¿Qué curiosa relación podría haber entre una cerveza y un filólogo de la lengua española? A primera vista, este vínculo sería lo más cercano al agua y el aceite. Sin embargo, gracias a una cerveza, hoy podemos brindar por los 75 años del Instituto Caro y Cuervo.
A finales del siglo XIX, los hermanos Ángel y Rufino José Cuervo Urisarri se idearon el negocio de la Cerveza Cuervo, y debido al éxito de esta empresa, lograron fijar su residencia en París. Allí, don Rufino se pudo dedicar al oficio, tal vez, más insólito de todos: seguirles el rastro a las palabras, desde 1872.
Así surgió el descomunal proyecto lexicográfico del Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana, al que don Rufino dedicó todo su empeño y talento hasta su muerte en 1911.
“El Instituto Caro y Cuervo surge con una entidad llamada Ateneo de Altos Estudios, creado por el Gobierno Nacional en 1942, para dar término al Diccionario de construcción y régimen de don Rufino Cuervo. Él publicó hasta la letra D”, recuerda Carmen Millán, directora de la entidad.
Eran miles las fichas que Cuervo tenía y que representaban cada una de las entradas de este diccionario de uso, que terminó un grupo de filólogos del Instituto Caro y Cuervo en 1994. Por el importante aporte que representó para la lengua, este léxico recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 1999.
De manera paralela, el Instituto Caro y Cuervo emprende, como otros de sus objetivos, la visita del patrimonio léxico de Colombia, ya con herramientas lingüísticas de los siglos XX y XXI. De allí surgen otros de sus proyectos más relevantes.
En el Atlas lingüístico y etnográfico de Colombia se encontrará, por ejemplo, la forma como definimos a los niños en este país: guipas, chinos, patojos, guámbitos
“La segunda gran expedición va a ser la que condujo a la publicación del Atlas lingüístico y etnográfico de Colombia (Alec). Son seis volúmenes, 18.000 fotografías, cientos de horas de grabación de las formas que tenemos de nombrar y de decir las expresiones y las palabras en las regiones”, explica Millán.
Precisamente, la directora de la entidad anunció que como parte de las celebraciones este año, está poner este proyecto a disposición de la comunidad científica y demás interesados en formato digital, bajo el título: Un Alec para el siglo XXI.
“Allí se podrán encontrar términos curiosos. A mí me gusta mucho consultar palabras que tienen que ver con la familia. Por ejemplo, la forma como definimos a los niños en este país: guipas, chinos, patojos, guámbitos. Además, expresiones como ‘está lloviendo’ ”, anota Millán.
El documento es un reflejo de un país que existió y que la población sigue portando hoy como memoria, a través de las palabras que les oyó a papás, abuelos y bisabuelos.
A propósito de esta tradición, el instituto también viene adelantando, desde hace unos años, la conformación del Diccionario de colombianismos, dividido en tres etapas, que espera reunir diez mil términos propios de nuestro país.
El equipo al frente de este proyecto se dedicó a buscar las palabras y expresiones autóctonas tanto en bases de datos reconocidas como en medios periodísticos y radiales.
Algunas de las palabras que se encuentran catalogadas son ‘charro’, ‘chimba’, ‘lobo’, ‘tinieblo’, ‘chucu chucu’, ‘bicicletero’, ‘fría’, ‘llantería’, ‘machucar’, ‘ñatas’, ‘cosiánfira’, ‘taco’, ‘yipao’, ‘zangolotear’ y ‘pereque’.
“Este diccionario reúne voces de uso actual, de uso estrictamente colombiano, con criterios diferenciales respecto de España. Es decir que tenemos que corroborar que se usen solamente en Colombia”, le explicó a este diario hace algún tiempo Nancy Rozo, lexicógrafa del Caro y Cuervo que forma parte del proyecto.
La obra también incluye aquellas palabras que significan lo mismo en diferentes partes del país, como ‘torta’ (que también se llama ‘ponqué’, ‘pudín’ o ‘pastel’) o el famoso ‘comprimido’ de los jóvenes (que en diferentes ciudades se le llama ‘copialina’, ‘pastel’ o ‘machete’, entre otros).
O las expresiones populares utilizadas por la gente en la calle, como ‘estar en la olla’ o ‘en la inmunda’, ‘dar papaya’, ‘correr la bola’, ‘cara de velorio o de yo no fui’, ‘parar oreja’, ‘¡quién quita!’, ‘marcar tarjeta’ o ‘bajarse de esa nube’.
Las lenguas indígenas de este país son unos de los patrimonios inmateriales de la nación. Estamos documentando, para la preservación, entre 65 y 68 lenguas indígenas
Pero si el cuidado y defensa del español se convirtió en un estandarte que el Instituto Caro y Cuervo ha llevado con orgullo, no menos ha sido el estudio y preservación de las lenguas habladas por grupos particulares o minoritarios.
