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Música y Libros

Maquiavelo, el creador de las ciencias políticas

Maquiavelo llega a Descubrir la filosofía.

Maquiavelo llega a Descubrir la filosofía.

Foto:archivo particular

Rompió el vínculo del ser humano con su propia visión medieval y su dependencia de Iglesia.

pilar bolívar
Político por vocación y filósofo por obligación, fue precisamente a la obligación del nacido en Florencia, Italia, y llamado originalmente Niccoló Machiavelli (para nosotros, Nicolás de Maquiavelo) que le debemos uno de los mayores legados del estudio del pensamiento, las Ciencias Políticas, al haber sido él pionero en aterrizar el debate filosófico en el poder mediante un método empírico, basado en la observación de las fuentes directamente implicadas (la clase gobernante) y del análisis testimonial de los historiadores clásicos que destacaron los éxitos y los deslices de los más poderosos –reyes, faraones, feudales, etc.–.
Es uno de los filósofos más crudos a la hora de plantear sus ideas. Inclusive, sus tesis se basan de manera indirecta en el análisis de su propia vida, de su venida a menos (el suyo, es el caso del ‘virtuoso’ atormentado por los altibajos en la fortuna) y de ahí el éxito de su tesis centrada en la aplicación del empirismo en la política.
Otro ingrediente clave en su teoría fue el realismo pues hasta él, todos los filósofos basaron sus análisis políticos en sofisticados idealismos. ‘Si todos los hombres fueran buenos’ era el punto de partida de las supuestas críticas sociopolíticas que desde Platón se realizaban y que, inclusive, proponían romanticismos irrealizables (bien se llama platónico el amor imposible), como lo consignó en La República, en donde propuso eliminar la propiedad privada y la familia de los servidores algo que, si bien eliminaría la corrupción, nunca va a suceder.
Fue con Maquiavelo que nació la verdadera crítica a la clase política, al ser el primero en tocar y hablar de frente de su ‘todopoderoso’ el dios dinero. Así lo dejó consignado en el capítulo XXV su más reconocida obra, El príncipe en donde describió el rol fundamental de la fortuna y el azar: “Con todo, y a fin de preservar nuestro libre albedrío, juzgo que quizá sea cierto que la fortuna sea árbitro de la mitad de nuestro obrar, pero que el gobierno de la otra mitad, o casi, lo deja para nosotros”, como lo cita Ignacio Iturralde en su obra 'De príncipes, caciques y otros animales políticos', entrega número 33 de la colección Descubrir la filosofía.

Constructor de una Realpolitik

Maquiavelo llega a Descubrir la filosofía.

Maquiavelo llega a Descubrir la filosofía.

Foto:archivo particular

Mediante un realista método de observación de la toma de decisiones en la arena política, el florentino concluyó que esta se llevaba a cabo de forma subjetiva y más encasillada en los intereses personales y en la coyuntura más favorable, que en el beneficio colectivo, algo nada revolucionario para nuestros días pero que, en su época fue determinante para una sociedad sumergida en la romántica teoría política de Platón y Aristóteles, cuando el sabio fue pensado posible candidato a rey.
“De hecho, la implicación de los sabios en la política había sido notable ya desde Atenas, como notable había sido el influjo de la idea platónica de los ‘reyes filósofos’. Tanto es así, que algunos gobernantes contrataron a sesudos pensadores para que educaran a sus primogénitos, como fue el caso de Aristóteles con su alumno Alejandro Magno o de Séneca con el futuro emperador Nerón. En otras ocasiones, incluso, se intentó poner en práctica algunas de estas ideas entusiastas, con resultados poco satisfactorios, como le ocurrió a Platón en Siracusa”, escribe al respecto Ignacio Iturralde De príncipes, caciques y otros animales políticos.
Y para llegar a ello, Maquiavelo solo observó sin dejar espacio al juicio moral ni a la prescripción teórica, un método llamado por él como el de la verdad efectiva de las cosas, principal ítem de su realpoltik, una alianza entre el análisis histórico y los pies bien puestos en la tierra puesta en la tierra con la cual el ser humano alcanzó su mayoría de edad y dio los primeros pasos hacia su emancipación de una de las cadenas que hasta entonces, en el paso del medioevo al renacimiento se creía insoslayable: la moral cristiana, el principal motivo que llevó al florentino hijo de un jurista a aborrecer los preceptos religiosos que premian la sumisión terrenal en aras de la salvación transmundana pues, como añade Iturralde, “su filosofía es fundamentalmente práctica y tiene los dos pies bien asentados en esta tierra. No le preocupa para nada cuál es el destino que nos tiene reservada a los hombres la Providencia después del Juicio Final”.

Sus obras clave

Su gran formación humanista fue su diferencial; de hecho, de allí viene su concepción como tecnócrata diplomático. “Que el joven Maquiavelo accediera al gobierno florentino demuestra la estrecha relación que en la ciudad renacentista se daba entre formación humanística y política, un poco al modo de los tecnócratas actuales que han ocupado presidencias y ministerios a raíz de la crisis económica de 2008. La notable y nada despreciable diferencia entre ambos tipos de tecnocracia reside en que entonces las disciplinas más valoradas para la vida pública eran las Humanidades –un concepto, dicho sea de paso, creado en el Renacimiento –y no la economía o la administración, como ocurre en la actualidad (…) como indica el diccionario, el tecnócrata es quien ‘aplica medidas eficaces que persiguen el bienestar social al margen de consideraciones ideológicas’”, añade el autor.
Y por ende, su legado bibliográfico resulta bastante importante y aplicable para nuestros días. De su calidad de prosa vale la pena destacar Obras políticas de Maquiavelo y Escritos políticos breves: sus informes al frente de la Segunda Cancillería y el Consejo de los Diez, y Cartas privadas y Epistolario privado, una antología de sus cartas con sus amigos íntimos.
Ahora, de la faceta obligada de Maquiavelo, el filósofo, destacan fábulas, poemas, comedias, y sus grandes obras de filosofía política e historia: El príncipe, su obra más leída, los Discursos sobre la primera década de Tito Eivio, El asno de oro, Belfegor archidiablo (en contra de las esposas, con aire burlón y misógino) y su comedia más celebrada, Za mandrágora, una sátira sobre las costumbres de la Florencia renacentista.
'De príncipes, caciques y otros animales políticos' es la entrega número 33 de la colección Descubrir la Filosofía, que llegará, con EL TIEMPO, a un precio de 29.900 pesos y con nuevos filósofos: Chomsky, Pascal, Habermas, John Stuart Mill, Plotino, Russell, Erasmo, Gramsci y Allthusser, Berkeley, Weber, Diderot, Adorno, Rawls, Husserl, y Gadamer, Bergson, Rorty y Lévinas; todos, increíbles pensadores que cambiaron la historia. Los interesados en adquirir la colección completa podrán hacerlo a través de tienda.eltiempo.com/filosofia o llamando en Bogotá al 4 26 6000, opción 3, y en la línea nacional gratuita 01 8000 110 990.
Pilar Bolívar - @lavidaentenis
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