A propósito de la sorpresa que generó en el mundo la designación del Premio Nobel de Literatura del 2016 al músico Bob Dylan, el escritor y periodista cultural Jacobo Celnik publicó recientemente un breve relato en el que cuenta detalles precisos sobre la vida del artista.
Bob Dylan: a las puertas del cielo –como se llama el nuevo libro de Celnik– hace un recorrido por los álbumes, las giras y las musas que marcaron la carrera del hombre que hizo historia “por haber creado nuevas formas de expresión poética dentro de la gran tradición de la canción estadounidense”, como afirmó la Academia sueca al otorgarle el galardón.
“Tenía a Dylan en el radar desde hacía rato, pero empecé a hacer una investigación más profunda sobre su obra a partir de 1997, cuando salió el disco Time Out of Mind.
Ese año, el grunge estaba en una etapa de decadencia, había mucho pop y no pasaba nada interesante, hasta que apareció Dylan con semejante álbum que lo volvió a conectar con sus raíces”, dice el escritor.
A lo largo de su texto, el autor proporciona algunas claves para entender por qué, a pesar de las críticas, el músico y poeta estadounidense es un digno merecedor del premio. Una de ellas es el álbum Blood on The Tracks.
“Los años 74 y 75 fueron muy complicados para él porque su relación con Sara Dylan se vino al piso. La mayoría de las letras y composiciones de ese disco parecen cuadros expresionistas. Esto no es literatura ni es poesía, son las letras perfectas para darle vida a canciones que retratan lo más profundo de los sentimientos del ser humano”, afirma Celnik.
Según el periodista, "Dylan es un artista en el sentido más amplio de la palabra: ha hecho pintura, escultura, ha sido actor y a dirigido documentales. Parece un hombre sacado del Renacimiento", como lo explica la escritora Carolina Sanín en 'Bob Dylan, la fábula de nosotros', un ensayo al inicio del libro que expone en qué sentido el músico es un hombre del Renacimiento, del movimiento humanista y del Barroco.
En su parte final, el libro incluye la historia de 20 canciones que, sin ser todas grandes éxitos comerciales, retratan la grandeza y la etapa más prolífica en la carrera del músico. Temas como My Back Pages, Subterranean Homesick Blues y Desolation Row hacen parte de esta selección.
“Personajes como Héctor Abad Faciolince o Piedad Bonnett criticaron desde una posición apasionada y subjetiva la decisión de la Academia, como si se tratara de un mandato divino. Yo me quedo con las palabras de Leonard Cohen, quien dijo que el Nobel a Bob Dylan era como ponerle una medalla al Everest”, concluye.
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