Julio Iglesias cantante; Julio Iglesias donjuán; Julio Iglesias padre de familia; Julio Iglesias conquistador del mundo. Julio Iglesias ha estado presente en la banda sonora de los últimos cincuenta años e incluso las nuevas generaciones lo conocen. Si bien es posible que no se sepan sus canciones, al menos lo han visto en alguno de los memes que circulan por las redes sociales.
Temas musicales, fotos, revistas, entrevistas... Julio Iglesias, nacido en Madrid en 1943, por aquí y por allá. Pero ¿en realidad lo conoce la gente? ¿Saben sus seguidores qué hay detrás de su piel bronceada?
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Llegar al Julio Iglesias de verdad es lo que busca Hans Laguna con su libro 'Hey! Julio Iglesias y la conquista de América', publicado en abril por Contraediciones en España y que pronto llegará a Colombia. A lo largo de 600 páginas analiza y desentraña todos los aspectos relacionados con la inmersión del cantante español en el mercado internacional de la música.
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Hans Laguna (1979) es doctor en sociología y profesor de pensamiento social en Barcelona. Y es, también, músico. Necesitó de todas sus facetas para escribir el monumental libro del que habla en esta entrevista.

'Hey!' es publicado por Contraediciones en España.
Archivo particular
¿Cómo define su libro?
Quería hacer un libro que explicara cómo conquistó Julio Iglesias los Estados Unidos. Que tuviera una parte biográfica, pero que también explicara todos los mecanismos que hay detrás de la construcción de una celebridad, cómo funciona la industria contextualizando muchos temas. También quería incorporar un poco mi visión como investigador y como narrador. Si tengo que definirlo, diría que es un ensayo experimental sobre Julio Iglesias.
¿Por qué sale ahora?
He estado tres años investigando y llegó un punto en que tenía el libro bastante avanzado y el editor quería sacarlo para este año. Entre la prisa del editor y que yo realmente había llegado a un punto de saturación y quería quitármelo de encima, al final el libro salió el mes pasado. Ha sido buena idea porque ha tenido una gran recepción y hay mucho interés. Parece que flotaba en el aire, que había necesidad de recuperar de una forma seria la figura de Julio Iglesias.
Usted dedica buena parte del libro a la imagen de Julio Iglesias. ¿Cuál es la imagen verdadera respecto a la que se ha formado para ofrecer al público?
Es una pregunta muy difícil, porque también, respecto a las personas normales, ¿cuál es la imagen auténtica de cada uno de nosotros a diferencia de la que proyectamos ante los demás? En el caso de alguien tan famoso como Julio Iglesias, que ha estado absolutamente expuesto a los medios de comunicación y es un personaje público conocidísimo, es muy complicado saber dónde empieza la persona y dónde empieza el personaje.
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Yo me he tenido que formar una idea de Julio Iglesias a través de sus entrevistas, sus comparecencias públicas, todo lo que se ha dicho sobre él. Y realmente no tengo una respuesta. Parece que se ha esforzado mucho por asegurar que no existe el personaje; es decir que Julio Iglesias solo hay uno, y es algo que me interesaba analizar: cómo él ha construido un personaje que siempre ha querido vender como auténtico, que no hay una máscara. Hay otros artistas que sí que juegan a tener el personaje y la persona. Eso es lo que he analizado en términos de comunicación en el libro.
Hay un colombiano que fue importante en la conquista de América de Julio Iglesias. ¿Cuál fue el papel de Fernán Martínez?
Por lo que he podido investigar, ha sido una figura muy importante. Primero fue jefe de prensa y después, cuando se marchó el mánager de Julio, Alfredo Fraile, lo sustituyó. Era muy inteligente y sabía controlar la imagen de Julio, relacionarse con los paparazis, con la prensa del corazón, con los medios más generalistas y las grandes empresas de comunicaciones y relaciones públicas. Fernán Martínez estuvo remando durante diez años en la misma dirección y, además, coordinando todas las campañas de comunicación de Julio, así que es una pieza fundamental a la hora de explicar la conquista de Julio del mercado estadounidense.
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¿A qué se debía el anhelo de Iglesias de conquistar América? ¿Era algo que sentían todos los cantantes de esa época?
Era algo que estaba en el imaginario de todo el mundo, pero no como posibilidad real, porque no había ningún cantante que cantara en español, y no fuera anglosajón, que hubiera conquistado Estados Unidos. Él empezó por Latinoamérica y por otras partes del mundo y, cuando se sintió seguro, atacó al mercado anglosajón y luego Estados Unidos. Era algo anómalo. Otros cantantes, que también habían triunfado en Latinoamérica, como Raphael, no se planteaban cantar en inglés y entrar en Estados Unidos, pero Julio Iglesias era especialmente ambicioso y se propuso conseguirlo. Y lo consiguió. Es una gesta: fue el primero que abrió la puerta a muchos otros que vinieron después.
¿Después de tanto análisis logró definir la estrategia del éxito que lo llevó allí?
