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Música y Libros

‘La riqueza musical de Colombia no tiene par’: Betto Arcos

Betto Arcos  cuenta sus travesías musicales en un  libro.

Betto Arcos cuenta sus travesías musicales en un libro.

Foto:archivo particular

El periodista musical recogió en un libro más de 140 historias que ha contado en la radio.

Betto Arcos aprendió a bailar con la música colombiana sin saber que era colombiana. Casi como una sombra, los ritmos de este país acompañaron al periodista musical a lo largo de su vida: cuando estaba en México, cuando llegó a los Estados Unidos como ilegal y también al convertirse en uno de los periodistas musicales más reconocidos de ese país.
Es tal su amor por los sonidos del Caribe colombiano, de los Llanos Orientales, de las cordilleras, del Pacífico, que la entrada de su libro Historias musicales del Barrio Cósmico empieza con crónicas sobre estas músicas. Específicamente, con un perfil sobre Carlos Vives.
El periodista mexicano le ha dedicado décadas a la música, a contar historias de intérpretes de todas partes a través de la 'NPR' (National Public Radio), en la 'BBC' de Inglaterra y en la radio pública 'KPCC', de Los Ángeles. Millones de personas han escuchado a Betto.
Recientemente estuvo presentado su libro en Colombia. EL TIEMPO conversó con el periodista.

En el libro es evidente su recorrido por Colombia...

Sí, el libro tiene unas diez crónicas de música colombiana. Es porque tengo una cercanía con Colombia muy emotiva, muy fuerte, muy amorosa, muy cercana... En los últimos años, en los que he ido tanto, he hecho muchos amigos. Me han recibido como en casa. Y estoy completamente embelesado por la riqueza musical de ese país. Creo que no tiene par. Es una riqueza que no le pide nada a nadie.

Tengo una cercanía con Colombia muy emotiva, muy fuerte, muy amorosa, muy cercana

No exagero. Soy de México, y es un país riquísimo, con tanta música también, pero ustedes, a pesar de que es un país pequeño en comparación a México o Brasil, tiene una riqueza musical incomparable. Cada vez que voy me encuentro con diferentes géneros musicales.

¿Por eso mismo pone primero a Colombia en su libro?

Carlos Vives en su momento tuvo un impacto muy fuerte en Colombia con 'La tierra del olvido'. Después, hay una crónica sobre la música colombiana y allí surge otra vez esta figura. Él se convirtió en un ícono por aquel disco que hizo que muchos colombianos volvieran a apreciar su música. Me contaron algunos artistas que gracias a ese disco en particular, no el de vallenato de 'Los clásicos de La Provincia', sino el disco de 'La tierra del olvido', muchos músicos locales volvieron a la raíz. Gracias a este disco surgieron muchas músicas nuevas en el país, de mediados de los años 90. Escribí la crónica en 1995, acababa de salir ese disco. Desde luego que se me ocurrió que era un gran disco. Tal vez por eso lo quise poner adelante, también porque es una de las primeras crónicas que escribí. Y que de alguna forma marcaron cómo cuento historias, no solo sobre la música colombiana y latinoamericana, sino en general de músicas de todas partes: África, Asia, Europa...

¿Cómo fue su acercamiento a la música colombiana?

Creo que como todos los latinoamericanos... aprendí a bailar con la cumbia y con la salsa. La cumbia colombiana nos enseñó a bailar en América Latina. Hay que recordarlo. Antes de la explosión de la salsa, en los años 70, obviamente por las grandes figuras de la Fania, el pueblo latinoamericano escuchó la cumbia en los años 60. Por ejemplo, escuchaban a Los Corraleros de Majagual, grupo del que surgieron muchas figuras de la música popular colombiana. Crecí escuchando cumbia. Fue la primera vez que tuve una referencia de Colombia.

¿Y cómo periodista?

