El músico Daniel Gualdrón, oriundo de Casanare, recuerda cómo la idea le llegó: “Estábamos en la final de un torneo de fútbol, y el árbitro era mujer. Se ganó el respeto de todos los jugadores por su disciplina, porque era muy justa. ¿Por qué no podía pasar eso en todas las profesiones?”.
El cantautor llanero invitó a Jhon Onofre, del departamento del Meta, para hacer una canción sobre el tema: así como el árbitro, todas las mujeres deben ser respetadas y no se las debe menospreciar, concluyeron los músicos.
Así surgió Ni con el pétalo de una rosa, el nuevo sencillo de Jhon Onofre y Daniel Gualdrón, que hace un llamado a pensar en lo que pasa en el departamento del Meta respecto a la violencia de género. Es una temática poco abordada en la región, pero que suena muy llanera y “se toca con tiple, cuatro y maracas”, explica Jhon Onofre.
En este caso, el contexto social y geográfico de los cantantes importa. “La sociedad llanera es muy machista. El año pasado, en el departamento del Meta se denunciaron casi 1.800 casos de violencia intrafamiliar, y el 60 por ciento de estos fueron por violencia de género. Eso es muy alto. Por eso hicimos Ni con el pétalo de una rosa”, dice Gualdrón.
“La gente tiene que detenerse a pensar en lo que está pasando, y por eso quisimos sensibilizar a los hombres llaneros, mostrando que también somos nobles y caballerosos y cuidamos a esa gran bendición que es la mujer”, añade Onofre, ganador del programa musical A otro nivel.
“En el Llano todavía se quiere mantener a la mujer en un posición sumisa, y eso no puede seguir. Nos duele, porque son mujeres maravillosas que dan vida”, se queja Daniel Gualdrón, compositor de la canción.
“Es hora de que las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres y que ninguna sea maltratada, ni física ni mentalmente. A los llaneros les decimos que no podemos seguir con una cultura que las relega y las pone por debajo del hombre”, profundiza.
Para poder criticar su cultura, primero tuvieron que empezar por ellos mismos. Este fue un proceso complicado, recuerdan, pues implicó cuestionar costumbres arraigadas y que, hasta entonces, les habían parecido inofensivas, e incluso gestos galantes de caballerosidad y cortesía.
“Para empezar, hubo que hacer un juicio a lo que uno hacía. Por ejemplo, acá en Colombia es normal decir piropos, yo también los decía muchas veces. Ahora me he dado cuenta de que muchos de ellos son un abuso, y no se debe hacer, pues puede poner a la mujer en una posición muy incómoda. Ya no lo hago. O, bueno, solo con mis amigas, que sé que no lo van a tomar a mal”, admite Gualdrón.
Aunque la canción pone el dedo sobre una llaga dolorosa para la región llanera, Onofre y Gualdrón insisten en que su canción Ni con el pétalo de una rosa también es muy tradicional y puede encajar en la identidad de los departamentos del Meta y Casanare.
“Siempre les cantamos a las mujeres, hacemos canciones de amor y otras de despecho. Esta vez seguimos trabajando igual, pero desde otra perspectiva, para pronunciarnos sobre el respeto que merecen las mujeres, que son víctimas de tantos abusos. No podemos ignorar más la violencia contra las mujeres, está muy cerca de nosotros. Es hora de que el Llano cambie”, insiste Onofre.
SANTIAGO CEMBRANO
EL TIEMPO
@scembrano