La nueva producción musical, que incluye la canción 'Medellín' con el cantante colombiano Maluma, ya ocupa el primer lugar en la plataforma iTunes, en más de 50 países.
Medellín, la sociedad musical del colombiano Maluma con la legendaria Madonna, no es una canción de fácil consumo cuando se la escucha por primera vez.
Y es que para quienes despotrican del cantante paisa resulta elemental argumentar que esta es una de sus peores canciones, y por demás que Madonna cayó muy bajo.
Por el contrario, para el primero, hacer este dueto es haber alcanzado el cielo más pronto de lo que esperaba. Para ella, es una más de las fascinaciones que rondan por su cabeza y porque, sin decirnos mentiras, ya está más allá del bien y del mal.
Madonna es la Reina del Pop no solo por las cifras: números uno, premios, récords, ventas, popularidad, e incluso uno que otro escándalo. Lo es porque como artista ha sabido reinventarse una y otra vez. Y 'Medellín' no es otra cosa que eso: la oportunidad justa de unirse a una figura del reguetón, ahora que este ritmo de marras empieza a abordar de manera contundente el mercado norteamericano.
Es decir que del lado de Maluma, por magnífico o no que sea, lo vemos como una más de sus canciones. De lado de Madonna, lo entendemos como otra más de sus exploraciones por caminos musicales nuevos, algunos de los cuales recordamos en esta nota.
Los inicios musicales de la cantante de Bay City, Michigan, y sin tener un antecedente inmediato, la pusieron muy rápido en un sitial importante. En 1983, y sin proponérselo, su canción 'Lucky Star', en esa maravillosa propuesta de pop discotequero con un notable manejo de bajos sintetizados, teclados y potente percusión, bajo la producción de Reggie Lucas, se convirtió junto a 'Let The Music Play' de la cantante Shannon, en la primera en definir el estilo conocido como dance music.
Con plena intención de producir su segundo álbum, pero ante la negativa de su disquera, que la llevó a trabajar con el productor Nile Rodgers, Madonna se reinventó por primera vez en 1984, cuando su álbum 'Like A Virgin', en una increíble dinámica, la lanzó definitivamente al estrellato. Muy populares, en especial por la difusión de sus videos en el joven canal MTV, sus canciones, en especial el tema titular junto a 'Material Girl', 'Angel' y 'Dress You Up', se mostraron innovadoras, plasmando algo del mejor pop de esos días.
La línea musical de ese disco se repitió y revitalizo 2 años después en 'True Blue', otro álbum excepcional de sonido pop cuidadosamente elaborado y ahora de la mano de su amigo el teclista Stephen Bray y el productor Patrick Leonard. Allí, Madonna dejó sentir su gusto por las nuevas experiencias sonoras, especialmente en los sofisticados ambientes de su balada 'Live To Tell' y su breve exploración en los sonidos caribeños para su inmortal 'La isla bonita'.
Luego de otro rotundo suceso con su álbum 'Like A Prayer' (1990), que mantuvo la línea musical de los anteriores, y ya metida en el mundo de la actuación, Madonna se encargó de la banda sonora de la película Dick Tracy, que coprotagonizó con Warren Beatty.
Musicalmente, y de nuevo en un sorpresivo giro conceptual, la vocalista exploró en una colección de temas salpicados de ambientes del swing y el jazz de los años 40 y 50, bajo un tono moderno en mezcla con el pop y cuyo mejor ejemplo son las canciones 'Hanky Panky' y 'I’m Going Bananas', versión muy caribeña de un vieja interpretación de la cantante portuguesa Carmen Miranda.
La nueva reinvención de Madonna corrió por cuenta de una pieza nueva incluida en su primera colección de grandes éxitos ('Immaculate Colection'), publicada ese mismo año y titulada 'Justify My Love', que en su tiempo se trató de una de sus experimentaciones más memorables. Gracias a esta composición de Lenny Kravitz, incursionó en el trip hop, un género que recién empezaba a destellar, en una forma percusiva mecanizada, con fuertes capas de sintetizadores, y en un estilo vocal muy sensual de ella, poco melódico, casi hablado, y que sería un anticipo muy evidente de lo que fue su siguiente álbum, 'Erotica' (1992).
Pero, con 'Bedtime Stories' (1994), la cantante volvió a dar un giro notable en su música. En esta, Madonna explora en sonidos novedosos fusionando pop y rhythm & blues en una alianza con productores como Dallas Austin, Babyface y Neele Hopper, que dan una nueva dimensión a su propuesta como artista al destacar temas como 'Human Nature' y 'Secret'.
Un año más tarde, y aún con la bandera de Neele Hopper puesta, se alió a la banda de este, la mítica Massive Attack, que como exponente emblemática del trip hop británico le regaló ese sonido para la excelsa versión que hizo del clásico del soul 'I Want You', como parte de un tributo llamado 'Inner City Blues - The Music Of Marvin Gaye'.
Una de las vueltas más significativas a su carrera aconteció en 1998, cuando unida al productor y genio de la música electrónica británica William Orbit publicó 'Ray of Light', una esplendorosa y sofisticada producción, metida de llena en el campo de la electrónica y que, gracias a su impacto mundial, es reconocida por críticos e historiadores como el álbum que llevó este género musical a un plano de masificación popular.
Muy a pesar de lo traumática que fue la experiencia con Orbit, por su desenfrenado perfeccionismo, Madonna recurrió de nuevo a él, pero en mayor parte al productor francés Mirwais, a quien ella misma había revitalizado a través de su sello Maverick, para publicar en el albor del nuevo siglo un álbum llamado 'Music', en el que reinventó esa propuesta anterior, ahora con sonidos electrónicos mucho más pulsantes e intensos, y, por ende, más comerciales.
La Madonna que se reinventa es muy puntual en las últimas dos décadas. En 2005, su álbum 'Confessions On A Dance Floor', que consistió en una aproximación a sonidos discotequeros de los años 70 y 80, se destacó con la canción Hung Up, en la que, con el aval de los integrantes de Abba, recurrió al empleo de elementos de la popular canción del grupo sueco llamada Gimme! Gimme! Gimme! (A Man After Midnight).
En 2003 se puso a tono con el sonido urbano del momento gracias a su álbum 'Hard Candy', para el que se unió a productores muy fuertes de ese ámbito como Timbaland y The Neptunes. El resultado, una Madonna imbuida en una propuesta novedosa de rhythm and blues intenso, salpicado de hip hop, dance y funk electrónico, de la que vale recordar su alianza con Justin Timberlake para '4 Minutes'.
Ese matiz se repitió en el tema 'Revolver', de 2009, ahora al lado del rapero Lil Wayne. Pero, luego, en sus alianzas con la cantante Nicki Minaj para los álbumes 'MDNA' (2012) y 'Rebel Heart' (2015) se aproxima a una forma progresiva del ahora llamado estilo EDM (música electrónica discotequera).
Que Madonna se reinvente no es algo nuevo. Por eso, 'Medellin', junto a Maluma, es uno más de esos momentos de experimentación a los que nos tiene acostumbrados. No es lo que el despistado twittero se atrevió a decir cuando afirmó que Madonna estaba mal asesorada. ¡Qué pena!, en Madonna no existe otra que la buena razón cada que da uno de estos arriesgados pasos.
DANIEL CASAS
PERIODISTA MUSICAL
@danielcasasc