En el marco del año Francia-Colombia, la XI edición del Cartagena Festival Internacional de Música convocó a una selecta nómina de artistas franceses, encargados de rendir tributo a la obra de tres compositores que marcaron la historia de ese país a finales del siglo XIX y comienzos del XX: Jean-Philippe Rameau, Claude Debussy y Maurice Ravel.
Precisamente, la música de este último maestro fue la que se oyó el martes 10 de enero en Cartagena, durante los dos conciertos que tuvieron lugar en la Capilla Santa Clara, un recinto cuya acústica permitió disfrutar de un sonido puro y sin distorsiones.
Aunque los organizadores del festival se vieron obligados a hacer un cambio de último momento, ya que el músico Bertrand Chamayou no pudo viajar a Colombia debido al fuerte invierno que se vive en Europa, la pianista Lise De La Salle, quien llegó en su reemplazo, hizo una majestuosa presentación del repertorio más clásico de Ravel.
La obra que escogió para inaugurar su concierto fue la 'Sonata para piano', compuesta en los primeros años de 1900. En su momento, esta obra estuvo dedicada a Cipa Godebski y a su esposa Ida, miembros de una familia polaca que vivió en París y que tenía una fuerte amistad con el padre de Ravel.
Luego interpretó 'Gaspard de la nuit', una obra conformada por tres movimientos e inspirada en una colección de poemas escritos en la Edad Media por Aloysius Bertrand.
De la Salle concluyó su presentación con tres de las cinco piezas que conforman la obra 'Miriors' ('Espejos'), y sorprendió al público por la fuerza y el sentimiento que ponía en cada una de las notas. Pero, sobre todo, por haber pasado la noche entera viajando hasta Colombia para asistir a este concierto y solucionar la no llegada de Chamayou, quien tuvo problemas de conexiones.
A segunda hora, en la franja llamada ‘Ravel y la música de cámara’, el conjunto Quator Voce -conformado por las violinistas Sara Dayan y Cécile Roubin, el intérprete de viola Guillaume Becker y la violonchelista Lydia Shelley- hizo su aparición con Cuarteto para cuerdas en fa mayor, que curiosamente tiene como referencia una obra previa de Claude Debussy.
Más tarde, a Roubin y Shelley, de Quator Voce, se les unió el pianista Francois Dumont, y juntos interpretaron 'Trío en la menor para piano, violín y violonchelo'. Esta es una de las composiciones más complejas de Ravel, pues requiere de un alto virtuosismo instrumental y por eso ha sido catalogada como una obra maestra técnica.
Para el cierre se unieron los cuatro integrantes de Quator Voce, el arpista Emmanuel Ceysson, la flautista Juliette Hurel y el clarinetista brasileño Paulo Sergio Santos, que interpretaron 'Introducción y allegro para arpa, flauta, clarinete y cuarteto de cuerdas'.
JOSÉ DANIEL TORRES
Cultura y Entretenimiento
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