La Big Band San Fernando, compuesta de 22 músicos, acompañará en un show a Alfredo Gutiérrez este sábado 22 de octubre, en el teatro Jorge Eliécer Gaitán, en Bogotá.
Es un concierto homenaje hecho por una orquesta relativamente nueva a una leyenda viva del folclor colombiano, como Alfredo Gutiérrez. Toman la música que hizo con Los Corraleros de Majagual y lo mejor de su trayectoria como solista, la interpretan y lo acompañan en escena.
“Cantar con una big band me pareció excelente –dice Gutiérrez–. A diferencia del formato sinfónico que era nuevo para mí, esta experiencia es más parecida a tocar en Los Corraleros de Majagual, aunque con 22 músicos. Así que suena más duro todavía y es más afín con el sonido tropical. Con la sinfónica se hacía mi vallenato un poco más estilizado, acá creo que me voy a parecer más a Lucho Bermúdez o a Pacho Galán o a Pedro Laza y sus Pelayeros”.
De hecho, la Big Band San Fernando se formó con la idea de exaltar la música tropical colombiana y latina. Así que Gutiérrez estaba en su salsa: “No tuve que ensayar nada, incluso grabamos ya unos especiales y salió de una”, dice el músico conocido por Anhelos y Ojos indios.
Del último año, Gutiérrez dice que hizo varios sinfónicos, pero la mayor parte de sus presentaciones fueron en su formato convencional. Este año no pensó en grabar nada.
Cada vez cree menos en los álbumes musicales...
Ahorita pocos están sacando álbumes completos, se saca un sencillo, pero no he tenido tiempo de grabar sencillos porque necesitan dinero y tiempo en promoción. Mejor, el año que viene. La promoción me cansa más que los bailes, puedo estar todos los días en concierto, pero la promoción es ir de aquí para allá y cantar en todos lados.
¿Qué viene el año entrante?
Me voy a dedicar a visitar escuelas de las que enseñan a tocar acordeón. Están enseñando a tocar, pero no les enseñan el sentimiento, la cadencia, el feeling vallenato. Voy a dictar clases didácticas en las escuelas del país para enseñarles a los niños a querer y sentir el vallenato. Esto porque siento que muchos de los que se inscriben buscan más ser famosos.
Su preocupación por el folclor ha sido constante...
Lo de las escuelas lo vengo pensando, porque todo acordeonero nuevo que escuchas, sea niño o joven, sabe digitar pero no lleva el sentimiento. Salvo excepciones, ya no graban vallenato. Entonces se va perdiendo. Ahora que el vallenato tradicional está protegido por la Unesco es cuando menos se toca. Y si llega un tipo de esos de Europa, un musicólogo y los oye, creerá que están tocando guaracha o reguetón.
En ese aspecto, ¿cómo ve la música sabanera, la de su tierra, pariente de la vallenata?
Los sabaneros no se preocupan por preservar lo suyo. Ahí sí hay que reconocerle a la gente de Valledupar y del Festival de la Leyenda Vallenata, que mal que bien se preocupan por su folclor aunque en el Parque de la Leyenda pongan hasta reguetón. Pero alrededor, las casas están llenas de acordeoneros tocando vallenato clásico, porque para la ocasión sí se toca vallenato de verdad.
¿Participará en el concurso de Rey de Reyes del Festival Vallenato el año entrante?
Desistí de concursar, aunque no puedo dejar de ir a festivales. El año antepasado no fui porque estaba en Paraguay y este año, en Europa. Pero el entrante sí voy a tocar en clubes.
¿Por qué desistió?
La música es para la paz, para convivir, para la fraternidad. Pero cada vez que llego a Valledupar se forman rivalidades y peleas. No quiero pelear con nadie. Le doy la bendición al Festival. No me pongo celoso porque no me hagan homenajes, ellos son dueños de su concurso y están en su derecho de homenajear a quien quieran. Además, los felicito porque su labor ha sido buena en pro del verdadero vallenato.
EL TIEMPO
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