En un año en el que se respira fútbol, a propósito del Mundial, y con un país invitado de honor con una de las mayores tradiciones en ese deporte, su eslogan en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo) no podía ser otro: ‘La literatura argentina sale a la cancha’.
La gigantesca imagen de la bandera de franjas azules y blancas del país gaucho, que enmarcan un gran estadio de fútbol, se convierte en la puerta de ingreso a su pabellón 4 en Corferias, que acoge desde hoy a la Filbo.
“Las dos pasiones que nos unen a los argentinos con los colombianos son el fútbol y los libros, que hemos compartido desde siempre”, comenta Pablo Avelluto, ministro de Cultura de Argentina.
Las dos pasiones que nos unen a los argentinos con los colombianos son el fútbol y los libros, que hemos compartido desde siempre.
El funcionario recordó el vértigo que se vive en los días previos a una feria literaria, que él sintió en carne propia como editor por muchos años.
Al aludir a esa hermandad literaria con nuestro país, Avelluto cuenta la anécdota de cuando se desempeñaba como editor en Sudamericana. Todos los días pasaba frente a la famosa carta, enmarcada en una pared, que Gabriel García Márquez le escribió al editor Paco Porrúa, en la cual le decía que andaba escribiendo una novela que era diferente a lo que se escribía en ese momento y que lo tenía muy atrapado.
“Justamente, el año pasado festejamos los cincuenta años de la primera edición de Cien años de soledad en nuestra Biblioteca Nacional”, anota el funcionario.
Argentina desembarca con más de 30 invitados, entre escritores, poetas, caricaturistas y músicos.
Entre ellos se destacan Alberto Manguel, Eduardo Sacheri, Andrés Neuman, la dramaturga Claudia Piñeiro, María Teresa Andruetto, Luis Pescetti, Leopoldo Brizuela, el caricaturista Liniers y la chef Narda Lepes.
Al reflexionar sobre la movida cultural actual de su país, Avelluto anota que la cultura argentina estaba “abrazada a sus tradiciones del pasado y a sus grandes nombres”.
“Tenemos una suerte de nostalgia que nos ha impedido enamorarnos del presente. Y creo que eso empezó a transformarse. En la cultura reverberan muchos de los debates políticos, pero entendimos que la cultura no debía ser una herramienta de propaganda”, anota.
Para Avelluto, hoy se percibe una cultura “vibrante” que está cosechando nuevos triunfos en las artes. Mucho de eso es lo que los visitantes a la Filbo encontrarán en el pabellón del país invitado.

Pablo Avelluto, ministro de Cultura de Argentina.
Claudia Rubio/EL TIEMPO
Cultura y Entretenimiento
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