Desafortunadamente no hay mejor título para el nuevo disco de la banda de rock Evanescence que The Bitter Truth (La cruda verdad). Bajo el liderazgo de su cantante, Amy Lee, el grupo ha dejado a un lado el silencio después de casi una década. Regresan con una nueva propuesta potente y curada por el dolor. Fue un disco cuya génesis fue una catarsis de Lee y sus fieles compañeros de aventuras musicales.
“Han sido épocas muy duras. En realidad hemos pasado un tiempo rodeados duelo. Yo perdí a mi hermano Robby en el 2018 y el hijo de nuestro bajista, Tim McCord, también falleció, así que fue muy duro de procesar”, recuerda la cantante en una charla con EL TIEMPO, dando contexto de un viaje de la oscuridad a la luz .
“Pero todo eso me ha conectado mucho con la música, y cuando estábamos trabajando en este álbum pensábamos que en realidad era algo catártico y que teníamos que encontrar algo bueno y bello que llevar a las canciones”, agregaba tras revelar una pequeña sonrisa desde su casa en Nashville.
Claramente la realidad ha vuelto a dar un golpe fuerte en las entrañas de una banda que pasó por el brillo enceguecedor de la fama a principios del 2000 con su larga duración Fallen y con éxitos en todo el mundo como Bring Me To Life, Going Under o My Inmortal; además de rupturas y renacimientos como grupo, que la propia Lee ha capoteado con entereza hasta ahora bajo un principio esencial: todo el dolor y los problemas se exorcizan con música. Así que el sufrimiento que antecedió a su nuevo disco no podía ser la excepción.
Pero Amy Lee estaba emocionada y fue capaz de lanzar un dardo de optimismo, a pesar de todo y de la situación del mundo en el que se gestó The Bitter Truth.
“Con esto de la pandemia realmente también me he dedicado a sentir la vida y verla más allá de los conciertos y las giras (que sin embargo hacen mucha falta), así que me dio un tiempo para mí y para roquear metiéndome hasta el fondo en este disco y alejándome un poco de ciertos elementos sinfónicos que exploramos en los últimos años”.
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“Algo que me llamó la atención de todo esto, es que siempre he pensado que soy dada a trabajar con más fuerza y empeño cuando enfrento dificultades. Eso me inspira. Así que este momento que la humanidad está enfrentando fue el mejor panorama para darle vida al disco. The Bitter Truth da, en realidad, da un mensaje de esperanza, con la idea de que tienes que encarar la realidad tal como te llega y asumir los problemas (..) La música siempre me lleva a un mejor lugar”, insiste, acerca del disco, que contó con la producción de Nick Raskulinecz (que ha trabajado con Alice in Chains, Foo Fighters y Deftones).

Detalle de la portada de The Bitter Truth.
BMG
Antes del confinamiento, Lee y su grupo estaban preparando una gira con la banda Within Temptation y estaban dando los primeros esbozos a lo que sería su nueva producción discográfica. En el 2018 se lanzó un disco en vivo (Synthesis Live), que recopilaba éxitos de sus seis álbumes anteriores, pero no tenían un material nuevo para compartir con sus fanáticos.
The Bitter Truth está conformado por 12 canciones: Artifact/The Turn, Broken Pieces Shine, The Game Is Over,Yeah Right, Feeding The Dark, Wasted On You, Better Without You, Take Cover, Far From Heaven, Part Of Me, Blind Belief y Use my Voice; esta ultima fue usada para incentivar el voto en la pasada campaña presidencial en Estados Unidos, lo que le dio gran notoriedad como sencillo, pero en realidad la compuso como respuesta al caso de Brock Turner, un joven de 21 años que agredió a una mujer en el 2015 y que salió de la cárcel tres meses después de ser hallado culpable.
“Siento que este disco refleja una declaración de independencia y un sonido que podría estar conectado con los inicios de la banda”. En realidad esta nueva aventura sonora le da más fuerza a las guitarras y tiene elementos que rememoran instantes sonoros de Fallen (2003) y de The Open Door, que se lanzó en el 2006.
"The Bitter Truth es un disco fuerte, pero a la vez más íntimo, pues compuse muchas canciones bajo el contexto del encierro y sin ver a mis amigos”, dice Lee, que a sus 38 años ha sabido mantenerse firme entre los vaivenes de la industria musical.
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"Es cierto: todo ha cambiado mucho. Eso tiene cosas positivas y negativas, cuando comenzamos no existían las redes sociales y ahora se tiene acceso directo a la música y a los fanáticos y no existen otros filtros para esa conexión. Ahora me puedo mostrar tal como soy con mis seguidores”.
“Sin embargo–contrasta– el reto es principalmente para los nuevos artistas, que no cuentan con la fortuna, como nosotros, de tener una base de fanáticos tan leal durante tantos años, así que es complejo que puedan hacerse notar de la misma manera ahora que el rock ya no es parte del Mainstrean, sino del underground”. Y asegura que siempre ha buscado como ayudarlos: “Claro, nosotros siempre tratamos de hacer nuestra parte con las agrupaciones que me parecen interesantes y (cuando estábamos de gira) llevándolos con nosotros”.
Lo de la devoción por el grupo hace recordar como en octubre de 2012 Evanescence se presentó en Bogotá junto a Garbage, The Drums y fue realmente Lee quien despertó a una multitud que parecía dormida entre el esfuerzo de los otros invitados al convierto. La mayoría había ido a verla a ella.
La cruda verdad es que tenemos una vida muy corta, pero eso nos lleva a luchar por ella y no perder el tiempo en el dolor”
"Siento que he crecido como persona y artista y eso se nota en el disco. Ahora somos una banda diferente, he trabajado con estos integrantes desde hace unos años y alcanzamos muchos kilómetros de giras, así que aunque amo los primeros álbumes, esta experiencia me ha permitido caminar más despacio y con pasos más firmes”.
En su casa, encerrada en su estudio, y sin el rastro de la adicta al trabajo que gastaba horas de su vida pendiente de todos los detalles de la banda, Lee parece haber curado heridas más profundas y deja una frase que define sus batallas como artista: ‘La música siempre me salva’.
“La cruda verdad es que tenemos una vida muy corta, pero eso nos lleva a luchar por ella y no perder el tiempo en el dolor”, finaliza.
Andrés Hoyos Vargas
@AndresHoy1