Cuando estaba haciendo radio, a finales de los 80, en una radio de Colorado, Estados Unidos, descubrí otra cara de la música colombiana, nada más y nada menos que con Totó La Momposina. En ese disco emblemático que surgió gracias al sello de Peter Gabriel, Real World, un disco que es La candela viva. Esa fue la primera referencia musical colombiana. Yo ni siquiera sabía quién era Carlos Vives en ese momento. Aprendí a bailar la cumbia y luego la referencia inmediata fue Totó.

Qué otra anécdota...

Carlos 'Cuco' Rojas, fundador del grupo Cimarrón.

Carlos 'Cuco' Rojas, fundador del grupo Cimarrón.

Foto:Cortesía: Cimarrón

La experiencia que tuve con el maestro Carlos ‘Cuco’ Rojas, arpista, que falleció el año pasado, y que me llevó a conocer el Llano, a ‘Villavo’ y a Puerto López a escuchar Joropo. Nos sentamos a tomar una cerveza en un bar. Y le digo: “Bueno, aquí la gente está escuchando su música. No está escuchando reguetón u otra cosa. Escuchan joropo”. Y él me dijo: “Sí, es que aquí la gente siempre está escuchando la música con la que se identifica”. Y así te puedo contar en todos los lugares que he estado. En San Basilio de Palenque me senté junto a un niño que me empezó a enseñar a tocar el tambor, y yo, por más que lo intentaba, no lo lograba. Le decía: “Es que es muy difícil”. Un niño de doce años convertido en un maestro de la música...

¿Cómo ve la música colombiana actual?

Estoy convencido de que va a seguir sonando durante muchos años. Hoy en día el spotlight está en la música que vende más, la comercial. Y no es por menospreciar. Qué bueno que están haciendo lo que están haciendo, me parece válido y respetable que sean reconocidos y que les vaya bien. Pero estoy convencido de que hay música mucho más interesante. Espero que el trabajo que uno hace ayude a darla a conocer. No solo las fusiones. Hay un proyecto de Antonio Arnedo, que forma parte de Colectivo Colombia, un disco de hace dos años que se llama Soplo de río. Fusiona el jazz con música del Llano y del Pacífico. Eso es lo que me conmueve bastante. Hay una infinidad de posibilidades. Yo creo que tienen un mina de oro y que les falta mucho por explotar.

¿Cómo distribuyó los capítulos de los libros?

Betto Arcos  cuenta sus travesías musicales en un  libro.

Betto Arcos cuenta sus travesías musicales en un libro.

Foto:archivo particular

El orden de los capítulos tiene que ver con el contenido de cada historia. Llevo trabajando para medios de Estados Unidos muchos años, para la BBC de Londres más de 20 años, y me di cuenta de que lo importante para contar algo, sea de música, cine o literatura, siempre será lo que se conoce como el arco de la historia, la parte principal, la trama. ¿Qué es lo importante de una historia? Vamos a entrar al libro y te diré: el primer capítulo está enfocado en la identidad. Una vez hecha la selección de las 152 historias del libro, vi que había algunas que abordaban el tema del empoderamiento de la mujer, otras sobre la adversidad de un músico, o de un grupo, de poder sobrevivir. Había unas sobre conflictos sociales o políticos y un par sobre el Medio Oriente en los que abordo la Primavera Árabe. Hay historias sobre los narcocorridos, que hablan de gente que ha sido asesinada por cantar ciertos temas. Hay un perfil de un personaje que está glorificando al narco. Hay relatos de migración, de productores como Gustavo Santaolalla, o de instrumentos en los que se enfoca la historia de un personaje.

¿Y en el caso de Brasil y de Cuba?

Para mi estos lugares representan casi mundos aparte de América Latina por dos razones. Brasil, el idioma es el portugués, y por esto es un mundo un poco aislado del resto de la región. Si le preguntas a un brasileño qué conoce de música colombiana lo más probable es que no sea mucho. En Cuba tenemos una historia entorno a dos Cubas: la de la Revolución y la de fuera, de la diáspora de los que se fueron, pero que finalmente siguen siendo cubanos y siguen tocando música colombiana. Quise seleccionar historias de música cubana entorno a el concepto de Cuba dentro y fuera del país. Lo más fácil habría sido hacerlo por países.

