Leonardo Padura es uno de los mejores novelistas cubanos de todos los tiempos, y, sin arriesgarnos mucho, lo podríamos ubicar dentro del pos-boom.
Su más reciente novela, 'El hombre que amaba a los perros' (Tusquets), es tan extensa como intensa, y de laudable técnica narrativa.
Tres historias transcurren simultáneamente y su narración se va alternando. Las dos primeras dan cuenta de dos personajes a quienes la historia y el destino los juntó de manera trágica: Lev Davídovich, mejor conocido como Trotski (el ideólogo de la Revolución de octubre y fundador del Ejército Rojo; defenestrado y perseguido por Stalin) y Ramón Mercader, el revolucionario catalán que bebió en la leche materna el odio a la burguesía y fue el asesino de aquél.
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La tercera historia corre por cuenta de Iván, una posible copia de Padura, que nos da su mirada sobre Cuba, y que es quien establece diálogo con “el hombre que amaba a los perros”.
Es una novela ambiciosa, de aluvión, con una descarnada imagen de lo que fue el comunismo (más aún, del estalinismo) y de cómo se fraguó la Guerra Civil en España, con presencia de personajes históricos, entre ellos Dolores Ibárruti, la ‘Pasionaria’.
Hisham MatarDescendiente de libios y educado en Trípoli y 'El Cairo, Hisham Matar se hizo un puesto en la narrativa del siglo XXI con sus dos primeras novelas. Y a Cartagena llegará con la tercera, 'El regreso'.
En la primera, 'Solo en el mundo', nos cuenta que, cuando el niño Solimán descubre que su padre, Faray Bu Solimán el Deauni, no se va de viaje como anuncia, sino que se reúne con hombres para llevar a cabo actividades clandestinas, tiene que madurar.
Corren los tiempos en que en Libia se ha sacralizado la imagen del coronel Muamar el Gadafi y no exhibir su retrato gigantesco en un hogar trae consecuencias, y se corre el riesgo de ser desaparecido, como le pasó al padre de Karim (amigo de Solimán).
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La novela refleja el entramado político, las creencias religiosas y un galopante machismo.
La segunda obra, Historia de una desaparición, ocurre entre Egipto, Inglaterra y Suiza. El protagonista –a la vez narrador– crece y madura entre cuatro mujeres: la madre, la madrastra, la criada y la amante de su padre.
Tras la muerte de su madre y la misteriosa desaparición de su padre (igual que la del padre del autor), Nuri el Alfi inicia un periplo desde los 14 hasta los 24 años, agobiado por dilemas sentimentales.
Su relación edípica con las tres mujeres que lo paladearon muestra lo complejos que son los sentimientos.
Simón Sebag MontefioreEste historiador de la Universidad de Cambridge comparte con Winston Churchill la capacidad de contar la historia de forma literaria, pero sin hacer historia novelada ni novela histórica.
Es tal su forma de narrar, que es imposible dejar de leer cualquiera de sus libros (publicados por Crítica) una vez empezados.
Baste no más con poner como ejemplos, el capítulo de Los Románov, sobre la coronación del zar Miguel, o el episodio de La corte del zar rojo, en que Nadia, la segunda esposa de Stalin, después de discutir con este en una cena, se mata con una pistolita, regalo de su hermano.
Ni qué decir de la forma como en su monumental obra Jerusalén: La biografía, 'Montefiore' da cuenta de la destrucción del Templo de Herodes y de lo que se vino después en la Ciudad Santa.
Se diría que el interés de este historiador recae casi exclusivamente en los hechos, dejándole al lector la tarea de reflexionar sobre los mismos, y que su enfoque es el lado más sombrío, perverso y trágico de las acciones humanas a lo largo de su historia.
Joël DickerCon tres novelas publicadas, este escritor suizo es un acontecimiento dentro de la novelística del siglo XXI en lengua francesa. La primera es Los últimos días de nuestros padres, y la más reciente, El libro de los Baltimore.
Pero fue la segunda de sus obras, La verdad sobre el caso Harry Quebert, la que lo convirtió en fenómeno editorial en 33 idiomas. ¡Y con la razón! Se trata de una estructura de rompecabezas que, cuando uno cree que ya está armado, induce a un nuevo acomodo de sus piezas.
Su técnica más notoria es la del contrapunto, es decir, narrar un episodio y enseguida lo que ocurre en otro lugar al mismo tiempo. También narra una secuencia varias veces desde puntos de vista diferentes, volviendo narradores a los personajes.
La trama de la novela gira alrededor del asesinato y desaparición de Nola, una preadolescente, en Aurora, Nuevo Hampshire en 1975, y de la reconstrucción de los hechos 33 años después por parte de un escritor que para poder convertir el caso en novela, primero lo tiene que resolver.
Así que la novela se escribe dos veces, pues al interior de la de Dicker, Marcus Goldman (el escritor que funge de detective) hace lo mismo en un trabajo de 660 páginas.
JORGE IVÁN PARRA
Especial para EL TIEMPO