaron Pirañas, Nawal, Popcorn, Revolver Plateado y Lo Ke Diga el Dedo.
Alrededor de las 3:30 p. m. en una tarde soleada, algunos de los asistentes disfrutaban del clima y las zonas verdes que el lugar ofrecía para hidratarse. En cambio, otros, movían sus pies al ritmo de la ‘carrangarock’ a cargo de Velo de Oza.
"Yo creo que hoy se demostró que la escena rockera colombiana está empezando a creer en el producto colombiano y en los músicos que se están atreviendo, precisamente, a proponer, a dedicarle tiempo a la profesión de hacer música. Siento que la gente ya lo está valorando, que también se están conectando con ese esfuerzo que hacen las bandas para llegar a estas tarimas", comentó Frank Forero, integrante de la agrupación Velo de Oza.
También, motivados por su amor a la música, al concierto llegaron personas en condición de discapacidad que, sin mayor detenimiento, cambiaban de escenario y se movían al ritmo de los sonidos del bajo, la guitarra, la batería y hasta del acordeón.
La agrupación de rock, Don Tetto, promotora y creadora de este evento, se presentó alrededor de las 8 p. m. interpretando varias de las canciones más representativas en su carrera discográfica como 'Ha vuelto a suceder', 'Sigamos caminando' y 'Mi error'.
Los fanáticos más jóvenes se unieron con los más adultos para disfrutar de bandas como 1280 Almas, Estados Alterados, La Pestilencia y Ship, cuatro agrupaciones que siguen vigentes a través del tiempo y que llevan años deleitando con su música a los fanáticos.
Y así como cantaron con sentimiento canciones como 'Tu sonrisa', 'Sacúdete ahora', 'Nada me obliga' y 'Cali Girls', respectivamente, cantaron canciones de agrupaciones como Telebit, Árbol de ojos, The Mills, Consulado Popular, entre otras.
El frío no fue una excusa para los melómanos. El cierre del concierto estuvo a cargo de Kraken, Ataque en contra, Koyi K Utho y Nepentes que, con una descarga de energía, despidieron a los asistentes hasta una próxima edición.
Una vez más, la música demostró que no tiene edades y que, como decía Tolstói, es la taquigrafía de la emoción.
MARÍA ALEJANDRA KARPF
Para EL TIEMPO
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