El 4 de agosto se lanzó en el Teatro Jorge Eliecer Gaitán, de Bogotá, la Orquesta Filarmónica de Mujeres, un proyecto que busca darle relevancia a las mujeres en la creación y la interpretación musical.
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Está integrada por profesionales de la Orquesta Filarmónica de Bogotá y participantes de las orquestas juveniles y del proyecto de formación de la OFB. Su directora musical, Paola Ávila, afirma que “la exclusión hacia el género femenino en la música clásica es bastante amplia”.
Este proyecto, que tiene claras intenciones políticas, será útil para animar a muchas intérpretes a soñar en grande aunque en lo artístico no tenga muchas diferencias con una orquesta mixta.
Hay varios factores que conviene tener en cuenta. En Colombia y el mundo han existido grandes concertistas que se han destacado por su calidad, no por su género.Menciono a las pianistas Teresita Gómez y Blanca Uribe, a las cantantes Martha Senn y a la exitosa solista bonaverense Betty Garcés. Ellas ilustran el hecho de que su género no les ha impedido triunfar.
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Claro, las grandes orquestas colombianas siempre han tocado con una nómina mayoritariamente masculina, pero eso ha venido cambiando.
En el mundo hay ejemplos de mujeres que han llegado al techo de la música clásica por su calidad: Martha Argerich, Anne-Sophie Mutter, Jaqueline du Pré y muchas otras que confirman que con determinación se puede llegar lejos.
En el jazz han surgido mujeres enormes recientemente: la baterista Terry Lynne Carrington, la vigorosa pianista Hiromi Uehara, la saxofonista chilena Melissa Aldana y muchas otras. Claro, en el jazz también se dio la predominancia masculina durante muchas décadas, pero eso quedó atrás.
La película ‘Antonia: una sinfonía’, disponible en Netflix, narra las dificultades que enfrentó la directora Antonia Brico para ejercer con su batuta a comienzos del siglo XX. Hoy vemos buenas directoras en los podios de las orquestas.
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Estoy convencido de que el sonido, como la música, no tienen género. Puede que los instrumentos imiten el registro agudo de las voces femeninas o el sonido grave de la voz masculina, pero cualquier instrumento puede ser tocado por cualquier persona de cualquier género. De hecho, en una grabación orquestal no se distingue si determinado instrumento es tocado por un hombre o una mujer, es solo música.
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Óscar Acevedo
Músico y crítico musical
acevemus@yahoo.com