El sonido y el ritmo acompasado de las olas del mar de Ciénaga (Magdalena) arrullaron en la cuna a la compositora Josefina Severino Schlegel cuando llegó a este mundo. Desde entonces, la música la envolvió como un hechizo. De allí que, a pesar de intentar decidirse en algún momento de su vida por la medicina, las notas musicales terminaron ganando ese pulso, para fortuna de los millones de melómanos que se han deleitado con su talento.
Cerca de 30 años de carrera profesional y más de una decena de ‘bandas sonoras’ para televisión y obras teatrales así lo ratifican. De su mano, nacieron las partituras de recordadas producciones como ‘Café con aroma de mujer’, ‘La casa de las dos palmas’, ‘Las Ibañez’, ‘Escalona’, ‘El divino’, ‘Garzas al amanecer’, ‘La otra raya del trigre’, ‘La Caponera’, ‘La madre’, ‘El Fiscal’ o ‘Diomedes, el cacique de la Junta’.
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Y también es la artífice sonora de montajes teatrales como ‘Un tranvía llamado deseo’, ‘Pequeños crímenes conyugales’, ‘El crímen del siglo’, ‘Shakespeare enamorado’, ‘Solo mujeres solas’, ‘La duda’ y ‘Chavela, por siempre Vargas’.

Josefina Severino alterna hoy su trabajo orquestal con la producción musical y la dirección del grupo coral CosaNostra, que creó hace más de 12 años.
cortesía de la compositora
La vida de Severino podría resumirse perfectamente en aquella famosa frase del poema ‘Cantares’, de Antonio Machado, que inmortalizara Joan Manuel Serrat: ‘Caminante no hay camino, se hace camino al andar’.
Cuando su padre -de origen italiano- murió, su mamá -italoalemana también- decidió trasladarse a Bogotá con sus hermanos, en busca de un mejor futuro. De esos años de la primera juventud, ‘Pepa’ -como realmente la llama todo el mundo cariñosamente- recuerda que ya la guitarra había aparecido como una compañera inseparable de vida. “Desde chiquita, en primaria, yo armaba grupos musicales. Uno definitivamente nace programado para lo que va a ser, con ese latido que uno tiene adentro”, anota.
Fue así como se decidió por estudiar pedagogía musical, en la Universidad Pedagógica, que luego complementó con varios cursos de dirección coral y orquestación, con destacados maestros de la época. De hecho, ella es exponente de una destacada generación de músicos que salieron de esos programas. ‘Pepa’ recuerda que María Isabel Murillo (‘Misi’), la recordada promotora del teatro musical, por ejemplo, iba unos cursos arriba de ella.
Cuando se graduó, comenzó su carrera en la dirección de grupos corales. Dirigió, entre otros, el del colegio Marymount de Bogotá, donde llegó a tener 120 niñas de primaria a su cargo, que esayaban en el recreo. “Hoy día encuentro a tantas casadas, ya grandes, y me da tanto placer, porque ellas me cuentan que esa experiencia las marcó. Muchas incluso continuaron por la parte musical”, cuenta.
En ese gusto por el canto, Severino también fue integrante de reconocidas agrupaciones como Ballestrinque, dirigida por María Cristina Sánchez.
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“Uno es todo lo que ha sido y ha oído y ha vivido a lo largo de su vida”. Así define Severino la que podría llamarse su “firma personal” en la música. La formación de años en los grupos corales la volcó luego a esa orquestación tan particular que envuelve al televidente. Una estructura en la que se siente el diálogo entre los instrumentos de la orquesta.
“No sé cómo definir mi estilo. Uno tiene un ‘feeling’ y hace lo que musicalmente le gusta. ¿No cierto? Pienso que yo orquesto como si fuera vocal, porque ese fue mi primer contacto. Arreglos de varias líneas. Entonces, cuando empecé a hacer arreglos instrumentales, trasladé esa experiencia. Si las sopranos cantan así, ¿por qué el violín no puede hacerlo?”, explica
Y así, como dice la frase de Machado, a medida que se abría camino, y sin buscarlo, un buen día la vida la puso frente al mundo de la televisión, que le era totalmente desconocido.
El director Kepa Amuchastegui le propuso hacer la música de la novela ‘El divino’, en 1986. Hasta entonces, el cabezotes de las novelas correspondía a la canción de algún músico comercial del momento, pero no se usaba que tuvieran unas composiciones y música incidental propias.
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“El único antecedente que había -comenta-, era el trabajo que mi colega Fernando Garavito había hecho con la telenovela ‘Gallito Ramírez’. Con Fernando, y luego acto seguido conmigo, comenzó la tradición de hacer música original para las series y novelas”.
Severino cuenta que ella se sentaba con el escritor y el director durante varias horas a que le contaran el proyecto que debía musicalizar. Era una sensación extraña porque era hacer la música de una idea abstracta, que no tenía aún personajes de carne y hueso, ni locaciones, ni trama desarrollada.
“Uno compone la música sin ver. Me iba a mi casa a escribir las partituras a mano, porque en esa época no existían todos estos programas de la era digital de hoy. Pero era algo romántico, que ya se perdió, porque uno llegaba al estudio con las partituras a oír lo que había compuesto y a mezclar instrumento por instrumento, para empezar a armar un edificio, que sólo habías imaginado”, comenta.
Recuerda que por ejemplo, que cuando se sentó con Fernando Gaitán a que le contara la historia de ‘Café’, Gaviota -la protagonista- no cantaba tanto. “Solamente canturreaba sus canciones en los cafetales cuando recogía el Café”.
Entonces cuando la compositora creó la canción ranchera ‘Gaviota’, que identifica el cabezote de la novela, la actriz Margarita Rosa de Francisco se mostró un poco reticente, pues no se consideraba una buena interprete de este género.
“Me tocó convencerla, y tuve una de esas intuiciones femeninas, de que ahí había más material para sacar. Y empecé, ‘motu proprio’, a hacer más canciones. Y sale la novela al aire y revienta en un éxito absoluto, que fue inesperado para todos”, comenta.
La acogida fue tal, que se grabaron dos discos de canciones que pasan por diferentes géneros, como la ranchera, el bambuco, el bolero hasta el son cubano.
Algo parecido le ocurrió cuando musicalizó ‘Escalona’, protagonizada por Carlos Vives. ‘Pepa’ cuenta que al principio, al entonces joven cantante samario se sentía más afín con el rock.
“Le expliqué que le tocaba comenzar a cantar vallenatos, porque así lo pedía la historia’. Él aceptó cantar, porque era parte del rol”. Esta novela fue sin duda una gran plataforma de lanzamiento de esta nueva etapa de Vives, que disparó su carrera.
Hoy, la arreglista y productora también dirige la agrupación coral CosaNostra, un proyecto de amigos aficionados al canto, que nació hace 12 años, y por el que han pasado exintegrantes de otras agrupaciones corales, como la de la Universidad de los Andes. Ya tienen varios discos grabados y una gran actividad en YouTube.
“Mi primera etapa musical fueron los coros. Y CosaNostra fue volver a esta etapa que yo tanto quiero y que ha sido una experiencia maravillosa. Pasamos felices, nos reunimos una vez a la semana”, anota la directora.
Su música vuelve a sonar por estos días en la televisión nacional, pero Severino decidió no hacer parte de esta nueva producción de Café: su propuesta musical no la dejó satisfecha.
CARLOS RESTREPO
CULTURA Y ENTRETENIMIENTO
@Restrebooks
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