Dicen que muchos perros escogen a sus amos. Algo así le ocurrió al escritor Alonso Sánchez Baute con su perra -compañera inseparable por 14 años- y quien inspira, precisamente, su nuevo libro ‘La mirada de Humilda’.
“Cuando apareció Humilda yo no quería perros. Lo que menos me interesaba era establecer compromisos, porque vivía en una sola rumba”, cuenta el autor. Apenas unos años antes, había publicado su exitosa novela ‘Al diablo la maldita primavera’, sobre la agitada noche gay bogotana, que está celebrando su aniversario número 20 años con una reedición.
De allí que Sánchez ande por estos días de doble celebración literaria. Es curioso, pero así como la protagonista de su primer libro es ‘Assesinata’, una ‘drag queen’, el nombre de su perrita también se inspira en esos personajes que iluminan las noches de la rumba ‘queer’. “Desde el momento en que apareció Humilda -dice-, siempre he pensado que es un nombre de ‘drag queen’”. Agrega que aunque ha tenido mascotas desde niño -llegó a tener un tigrillo de compañero a los 9 años- no era precisamente un perro lo que buscaba por allá en el 2007.
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El libro es editado por Seix Barral.
Archivo particular
Pero la vida es caprichosa y se encarga de imponer sus reglas de juego. Corría abril y Sánchez y su pareja de entonces fueron a visitar a unos amigos, cuya perra Pancha había dado a luz pocas semanas antes. De pronto, cuando se acercaron a conocer a los cuatro cachorritos, uno de ellos se desprendió de al teta de la mamá y comenzó a arrastrarse, tambaleando, hacia los zapatos del autor y de su compañero. “De un momento a otro se quedó mirándonos a nosotros fijamente”.
De allí el título, pues sin duda, esa mirada que luego lo acompañó más de una década fue el lenguaje cifrado que siempre manejaron Sánchez y su adorada Humilda.
“De hecho el libro trae fotografías de las diferentes maneras de mirar de Humilda que era como los dos nos comunicábamos. Y de esa manera también, Humilda nos escogió. Mi pareja se la pidió de regalo a mi amiga. Yo esperaba que la dueña dijera que ‘no’, pero en el fondo sí quería. Y claro que nos la terminamos llevando a casa”, recuerda el autor.
El libro es un interesante ejercicio narrativo, en el que a medida que Sánchez cuenta lo que fue su intensa relación con Humilda, también la perrita aparece con su propia voz, en varios capítulos. Pero además, la narración es una oportunidad para los amantes de los perros, de sumergirse en lo que ha sido la evolución y compañía de este animal, a lo largo de la historia de la humanidad.
Para ello, el autor realizó una larga investigación, durante muchos meses, que lo llevaron a libros y estudios científicos, que incluso reseña al final del libro, con el ánimo de abanderar una bibliografía en torno al tema.
“El libro está estructurado a dos voces. Una del narrador, que puedo ser yo o que puede ser otra persona, pues como mis otros libros, en este hay memoria y ficción. La voz de Humilda es una voz muy corta y concreta; y era la manera como ella veía el mundo y me veía a mí. Es una voz muy bonita”, explica Sánchez.
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“Si Coloncho me viera justo en este momento diría que tengo la mirada sosegada y dulce de la hembra de un mamífero salvaje recién parida, la sonrisa insinuada, la lengua lamiendo a sus cachorros. Es la primera imagen que me llega a la cabeza cuando pienso en alguien agradecido con la vida. Y, ¡guau!, yo sí que tengo razones para hacerlo. Disfruté estar viva, fui amada, fui libre y sigo siendo yo”, dice Humilda en uno de los apartes del libro, desde la dimensión en donde se encuentre.
Sánchez anota que fue como un ruido que se le presentaba a medida que avanzaba en la escritura, que le pedía ser parte de este proyecto. “Al principio tuve dificultades en la mediad de poner hablar a un perro, pero ella fue apareciendo con sus historias. Era una voz que me estaba hablando y que me decía: ‘yo quiero aparecer en estos relatos’”.
A esto se suma el ensayo, que también era un género en el que Sánchez quería navegar. En especial hablar, por ejemplo, desde la autodomesticación del lobo –ancestro del perro-, hace 30 mil años, hasta este fenómeno mundial hoy de “humanizar” a los perros, con lo que el escritor no está de acuerdo.
El autor también de ‘Líbranos del bien’ explica que el libro comenzó a fraguarse en dos momentos. Primero, hace unos años cuando se le ocurrió crear un blog en el que le dio voz a Humilda. “En uno de esos artículos que ella publicó -recuerda-, decía que ella había nacido para ser escritora”.
