Cada regreso de esta genial narradora (una de las mejores del siglo XX), es un feliz retorno, y 'Domingo' no es la excepción. Lo excepcional es que el nuevo libro no contenga una novela sino quince cuentos en los que no abandonó su prurito de mirar críticamente la sociedad burguesa de su tiempo.
Es así como en ‘La Ogresa’, una madre a la que bien le cabe el adjetivo, quiere hacer de sus hijas la artista que ella no fue, así no tengan talento. La ambición, la necedad y la falta de principio de realidad, la hacen persistir, a un costo demasiado alto. ¿Quién mejor que Irène para dar testimonio de lo que es una mala madre?
“No hay nada más peligroso que el deseo insatisfecho de una mujer. Se las arreglará para que sus hijos se harten de la fruta que a ella le negaron, aunque esa fruta les siente mal: les hará tragar la piel, la carne, el hueso, todo, hasta que se ahoguen.”
En ese sentido, el canto de cisne del libro es el cuento que le da el título. ‘Domingo’ muestra cómo dentro de un hogar, madre e hija ocultan sus verdaderos sentimientos; la feroz envidia de la frustrada mamá hacia la probable felicidad de su hija: “¡la madre, la eterna enemiga, la vejez chocha que no comprende nada, que no ve nada, que se encierra en su concha y sólo piensa en impedir que la juventud viva!” ¡Qué cachetada tan fuerte, Irène!, ¡A cuántas no les caerá el guante!

Domingo es editado por Salamandra.
Archivo particular
Todo es extraordinario en la autora de ‘El baile’: la perfección de los diálogos, la inquietante intensidad de los monólogos, las comparaciones y descripciones, el magistral desarrollo de las tramas, la manera de presentar sus personajes, y la implacable mirada sobre la sociedad y el género humano.
Esta escritora francesa, que fue gaseada por los nazis a la edad de 39 años, es no sólo una escrutadora de los sentimientos, como queda visto, sino una examinadora de las consecuencias de la guerra. Esto último se hace evidente en dos relatos. El primero, ‘Aíno’, en el que, en el contexto de la guerra ruso-finlandesa, una casa habitada por burgueses, termina siendo habitada por fantasmas. El segundo, ‘El desconocido’, que bien podría haberse desgajado de ‘Suite francesa’, muestra cómo la guerra mueve sus fichas de la forma más impredecible, irónica, y, por supuesto, trágica: Un soldado francés mata a un alemán, y después descubre que era su hermano.
Son quince cuentos en los que Némirosvsky nos toca, porque toca la vida; quince cuentos como para leer sin pestañear todo un “domingo”.
Jorge Iván Parra*
Especial para EL TIEMPO*Crítico literario, autor del blog ‘De libros y autores’ de EL TIEMPO y profesor de la maestría de Literatura de la Universidad Santo Tomás.
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