A Larissa de Macedo Machado la llaman ‘La reina de la favela’. Nació en Río de Janeiro en 1993. Es compositora, cantante y actriz. Desde 2013 su música es un éxito casi estruendoso en Brasil. Ahora, siete años después, ella misma admite que no está segura de qué tanto le ha gustado la manera repentina en la que su carrera se ha internacionalizado.
Su premisa es clara: “Llevarle la cultura brasileña a todo el mundo”. El disco que está preparando mezcla los sonidos típicos de su país con los de la música urbana y popular de hoy. Toques festivos de samba y 'bossa nova' se pueden percibir en ritmos con percusiones fuertes y bases de 'dembow'.
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Como Carlos Vives con el vallenato o, más recientemente, Rosalía con el flamenco, Anitta quiere hacer que el 'funk' carioca sea un ritmo con público internacional. Para lograrlo, atravesó los límites del idioma y se ha unido en canciones en español e inglés con artistas del nivel de J Balvin, Rita Ora, Snoop Dogg o Madonna.
La brasileña del momento ha estado cuatro veces nominada al Grammy Latino y ahora, que trabaja en su quinto disco (el más carioca hasta ahora, según ella), charló con EL TIEMPO de la labor política de la música popular, de su relación con Colombia y de sus planes musicales.
Es que 'Downtown' fue una cosa gigante. No sé si yo quería que fuera tan rápido el éxito. A mí me gusta más cuando las cosas son graduales, ¿sabes? Eso da tiempo de prepararse y arreglar todo, pero igual qué bueno que fue así, fuerte. Desde entonces he hecho cosas enfocándome en el público de cada país, repartiendo un poco de 'funk' por todo el mundo. Logré grabar con artistas como Black Eyed Peas, Ozuna, Maluma, Sean Paul… Creo que estos años me han ayudado a aprender mucho. Han pasado tantas cosas que me ha costado trabajo procesarlas. Por más de que yo trabajo bastante y lucho demasiado, ver estos resultados de forma repentina es especial.
Su propuesta ha sido la que más ha unido la música popular brasileña con la del resto de América en años. ¿Por qué cree que no hay más fusiones, si hay tantas cosas en común?Brasil es un país latino. Pero el idioma crea una barrera gigante entre nosotros y el resto del continente. El español une a toda Latinoamérica y pasa por Estados Unidos, pero ahí no se incluye a Brasil. Hay artistas que son muy conocidos aquí, en Brasil, pero que nadie sabe quiénes son en Latinoamérica hispánica; y hay artistas que son muy famosos en los países latinos que hablan español y que la gente de Brasil no tiene idea de quiénes son. Y creo que la frontera es el idioma.
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Culturalmente somos muy parecidos, pero la lengua crea esta separación que nos hace sentir lejos. Y creo que la música está haciendo el trabajo de romper esa frontera y mezclarnos más. Así pasó cuando grabé con Maluma y luego con J Balvin. En el momento en el que nos juntamos compartimos nuestros públicos. Eso nos hace comprender que unirnos nos hace más fuertes. No se trata de una competencia, como a veces lo plantean la prensa o algunas personas.
Yo me siento muy en Brasil cuando estoy en Colombia. Tenemos costumbres y formas de ser muy parecidas. Trabajar con gente de allá me hace sentir en casa. Es una conexión fuerte. Hubo una época en la que en Brasil se oía pop en español como Ricky Martin, Alejandro Sanz, Shakira. Pero después pasó un tiempo en el que dejamos de oír canciones en este idioma en las radios. Y la primera vez que volvió a entrar algo en español, después de ese momento, fue con J Balvin.
Usted incorpora samba, 'bossa nova' y otros sonidos de la tradición brasileña a la música urbana y popular...Es la idea. El álbum que estoy por lanzar tiene ese concepto central. Hay un par de canciones que no tienen esta fórmula, como 'Tócame', con Arcangel y De la Ghetto, que no tiene ninguna característica brasileña, es puro reguetón. Eso hace parte de una estrategia de preparar al público. Es como arreglar el terreno. Queremos que la gente esté lista para recibir lo que vamos a lanzar después, entonces primero nos conectamos con las personas con algo que les sea familiar.
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Lo que sigue es un tema que se va a llamar 'Me gusta', que es con Mike Towers y tiene una propuesta completamente fresca: es una fusión de ritmos que tiene mucho de Brasil. No sabemos si a la gente le va a gustar o no. Estamos tomando un riesgo cultural. Así me gusta hacerlo. La intención de mi trabajo internacional es mostrarle la cultura brasileña al mundo, pero eso tiene que ser pasito a pasito. No se puede llegar de una a hacer locuras, sin planear.
Es difícil. Al principio yo pensaba que no había una diferenciación de géneros en la industria. Antes no me llamaba la atención el asunto del feminismo. Pero cuando empecé a trabajar, empecé a sentir estos prejuicios. Me costó trabajo entender que el problema pasaba por el hecho de que yo soy mujer. Cuando lo comprendí, cambié todo mi trabajo para luchar contra esto y lograr que las mujeres sí tengan más voz, que sean respetadas y tengan visibilidad.
Hace ya varios años que tomé conciencia de la importancia de seguir insistiendo en esto, porque el machismo todavía no ha pasado. Lo que hago es ser auténtica: ser quien yo soy y no lo que la sociedad espera que sea, sin importarme si a la gente le va a gustar o no. Yo hago lo que quiera hacer, con tal de no dañar a otra persona. La cultura nos ayuda a popularizar rápidamente informaciones y discursos como el del feminismo. La gente termina consumiendo las ideas de manera natural, orgánica, sin sentir el proceso.
A las personas les interesan las vidas de los artistas, los chismes. ¿Por qué no aprovechar la visibilidad para traer temas que realmente necesiten ser conversados por la sociedad?
Yo no lo podía creer. Me puse muy nerviosa, orgullosa y feliz cuando me junté con ella. Es como si fuera un reconocimiento al trabajo de años. Tener a una persona como ella valorando mi trabajo y diciendo que mi trabajo sí es bueno, para mí fue una gran emoción. Muchas de las cosas que hoy en día las mujeres tenemos la libertad de hacer es porque ella las hizo primero.
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Madonna tuvo el coraje de ponerles la cara a los golpes, a las cosas que decían de ella. Seguro es una persona que ha sufrido mucho. Yo acá en Brasil sufrí cuando estaba empezando y, al mostrar mi personalidad, la gente me juzgaba. Nuestra libertad sexual y sensual la tenemos gracias a que Madonna ha luchado mucho culturalmente por esta causa.
Toda la gente consume cultura. A las personas les interesan las vidas de los artistas, los chismes. ¿Por qué no aprovechar la visibilidad para traer temas que realmente necesiten ser conversados por la sociedad? Algunos jóvenes no tenemos paciencia para hablar de temas muy importantes. Solo queremos bailar y divertirnos. Si los jóvenes admiran a algún artista que les dé fiesta y diversión y luego lo ven hablar de cosas importantes, tal vez le presten más atención. Es lo que yo intento.
Y este preciso momento político en Brasil es bastante complicado...El país está repartido en dos. Ahora, por el tema del coronavirus, principalmente. El presidente no le da la importancia que le corresponde a la enfermedad. Eso generó, como en Estados Unidos, que la gente que apoya al gobierno no se quiera proteger. Es muy complicado.
MATEO ARIAS ORTIZ
Redacción Domingo
EL TIEMPO
En Twitter e Instagram: @mateoariasortiz
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