Cuando una banda internacional viene tantas veces a Colombia, en los foros en internet suelen desatarse comentarios como “es que están viejos y solo les prestan atención acá”.
Pero, objetivamente hablando, se equivoca quien piensa que Metallica ya no está en las grandes ligas: fue cabeza del cartel de Lollapalooza Chicago en 2015, y lo será de las ediciones de São Paulo, Buenos Aires y Chile en 2017.
Además, hace dos años encabezó los festivales de Leeds, Reading, Rock in Rio Brasil y Las Vegas. Y ahora, con su sorpresivo nuevo álbum, tiene encima y de nuevo todos los oídos de la escena metalera mundial.
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Por eso, despierta tanta expectativa su nuevo concierto en Bogotá, apenas dos años y medio después de su última presentación (marzo del 2014), que enriquece una relación con los fanáticos colombianos que comenzó en 1999 –para muchos, el mejor concierto en la historia de la ciudad– y revivió con otra presentación en 2010.
Metallica llega esta vez tan solo 17 días antes de lanzar su nuevo trabajo discográfico Hardwired... To Self Destruct, que abre un nuevo panorama para el grupo: el regreso definitivo al thrash, subgénero del que se les considera uno de los grandes fundadores, pero que pareció diluirse de sus intereses a partir de mediados de los 90.
Canciones como Hardwired o Moth Into Flame, adelantos del nuevo disco, revelan ese ‘combustible turbo’ con el que parecen haber reactivado la máquina para volver al sonido de sus raíces, algo que la crítica y especialmente sus fanáticos les habían reclamado.
Son sencillos claramente mucho más potentes y más thrash que los que se desprendieron de sus anteriores álbumes, como lo fue la canción The Day That Never Comes, aunque Metallica ya había dado puntadas como All Nightmare Long. Y claramente se distancia del experimento que fue Lulu (2011), su álbum junto al legendario Lou Reed.
Incluso, la apuesta estética de los videos parece evocar esas raíces: tan solo la banda tocando en la penumbra, arrancando el thrash de las cuerdas y los tambores con una vitalidad impactante.
Eso no significa que todos los críticos lo hayan recibido bien. Para algunos, se trata de una postura forzada: “James Hetfield no está tan enfadado en la vida como aparenta sonar en esta canción”, señala una de las reseñas de la Encyclopaedia Metallum, uno de los portales especializados más respetados del género.
De hecho, Metallica nunca ha estado alejada de las críticas, son el pan de cada día desde que se lanzaron en la fiera batalla contra Napster y desde que las opiniones más radicales los sentenciaron con la etiqueta de “banda comercial”.
Pero para el fanático que los ha seguido disco tras disco, tanto los adeptos que se les unieron en las últimas décadas como quienes lo hacen desde los años 80 y tuvieron que ‘aguantar’ el giro sonoro que el cuarteto dio con su llamado ‘álbum negro’ (1991), Hardwired o Moth Into Flame traen consigo un nuevo aliento.
Eso es lo que promete esta nueva cita de James Hetfield, Kirk Hammett, Robert Trujillo y Lars Ulrich con sus fervorosos fanáticos colombianos.
¿Cuándo y dónde?
Primero de noviembre, 8 p. m. Hipódromo de los Andes (autopista Norte, retorno Chía). Informes: 404-2463 y primerafila.com.co. Boletas: 150.000, 270.000 y 380.000 pesos. Edad mínima para ingresar: 14 años.
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