Jairo Aníbal NIño, que nació en Moniquirá en 1941 y falleció en Bogotá el 30 de agosto de 2010, está considerado como uno de los más representativos escritores latinoamericanos de la literatura infantil.
"Millones de niños han leído a Jairo Aníbal Niño porque es una literatura corta y hechizada, en la que no hay narcotráfico ni violencia", explica el también escritor boyacense Fernando Ayala Poveda.
Manifestó que Jairo Aníbal Niño a lo largo de su vida desarrolló una poética narrativa en torno al bosque. "Sus héroes siempre encarnaron niños y animales muy específicos. La ternura es el centro de su obra, al igual que el asombro y la memoria", explica.
Agregó que el legado de Niño lo heredan, además de él, los escritores colombianos Triunfo Arciniegas, Celso Román y Fanny Buitrago, quienes aprendieron de Jairo Aníbal el lenguaje para llegarles a los niños.
Con su obra 'Zoro' ganó el Premio Enka de Literatura Infantil en 1977. En el 2008 recibió el Premio Nacional de Literatura de la revista Libros y Letras, por votación de sus lectores.
Niño escribió cerca de 40 obras, entre estas 'La alegría de querer', 'Safari en el rostro' (libro de poemas), 'Puro pueblo', 'De las alas caracolí', 'Las bodas de lata' o 'El baile de los arzobispos', 'El monte calvo', 'Los inquilinos de la ira', 'El rescate', 'El sol subterráneo', 'El manantial de las fieras' y 'El último asalto'.
Niño incursionó desde muy joven en las artes plásticas, más exactamente en la pintura. Hizo parte del grupo de pintores La Mancha y después fue actor, director de teatro, titiritero y dramaturgo. Después descubrió en las letras su verdadera vocación.
Jairo Aníbal Niño fue director de la Biblioteca Nacional de Colombia y catedrático de varias universidades del país.
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