Martina es una niña de 11 años que fue enviada por sus padres a la ciudad, para que tuviera mejores oportunidades con una familia que le brindaría estudios a cambio de sus servicios domésticos.
Cuando llegó, sucedió lo contrario: fue obligada a trabajar sin recibir nada a cambio y se convirtió en víctima de la servidumbre doméstica, un tipo de trata de personas.
Casos como este hacen parte de las historias del cómic 'Las mariposas', que la periodista japonesa Natsuko Utsumi escribió para la Fundación Renacer y la Organización Women’s Link World Wide.
¿El objetivo? Que jóvenes entre los 10 y 16 años, que no tienen acceso a la información –y que a veces no saben leer– sepan qué puede pasar y cómo actuar en situaciones similares, a través de una herramienta visual.
Los cómics fueron hechos específicamente para Colombia, “porque es muy importante para los lectores identificarse con los personajes y las historias. De otra forma, creerían que le está pasando a alguien más y no habría ningún impacto”, explica Utsumi, quien también creó la organización Cause Vision, que busca informar a los niños sobre este tema.
En el país, Utsumi trabajó con Colombia Links World Wilde y la Fundación Renacer. “Escribí las historias y los dibujos fueron hechos por Tiffany Pascal, una ilustradora estadounidense”, explica Utsumi.
Desde Cause Vision, la periodista ha creado cómics como Evelina (en México), Hoa y Lan (Vietnam), Chameli va a la escuela (Nepal) y El sueño de Phea (Camboya).
El impacto es difícil de medir, pero Utsumi considera que sí han logrado crear conciencia. “Organizaciones de diferentes países nos siguen llamando. Eso significa que la gente necesita estas herramientas para enseñar en las comunidades”, comenta.
Hasta el momento, los niños y jóvenes han mostrado interés por los relatos. “Tan pronto como reciben el libro, les gusta mucho. Se ponen a leerlo y hay una conexión rápida con el material”, agrega Utsumi.
En Colombia, la distribución de 'Las mariposas' es gratuita y se espera que esta versión pueda replicarse en más países de Latinoamérica, teniendo en cuenta las adaptaciones necesarias, según la situación de cada lugar.
“Entre más se distribuya el libro, hay más posibilidades de que los niños sean menos susceptibles de ser víctimas de tráfico”, añade.
Laura Guzmán Díaz
Para EL TIEMPO
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