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Música y Libros

Cimafunk, el cubano lleno de sabor que se aleja del reguetón

Antes de ser Cimafunk, Erick Iglesias Rodríguez comenzó su carrera en diferentes grupos de música cubana en la isla.

Antes de ser Cimafunk, Erick Iglesias Rodríguez comenzó su carrera en diferentes grupos de música cubana en la isla.

Foto:Damian Diaz

Acaba de lanzar 'El Alimento', su nuevo álbum. Se está haciendo un lugar en la escena anglosajona.

MateoArias Ortiz
En cierto sentido, Cimafunk es un artista emergente. Pero para lograr la atención que está recibiendo ahora ha tenido que trabajar durante las últimas dos décadas en la música. Y, si se piensa bien, tiene sentido, pues el sonido que logra no es el de un amateur que apenas está empezando.
La calidad de sus canciones es alta. Y su intención es demostrarlo tanto en las grabaciones como en sus presentaciones en vivo. En el primer caso, la intervención del productor Jack Splash (quien ha trabajado con grandes figuras del pop y el rap como Alicia Keys, Kendrick Lamar y John Legend) ha sido clave en su disco más nuevo, El Alimento, que salió a principios de octubre.
(También puede leer: La canción inédita de Celia Cruz).
Pero para Cimafunk, “el ‘en vivo’ es la verdad”. Según él, no tiene sentido hacer canciones que suenen perfectamente bien en Spotify pero que no se sostengan igual en los conciertos. Una buena manera de comprobarlo es oír su presentación en la NPR (National Public Radio), en el famoso formato de Tiny Desk Concert. Con un pequeño ensamblaje logra un punch poderoso que ya ha llamado la atención del público (sobre todo) estadounidense.
En ese afán de querer sonar de manera sólida en vivo, Cimafunk se considera old school, enchapado a la antigua. Pero no es en lo único en lo que es vieja escuela. Su estilo estético y musical está repleto de referencias que recuerdan al pasado.
Al mezclar el funk y los sonidos folclóricos de su isla, Erik Iglesias Rodríguez (que es su nombre real) no solo revive una época, sino que logra ofrecerle a la escena una manera fresca, joven, llena de sabor y alejada de la tendencia del reguetón de oír música latina.
En medio de su gira por Estados Unidos que acabará en Europa el 14 de noviembre, el cantante apartó unos minutos para conversar con EL TIEMPO sobre su nuevo álbum, su éxito en el exterior, su propuesta y su relación con Colombia.

¿Cómo le ha ido en su gira por Estados Unidos?

Súper. Los conciertos han tenido una energía muy fuerte. Hoy estoy en Atlanta y mañana voy a Nueva Orleans. En todas partes nos ha ido bien. Incluso en Madison (Wisconsin), que es un pueblo supertranquilo la gente empezó a correr y se armó una fiesta de locos. Parecía un psiquiátrico.

¿Quiénes van más a sus conciertos? ¿Los latinoamericanos?

Aquí vienen a verme más los estadounidenses. La mayor parte de los asistentes a los shows de la gira han sido americanos de aquí. Pero sí hay una parte del público que es latina. En todas partes hay latinos, pero tengo más público anglosajón.

¿Cree que está teniendo más éxito en el exterior que en Latinoamérica?

La mayoría del público que me sigue ha ido a mis conciertos. Ahí es donde gano más público. Para mí, lo que más fuerza tiene de lo que hago son las presentaciones en vivo. Es el momento más emocionante para el público y también es el que yo más gozo. No he podido tocar casi en América Latina y el Caribe, y esa puede ser la explicación. Aquí el público ya está caliente. Pero ahora quiero bajar a calentar todo eso: México, Nicaragua, Perú, Bolivia. No he tocado en ninguno de esos lugares. Solamente he tocado en Bogotá, justamente.

O sea que mientras no se podía hacer conciertos por la pandemia usted la pasó mal.

Sí, sí. Por eso ahora mismo mi prioridad es tocar. Ya lo estaba necesitando. No solo yo, sino la banda.

Hay quienes creen que de nada sirve tener streams en Spotify si no se llenan los conciertos.

El ‘en vivo’ es la verdad. Lo otro también es verdad, pero lo que quiero decir es que el momento en el que uno se sube al escenario y se da el sonido en realidad, se toca lo que la gente está recibiendo en su cabeza, eso es incomparable. Esa relación que se forma ahí entre los músicos y quienes oyen la música es la verdad. Es la parte más real de la música. Es lo que más me gusta: sentir esa vibración con la gente, esa comunicación.