Es el caso de los trabajos que el grupo de lexicógrafos y lingüistas viene haciendo en torno a las lenguas indígenas, las criollas (palenquero y san andresano), la romaní de la comunidad gitana y las de señas colombianas de las personas con discapacidad auditiva.
“Las lenguas indígenas de este país son unos de los patrimonios inmateriales de la nación. Estamos documentando, para la preservación, entre 65 y 68 lenguas indígenas. Además de las otras que son hilos del patrimonio lingüístico de nuestro país, por las cuales velamos”, anota su directora.
A todo lo anterior, se une el apartado educativo de la entidad con cuatro maestrías, seis diplomados, varios cursos de extensión, investigaciones y publicaciones que se hacen en su famosa Imprenta Patriótica.
La labor del Caro y Cuervo durante su existencia no solo ha sido reconocida con varios galardones internacionales, sino por la misma Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale) y por la Real Academia Española (RAE).
Así se lo dijo hace pocos días en una carta Darío Villanueva, director de la RAE, a Millán, en donde expresa su admiración porque el Caro y Cuervo “se ha convertido en referencia fundamental por todo el mundo hispánico en el ámbito de la filología, la lingüística y la literatura”.
“La RAE y la Asale comparten objetivos, valores y estrechos vínculos históricos con el instituto, de manera que esta efeméride constituye una ocasión propicia para reforzar esos lazos de unión y abrir nuevas vías de colaboración”, comenta Villanueva.
El Instituto Caro y Cuervo se unió al año Colombia-Francia con la ‘Ruta de los hermanos Cuervo’, en París, con el apoyo del Instituto Cervantes, que tiene en la sección ‘Rutas del Cervantes’, de su página web, este paseo virtual.
El lector puede hacer clic en cada uno de los sitios en donde ellos vivieron, las iglesias que visitaban, la biblioteca nacional y su tumba en el emblemático cementerio Père-Lachaise. Los turistas que visiten la capital francesa podrán recorrer la ruta bajándola a su teléfono móvil.
Así mismo, en el marco de este aniversario, el Gobierno dará a conocer una estampilla conmemorativa sobre la entidad. También se realizará la sexta edición del Festival de la Palabra, con el apoyo de la Asociación de Amigos del Caro y Cuervo, que irá desde este jueves hasta el 27 de agosto en la sede del barrio La Candelaria y la hacienda Yerbabuena.
En el evento se anunciará el ganador del Concurso de Cuento para jóvenes y personas de la tercera edad. La programación incluye invitados especiales, charlas con temáticas curiosas y gala poética.

El escritor español Santiago Posteguillo será el encargado de inaugurar el Festival.
Rodrigo Sepúlveda/EL TIEMPO
Posteguillo en Colombia
El escritor español, recordado por el fenómeno editorial de su biografía del emperador romano Trajano, será el encargado de inaugurar este festival. Posteguillo hablará sobre la literatura perseguida a lo largo de la historia, a propósito de la presentación de su nuevo libro El séptimo círculo del infierno. 24 de agosto, 6 p.m., Casa Cuervo.
El lenguaje en ‘Star Wars’
¿Cuáles mitos atraviesan el universo fílmico de George Lucas? De eso hablará el cineasta Ciro Guerra (El abrazo de la serpiente). 25 de agosto, 3:30 p.m., en la Casa Cuervo.
El lenguaje de las Barras bravas de los equipos de fútbol
'Fenómenos actuales del lenguaje de la violencia en Colombia' se llama la conferencia de la profesora Constanza Moya Pardo. 25 de agosto, 10 a.m., Casa Cuervo.
‘Poesía para ser dicha’
Daniel Samper Pizano seleccionó una serie de poemas de nuestra historia, que serán declamados por Carmenza Gómez y Humberto Dorado. 26 de agosto, 3:30 p.m., Teatro Colón.

Hacienda Yerbabuena, la sede en el norte de Bogotá del Instituto Caro y Cuervo.
Cortesía: Instituto Caro y Cuervo
Domingo literario
El gran cierre del festival será en la histórica Hacienda Yerbabuena, en el norte de la capital en la vía a Chía. Un plan para la familia, en donde los niños podrán conocer la Imprenta Patriótica, pero además podrán aprender a hacer libros en imprentas manuales. Además habrá feria de libros, taller de cometas, charlas y concierto musical.
Casa Cuervo (calle 10 No. 4-69, barrio La Candelaria, Bogotá)
Hacienda Yerbabuena: Autopista Norte, kilómetro 9 más 300 metros
Informes: (1) 342-2121 Ext. 108, 133, 101.
Toda la programación del Festival: http://www.caroycuervo.gov.co/
CARLOS RESTREPO
Cultura y Entretenimiento
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