Es muy complejo. Hay muchísimos factores. Por un lado, factores personales de él como cantante, su carisma personal, sus cualidades como intérprete, etc., pero a mí me interesaba analizar la parte más estructural y todas las estrategias de comunicación, de relaciones públicas y promocionales. En los medios se habla siempre del talento y el esfuerzo de los artistas para llegar a ese nivel –no solo de Julio Iglesias, sino cualquier otro–, pero también hace falta toda la maquinaria por detrás: discográfica, de relaciones públicas, de comunicación, sin la cual no puede entenderse un éxito de este nivel. Es una combinación de muchos factores.

Hans Laguna (1979) es doctor en sociología. Es profesor de pensamiento social en Barcelona.
cortesía Javier Molina Dearmolin
Usted explica que él se esforzaba por difundir la idea de que era producto del esfuerzo, que no tenía las cualidades necesarias, pero sí trabajaba mucho. Partía con una actitud de humildad.
Desde el principio, cuando entró al mundo de la canción, era muy consciente de que como intérprete no cuadraba en los cánones de cantante con una gran voz, y siempre fue muy modesto respecto a esto; además, en efecto, siempre ha sido muy trabajador. Se ha entregado en cuerpo y alma a su carrera sacrificando su vida familiar, sacrificándolo todo. Era muy ambicioso. Yo añadiría también esa maquinaria empresarial que tiene detrás, sin desmerecerlo.
En su libro se ve que tuvo un talento adicional, que fue saberse rodear de gente que lo empujó...
Es muy hábil e inteligente en el control de su imagen y, además, se rodeó de los mejores. Como hemos mencionado, de gente como Fernán Martínez y de las mejores empresas del showbusiness estadounidense. Formó un gran equipo, que es clave para entender el éxito. Me interesaba destacar en el libro que, aunque solemos ver solas a las estrellas, detrás tienen un equipo humano, un montón de profesionales que trabajan para ellas.
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Aparte de triunfar a nivel artístico, ha forjado una fortuna.
En la fortuna de Julio Iglesias, hoy en día, la música tiene un pequeño papel; el mayor papel ha sido todas las inversiones que ha hecho a lo largo de los años desde que se fue a Miami y compró parcelas. Ha sido una persona muy inteligente también en los negocios en Estados Unidos. Además de los triunfos artísticos, tenemos una prosperidad económica espectacular.
¿Lleva una vida sana, diferente a algunos artistas de su talla?
No puedo entrar a ese nivel personal, no lo conozco, pero por lo que parece por los testimonios de la gente de su entorno ha sido alguien que nunca perdió el control de su vida, ni siquiera en los momentos más difíciles, porque ha estado consagrado a su trabajo. Ha tenido una salud bastante frágil desde sus problemas de juventud, así que siempre ha sido muy cuidadoso.
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Dice que no lo conoce. ¿Lo buscó para escribir el libro?
Lo intenté, pero enseguida vi que era complicado y con toda la información que tenía sobre él era suficiente. Pensé que quizás incluso conocerlo podría afectar a la investigación y preferí mantenerme al margen. Al final tiré de testimonios, hemeroteca y fuentes ya existentes.
¿Cuál es la vigencia Julio Iglesias hoy?
Hay dos niveles. A nivel musical tengo mis dudas porque creo que no conecta con las nuevas generaciones y su música es un poco más nostálgica, pero creo que a nivel de ícono cultural está muy vigente. Por ejemplo, he visto adolescentes que reconocen los memes que circulan de él, pero ni siquiera saben que es un cantante. Tiene una vigencia cultural y creo que también tiene una gran influencia en el imaginario público, como latin lover y en España como el español más internacional... Es una figura icónica y emblemática que está en el imaginario popular.
Llama la atención que lo compare con C. Tangana...
Buscaba si tenía un heredero hoy día, y a nivel musical parece que no tiene mucha continuidad, pero creo que C. Tangana tiene bastantes paralelismos con él: tiene esta aura de mujeriego que alimenta, pero a la vez se muestra como alguien triste y solitario; tiene cierta chulería [actitud provocativa] y se muestra como un personaje muy ambicioso.
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Los dos son muy madrileños y los dos han defendido que no solo son artistas, sino que son grandes empresarios de sí mismos, que son gente que controla muy bien su marca personal y que están encantados de controlar su imagen pública. Además, dice que no tiene una gran voz hasta el punto de que su última gira se llama ‘Sin cantar ni afinar’. Hay otros herederos, como Luis Miguel, en la medida en que es un hombre elegante y muy bronceado que canta baladas, pero me parece que no va más allá de aspectos cosméticos.
En el libro dice que no sabe si Julio Iglesias para usted es un insecto al que disecciona con aprensión o un viejo amigo al que le perdona algunas faltas. Ahora que terminó de escribirlo, ¿ya lo tiene claro?
Me refería a alguien al que estoy analizando con frialdad y al que después de tantas horas aborreces. Pero cuando me metí en la parte personal e intentaba quitar lo que había de personaje público para entrar en la persona privada, me descubrí a mí mismo, para mi sorpresa, empatizando con él. Al final, lo que queda en el libro es cierta simpatía y cercanía con Julio. Yo intentaba hacer un retrato más neutral, pero me acabo fundiendo con él.
JUANITA SAMPER OSPINA
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
MADRID (ESPAÑA)
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