Muchas instituciones culturales han cancelado sus presentaciones artísticas o han cerrado en el peor de los casos.
Otras, sin embargo, han dado el salto virtual con rapidez y sin perder el ritmo que traían desde antes de este frenazo mundial.
Es el caso del Festival internacional de Piano de Bucaramanga, que supo llevar su XXXVII edición al entorno digital manteniendo la dinámica y la diversidad de su programación.
Conozco el alcance del festival porque voy a participar y he visto en años anteriores como los recitales de folclor, obras clásicas o jazz llegan a muchos municipios que de otra forma no lo podrían disfrutar.
Hoy, a las siete de la noche, se transmite el concierto de lanzamiento con un repertorio exigente y llamativo a cargo del vigoroso pianista ruso Simon Vlasov, abierto para toda la humanidad en www.seguimostocando.com.
Lo podrán sintonizar fácilmente sus familiares desde la isla de Sajalín en el Pacífico ruso o sus alumnos desde Tunja; también podrán verlo los seguidores del concurso italiano de piano Sergei Rachmaninov, premio que Vlasov ganó en 2013.
En el enlace anterior aparece toda la programación del festival que se extenderá hasta mediados de septiembre, incluyendo una larga lista de invitados y estilos que ilustran la variedad de oportunidades que ofrece este instrumento musical.
El Festival Internacional de Piano llega en el momento más oportuno para demostrar que la música sigue viva a pesar del confinamiento, que las puertas siguen abiertas para pianistas nacionales y extranjeros, esta vez tocando muy buenos instrumentos desde sus ciudades de origen.
Sirve para que el público pueda asistir a conciertos virtuales gratuitos y así apoyar el movimiento musical colombiano, ya no con su amable presencia en salas, sino con sonoros aplausos expresados vía chat o por redes desde sus hogares. También sirve para que los niños y jóvenes del país que se ganaron un cupo en la convocatoria que se abre todos los años puedan presentar su trabajo.
Gracias al respaldo de la Universidad Industrial de Santander no se interrumpió la continuidad de este certamen, ahora abierto al país y al mundo por el salto a la virtualidad. Ojalá el número de espectadores crezca exponencialmente este año para demostrar que el encierro también puede traer cosas buenas.
Óscar Acevedo
Músico y crítico musical
acevemus@yahoo.com
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