Como si recitara un eslogan, Jhon Mindiola dice que su historia se resume en ‘Súbele a la música’, el título del álbum que lanzó después de cuatro años de haber fundado un conjunto vallenato en compañía del acordeonero Camilo Carvajal.
Relata que todo comenzó con el “tú cantas chévere” que le decían al terminar el colegio. Después se tomó más en serio el canto. Con el tiempo, alrededor del 2011, empezaría a componer.
“La base fue la bohemia en Valledupar –recuerda–. Salía con mi guitarra a caminar y donde hubiera tres personas decía: ‘Yo canto’. Me respondían: ‘Canta, pa’ ve’. Les gustaba, anotaban mi número, y después los amigos me llamaban y me pedían que fuera a sus reuniones. Hice relaciones. Cantaba a cambio de trago y comida, y así conocí a los pelaos de Kvrass”.
Cabe recordar que Kvrass es una agrupación que captó al público juvenil y se autodefine como irreverente –como uno de sus títulos–, con su música rápida, hecha más para brincar en discotecas.
Mindiola tenía apenas dos canciones cuando los de Kavrass, en el 2012, le preguntaron si tenía composiciones. Les dio ‘El sabor del loco’.
“Este loco loco tiene sabrosura. Este loco te brinda ternura. Y es que este loco loco no es, que no está loco. Yo pienso que los locos son otros”, dice la letra.
Comercialmente funcionó. Por eso, el ‘Churo’ Díaz, le grabó ‘El cacho’. También le dieron nombre canciones como ‘El Meke’, grabada por el Binomio de Oro, en la que le sugiere a una mujer dejar al novio para irse con él, o ‘Te empeliculaste’, que hizo Peter Manjarrés, en la cual le recuerda a otra que solo la “rumbió”. También Felipe Peláez y Silvestre Dangond han interpretado sus canciones.
Las letras le abrieron camino. La unión con Camilo Carvajal lleva bastante tiempo para apenas presentar su primer álbum, pero en estos años fueron haciendo público con sus composiciones más famosas. Ahora el espectáculo se complementa con las 14 canciones grabadas con su voz y escritas para el proyecto de ‘Súbele a la música’ (seis son suyas), un álbum que lanzó con caravana y concierto, a semejanza de los artistas fuertes del vallenato.
Aún visto como compositor, exponente de las letras de la llamada nueva ola, que los puristas suelen criticar, Mindiola defiende sus letras diciendo que no puede fingir lo que no es y que cada quien tiene sus sentimientos.
“El mundo de los compositores de hace años no es como ahora –dice–. De pronto, cuando ellos se levantaban no había aire acondicionado ni televisión; lo primero que oían eran los pajaritos, la novia estaba a tres casas y todo era campo. En cambio, de niño me levantaba y lo primero que veía era el televisor, yo tenía abanico en vez de aire natural. Son tipos de vida distintos, y no puedo escribir de la naturaleza si no nací como ellos (...). Sé que ellos sabían de poesía, a mí me encantaría tener su facilidad del éxito, pero creo que eso se aprende”, agrega.
Mindiola es enfático en decir que es “incapaz de hablar mal de esos señores”, que para él son maestros. “Me muero por escribir canciones como las de ellos y creería que en su momento Dios me las va a regalar”.
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