Usted hizo estas historias para radio, ¿Cómo fue pasarlas a texto escrito?

Ese fue el trabajo duro. Tenía la mayoría en mis archivos de mi computadora porque como periodista de radio escribo guiones. Y ese guión lo usa un ingeniero o un productor para mezclar lo que saldrá al aire. Todas las historias que están en el libro se oyeron en la BBC o en NPR de Estados Unidos o en una emisora de Los Ángeles. Si buscas a Guinga en Google y pones Betto Arcos, la podrás escuchar. Tocó coger texto por texto y reescribirlo. Después vino la segunda parte: buscar las fotografías para cada uno. Tomé muchas de las fotos que aparecen ahí.

¿Cómo fue su paso a Estados Unidos?

Es una historia un poco singular si miras los dramas y tragedias que hay hoy en día en la frontera entre México y Estados Unidos. Pero la verdad es que esa experiencia no tiene nada que ver con la mía. Soy un afortunado. Llegué a la frontera a mediados de los años 80, sin papeles, pero ya tenía una ventaja y es que había vivido un año en Estados Unidos, estudié inglés con 15 años, aprendí el idioma, entonces el pasaporte para cruzar la frontera fue el idioma. Llegué a la frontera y el agente de migración me dice: “¿Usted es americano?” Y le respondí en inglés: “Claro que sí”. “¿A dónde va?”, me preguntó, a lo que le respondí: “Boulder, Colorado”. “Muy bien, bienvenido”. Y así crucé la frontera. Fue muy sencillo. Me subí a un autobús hacia Colorado, la frontera la crucé en Matamoros. Y al norte de Brownsville, a unas dos horas, nos volvieron a parar los migras y se subieron al autobús. Le pidieron papeles a todos los pasajeros. Yo no llevaba. Un agente se acerca, se me quedó viendo, y me dice en inglés: “¿Usted es ciudadano americano?” Y le dije que sí. No me pidió papeles. Aun hoy no entiendo.

¿Cómo llegó a la radio?

Llegué a Estados Unidos en 1985, empecé a trabajar en lo que se pudiera: jardinería, albañilería, pintura, carpintería. Fui mesero. Un día un amigo brasileño me presentó a un locutor de radio colombiano. Y este ‘man’ como dicen ustedes, de’nombre Javier Garcés, me abrió las puertas a la radio. Me dijo: “Oye, Betto, tú tienes muy buena música, porque no nos compartes tu música y hablas de eso en el programa de radio”. Terminó el programa y para despedirnos me preguntó si yo quería hacer el programa, me dijo que él ya no estaba tan motivado. "No tienes experiencia, pero eres un natural", me dijo. En un mes empecé a trabajar en eso. Javier Garcés me abrió las puertas a la radio y en el libro lo menciono, hablo de él en el primer párrafo de la página ocho.

¿Ya cuántos años son de eso?

Fue en 1986. Hace 35 años Javier Garcés me abrió las puertas de la radio, una radio pequeña, comunitaria, de la ciudad Boulder, Colorado... Estuve ahí trabajando como voluntario unos seis o siete años. Y empecé a los dos o tres años que eso lo podía hacer. Tuve la fortuna de conocer a un señor que me ofreció pagarme la carrera en Colorado, hice la carrera de periodismo. Eso fue en 1989 cuando empecé a hacer entrevistas. Yo editaba cinta analógica, de carrete. En mayo de 1993, la misma semana en que me gradué de la Universidad, salió mi primer reportaje en radio nacional. Y desde entonces no he parado. ¿Qué sería la vida sin música?
SIMÓN GRANJA MATIAS
Redacción Domingo
@simongrma

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