Si le importa tanto el ‘en vivo’, ¿eso condiciona sus formas de producción?

Para mí, lo que más fuerza tiene de lo que hago son las presentaciones en vivo. Es el momento más emocionante para el público y también es el que yo más gozo

Sí. Sobre todo con este disco nuevo. El anterior, que fe mi primer trabajo, fue como saliera. En este, El Alimento, sí he podido pensar en todos los detalles. Lo hice con un productor de mucha experiencia. Desde el principio nos conectamos. Yo le dije: mira, para mí, el en vivo es muy importante. Hacer música que yo luego no pueda defender en vivo no tiene mucho sentido. Y él me dijo: no, pero para mí es lo mismo, brother. Lo que intentamos fue lograr un sonido que se sostuviera en las plataformas digitales, pero que correspondiera con lo que podemos tocar en los conciertos y que de hecho se potenciara allí. Durante la producción del disco lo tuvimos presente.

¿Qué cree que hace que logre conectar con los latinos y los estadounidenses?

El funk. En el fondo todos tienen esa raíz ‘funky’. Y el afrocuban, que está en todos lados, y que surgió al mismo tiempo o quizás antes que el funk. El afrocuban está metido en todos los géneros. Eso cambió la música: los tiempos, las percusiones, las maneras de cantar. El afrocuban está presente en el R&B, en el funk. Yo me he puesto a investigar y he querido sustentar mi propuesta, pero la respuesta está en que la música cubana ya ha estado en todas partes desde hace tiempo. Yo ya ni siquiera sé por dónde le entro a la gente, por dónde le da la cosquilla.

¿Y sus referentes son más caribeños o estadounidenses?

De ambos. Por el lado de Cuba tengo a Arsenio Rodríguez, Rolando Laserie, Los Van Van, Irakere. Por el otro lado tengo a James Brown, Marvin Gaye, Michael Jackson, Stevie Wonder, Prince. Mucha gente. Héctor Lavoe, Pérez Prado, Tito Puente. Es música que para mí está viva y mezclada con la mía. Me he alimentado de eso desde que soy niño y ahora me doy cuenta de la influencia que ha generado en mí.

Algunos lo llaman a usted el James Brown o el Bruno Mars cubano, ¿qué opina?

Bueno, cada quien saca sus conclusiones y todo están en su derecho. Pero cuando la gente me dice el ‘James Brown de Cuba’… James Brown estaba a otro nivel. Era otra película. Vivió la vida de otra manera, hizo música de otra manera. Puso pautas en la música desde que era un niño. Ese tipo estaba quemado, era un loco, un genio musical desde que salió. Que me comparen con él me parece superduro, pero yo soy realista, ¿me entiendes?

¿Y con Bruno Mars?

Cuando me comparan con Bruno Mars también me siento honrado, pero creo que lo que él hace es diferente a lo que yo hago. Creo que me comparan porque hay pocos exponentes que hoy en día le apuesten al funk en vivo, entonces la gente asocia a los que hay.

Lo cubano se siente en su música, ¿pero qué significa para usted en términos de identidad?

El primer concierto que yo hice fuera de Cuba lo hice en Bogotá. Fue en Armando Records. Yo no era nadie, y el concierto se llenó. Fue justo ahí donde conocí a ChocQuibTown

Para mí es una suerte. Cuando me di cuenta de lo que significaba haber nacido en cuba me sentí muy feliz. Hay algo que tiene este país que es una locura. Además, si uno es cubano está listo para lo que sea: pintar un muro, enchapar un patio, manejar un camión. Aunque debo decir que, si yo no hubiera sido cubano, hubiera sido colombiano. De verdad. Hay algo en la manera de ser, de vivir, de hablar que me hace sentir identificado con ustedes. Y para la música tienen un voltaje increíble. Hablando de música cubana con mis amigos colombianos me he sentido un ignorante.

Justamente le iba a preguntar por Colombia.

El primer concierto que yo hice fuera de Cuba lo hice en Bogotá. Fue en Armando Records. Yo no era nadie, y el concierto se llenó. Fue justo ahí donde conocí a Tostao y a la gente de ChocQuibTown, con quienes tengo una canción en El Alimento. Colombia me pareció lindo, sabroso. Tienen energía para la fiesta, tienen cultura musical, hacen buen público.
-MATEO ARIAS ORTIZ
Redacción Domingo
EL TIEMPO
En Instagram y en Twitter: @mateoariasortiz
MateoArias Ortiz
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