Luego, siempre que salía de paseo con la perrita o estaban juntos en el apartamento, Sánchez comenzó a describir en una pequeña libreta lo que significaba cada una de las miradas de Humilda.
“No era un experimento ni quería escribir una tesis. Era una cosa de pasatiempos, de distracción de mi trabajo en la escritura de otro proyecto. Y con el tiempo fui entendiendo que la mirada coincidía con lo que ella estaba tratando de decirme, lo que estableció un vínculo mayor”, explica.
Luego encontró, en una investigación sobre la evolución animal, que los perros, a diferencia de otros animales, encuentran en el amo su mayor referente.
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“El perro es el único animal que establece a su dueño como su ‘alfa’. No sucede como con los otros animales. El perro no tiene en otro perro a su ‘alfa’ porque no viven en manada, aunque pueden estar en grupo. Para ellos su dueño es su jefe de la manada. Entonces esa mirada constante del animal es exactamente la de un cachorro león siguiendo a su madre o un patico siguiendo a su madre. Eso se establece también en esta relación. Y ese vínculo se da en la crianza y la confianza de la relación”, comenta Sánchez.

Humilda también participa con su voz en el libro.
cortesía del autor
Pero si bien, ‘La mirada de Humilda’ es un acercamiento narrativo a la relación de los perros con su amo, el libro es también un ejercicio de catarsis del duelo que vivió Sánchez Baute, luego de la partida de su compañera, el 3 de abril del año pasado.
Agradece, eso sí, no solo los 14 años de compañía, sino, en especial, esos dos años de encierro, durante la pandemia, que se convirtieron en el mayor regalo de despedida.
“No entiendo la pandemia si no es al lado de ella. El acuartelamiento de primer grado no implicó mayor cambio en mi rutina pues yo vivo y trabajo solo. Pero afortunadamente yo tenía a Humilda, con la que pude salir a caminar con ella las veces que quise. Pude hablar con ella mucho y abrazarla”, comenta.
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De hecho, al proceso del duelo Sánchez le dedica un capítulo especial. Cuenta que venía preparándose desde hace muchos años para ese momento, como suele pasarles a muchas personas.
“Efectivamente creo que la muerte de un animal es devastadora. Aunque no en todos los casos. Eso es proporcional a la alegría que nos dio esa mascota en vida”, comenta el autor.
Esta etapa, le permite reflexionar sobre los sentimientos que pueden aflorar en las personas, con la pérdida de su mascota, que pueden estar relacionados también con la culpa. Sánchez, quién se considera un privilegiado de no haber perdido aún a un ser querido cercano, se aventura a pensar que la tristeza de la pérdida de la mascota se suele proyectar a situaciones que quedaron pendientes con los seres queridos.
“Después de la partida de Humilda le encontré mayor sentido a la muerte. Creo que ese duelo tiene que ver con el hecho de que al momento de la muerte del animal uno no piensa en culpas ni resentimientos, que sí suelen suceder cuando se le muere a uno un ser querido”, comenta.
Y une esta ida a otra que se remonta a los tiempos de Heráclito o incluso a los orígenes de la religión judeo-cristiana, cuando se estableció que los animales no tenían alma y, como tal, se les consideraban seres inferiores.
“Afortunadamente todo eso está cambiando y ya vamos en la autoconciencia animal. En estos últimos cincuenta años lo que más se discute es la 'teoría del especismo', que va en contra de que el ser humano es superior, incluso a la naturaleza. Por eso esta relación que hemos venido estableciendo con los animales es más respetuosa”, anota.
Por ahora, Sánchez disfruta, como se lo dice la propia Humilda en el libro, de su “libertad”. Es comprensible, pues de todas maneras, una mascota limita de alguna manera la vida. Sin embargo, sabe que algún día cercano se decidirá a adoptar otra perrita.
“Ya le tengo el nombre (pero no lo revela). La otra vez que estaba caminando con mi hermano, terminé comprando un collar y otra cadena. Y él me preguntó: ‘¿para qué?’. ‘Pues cuando tenga otro perro’, le contesté. Y ahí están guardados. Hay esa esperanza o ilusión de que la voy a volver a tener”, concluye.

Edición conmemorativa de 'Al diablo la maldita primavera'.
Archivo particular
Para conmemorar los 20 años de ‘Al diablo la maldita primavera’ - Premio Nacional de Novela en 2002-, Sánchez Baute conversó con el exministro Alejandro Gaviria, a propósito de celebrarse la semana del orgullo LGBTIQ+ en todo el mundo.
En esta novela, el autor da vida a ‘Assesinata’, una ‘drag queen’, que llevará de la mano al lector por los recovecos más oscuros y profundos de la rumba gay bogotana, y también por el alma y los sentimientos de quienes hacen parte de esta comunidad.
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