Cuando apareció en escena, James Rhodes inyectó frescura, genialidad e irreverencia a la música clásica. Les presentó a Bach a los hipsters. Da sus recitales en tenis.
Pero lo que nadie siquiera imaginaba es que detrás residía una historia de abuso sexual en su infancia que fracturó su alma y su cuerpo. Y menos, que Rhodes iba a contarle todos los detalles al mundo.
El pianista londinense se encuentra en Colombia como invitado al Hay Festival Medellín –donde actuó – y Cartagena, pero también dará otro recital en Bogotá.
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Su drama estalló de forma estruendosa y liberadora en el libro Instrumental: A Memoir of Madness, Medication, and Music (Memorias de música, medicina y locura), en el que cuenta, por ejemplo, cómo durante años permaneció en un hospital psiquiátrico, vigilado las 24 horas del día para que no se suicidara.
En un rotundo fracaso en ese objetivo, Rhodes, hoy de 41 años, se convirtió en uno de los músicos más sorprendentes de este siglo, con cinco álbumes publicados desde 2009 por Signum Classics y Warner Music, que recogen sus interpretaciones de Couperin, Grieg, Ravel, Moszkowski, Debussy, Bach y, por supuesto, Chopin.
El primero de esos discos ya arrojaba señales claras del drama: Razor Blades, Little Pills and Big Pianos (Cuchillas de afeitar, pastillitas y grandes pianos).
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“Esto (lo que le sucedió) no es abuso, llamémoslo como lo que es: violación infantil”, sostiene Rhodes en sus entrevistas, para evitar eufemismos y además combatir la fatalidad de permanecer en silencio, porque “de esas cosas no se habla”. El perpetrador fue su profesor de educación física en el colegio, cuando el artista tenía 6 años.
Sobre el poder sanador de la música y no callar, habló Rhodes con EL TIEMPO:
Cuando habla, lo hace sin filtros, no se protege de ponerse en evidencia...
Es arriesgado ser honesto en el mundo hoy. Poca gente lo hace porque nos expone y puede que nos hieran. Es más fácil lucir una máscara y proyectar una imagen de nosotros en lugar de la realidad. He vivido demasiado en eso, no tengo energía para seguir actuando. Para mí es más fácil hablar honestamente, claro, sin ser un pendejo que les hace daño a otros.
Muchas víctimas permanecen en silencio... ¿fue opción alguna vez?
Es una opción tentadora y la que llega de forma más natural. La violación nos deja avergonzados, es un secreto terrible y sentimos que lo debemos mantener oculto, especialmente cuando nos dicen que si hablamos de eso, nos van a pasar cosas malas. Pero si somos valientes para tomar el riesgo, pueden pasar cosas maravillosas, como descubrir que la gente entiende, puede escuchar y que nuestros miedos no tienen fundamento. Dicho eso, Instrumental casi es vetado y cosas malas sí pasaron. Peleé durante 18 meses ante la Corte Suprema para que fuera publicado.
Mil periodistas deben haberle preguntado solo de esto, y tal vez nada de música ¿No le cansa eso?
No. ¡Hablo mucho de música! Es mi tema favorito. No es fácil hablar de violación o de enfermedades mentales, pero sí es muy importante. Hay mil excusas para quedarse callado, pero no hay razones reales. Por eso hablo de esto. Miles de personajes me envían mensajes sobre cómo esto les ha ayudado.
Hoy en Colombia, hablamos de posconflicto y que la música puede sanar heridas... ¿Cómo nos sana?
Porque va por debajo de las palabras, que a veces, no son suficientes. Necesitamos conectarnos con algo más grande y profundo y la música nos da acceso a ello. Encuentro imposible creer que el mundo es un lugar horrible cuando escucho música, es la prueba de que algo inmortal y puro existe en el planeta.
¿Qué es el talento? ¿Una bendición, un milagro, trabajo duro?
Principalmente, trabajo duro, sudor y foco. Y algo de suerte. Todos tenemos un don innato para algo. El truco es ser valiente para seguirlo y dedicarle tiempo, incluso si fallamos. Algunos como Mozart, Van Gogh o T. S. Eliot tienen algo milagroso. Pero el resto de nosotros podemos encontrar lo que amamos.
Aún quedan dos conciertosEste sábado es el conversatorio con James Rhodes, a las 10 a. m., en el Teatro Adolfo Mejía (Cartagena) y concierto en el mismo escenario, a las 9 p. m.
En Bogotá será el martes, a las 8 p. m., en el Teatro Colón. Boletas en Tuboleta.com.
CARLOS SOLANO
Cultura y Entretenimiento
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