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Música y Libros

Cartografía del amor de Alicia y P, en la nueva novela de Alfonso Carvajal

Alfonso Carvajal es autor de más de 10 libros, entre ellos ‘La sonata del peregrino’, ‘Ruega por nosotros’ y ‘Pequeños crímenes de amor’.

Alfonso Carvajal es autor de más de 10 libros, entre ellos ‘La sonata del peregrino’, ‘Ruega por nosotros’ y ‘Pequeños crímenes de amor’.

Foto:Claudia Rubio / EL TIEMPO

En 'Una novela posible', el autor experimenta las posibilidades de la fragmentación en literatura.

juan camilo rincón*
Alicia y P habitan un tiempo vivo y nuevo donde están empezando a descubrirse. Ella es una profesora de matemáticas que piensa siempre como una estratega y se alza como un misterio constante; él, un escritor de lengua filuda que busca sobrevivir a la derrota de un matrimonio fallido. En Una novela posible, el escritor, editor y poeta cartagenero Alfonso Carvajal construye la historia de un amor esperado que va tomando fuerza a través de los boleros, el whisky y los bosques frondosos de las ciudades que son cómplices.
Entre encuentros que se van volviendo desencuentros, Carvajal hila otras historias atravesadas por Rilke, Vallejo y Piglia, Charly García y Led Zeppelin, Picasso, Goya y Kahlo, y otras figuras con las que el autor nos revela un mapa afectivo y literario fragmentado como la vida. Con relatos, poemas y voces que confluyen en una estructura narrativa impecable y precisa, el autor nos lleva por ese universo del amor redentor y la vida estropeada, donde somos la ficción de nuestras propias desgracias y victorias.
Llama la atención cómo se entremezclan encuentros eróticos con opiniones políticas y reflexiones sobre la literatura. ¿De dónde nace esta idea?
Llegar aquí ha sido un arduo proceso. En mi ópera prima, 'El desencantado de la eternidad', comencé a experimentar la fragmentación. Luego aparece, en 'Hábitos nocturnos', la polifonía, a través de tres monólogos que se entrelazaban y le dan soporte a la historia. En 'Una novela posible' me aventuré a ‘volver posible lo imposible’, a trastornar lo cronológico y a través de piezas sueltas armar un caos armónico. Recuerdo que Bolaño decía que en el siglo XXI la novela era más un asunto de estructuras. En este libro aparecen voces en primera persona, segunda persona, narrador omnisciente y sueños que hacen parte de las obsesiones de los personajes y posibilitan diversas miradas del hecho narrativo. Uno de los argumentos es el encuentro amoroso entre una lectora apasionada y un escritor, pero también el quehacer literario, el deseo, la muerte, la enfermedad, y el arte como una expresión de resistencia en un mundo arbitrario y caótico. Relatos paralelos y adyacentes, simultáneos si se quiere, pues mientras los protagonistas existen en el mundo de la ficción, al margen ocurren otros eventos, como una canción o alguien que toma una decisión catastrófica, que forman un todo de partes.
¿Por qué en la novela se nombra a Alicia y Berenice, por ejemplo, pero el protagonista solo se llama P?
Puede ser un guiño maquinal a Kafka, con el personaje de K en El proceso. La literatura son fragmentos pasionales del inconsciente. P ya existía en 'La sonata del peregrino', que puede significar poeta, paria o persona que en portugués significa Pessoa. P es el lugar de la palabra, se mimetiza en las distintas facetas que forman una vida. En realidad somos varios, otros.
La nueva novela es editada por Literatura Random House.

La nueva novela es editada por Literatura Random House.

Foto:Archivo particular

También aparecen Germán Espinosa, aun sin nombrarlo, y su esposa Josefina. ¿Por qué?
Germán Espinosa escribió 'La tejedora de coronas', una de las mejores novelas de nuestra literatura hispanoamericana. Su complejidad y en la época que apareció han hecho difícil su relevancia y divulgación. Su aparición en Una novela posible es un juego de máscaras. Sé que el escritor Sebastián Pineda, radicado en México, está escribiendo una novela ensayo sobre Espinosa; un personaje de ficción como sus novelas y cuentos. Soñaría con una novela, por ejemplo, sobre Kafka, enfatizando su relación entre la noche y la escritura; Stevenson me parece un personaje novelesco, que después de escribir novelas tan antagónicas como El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde y La isla del tesoro se refugia en las islas del Pacífico Sur. Hoy está enterrado en una tumba solitaria en un monte en Samoa.
“La novela parió de mis entrañas a una mujer indomable”, dice el personaje del letrado (Germán Espinosa). ¿Qué ha salido de las entrañas de Alfonso Carvajal y sus libros?
La literatura nace de las entrañas y la razón: su motor es la poesía. Se complementan, es un organismo vivo. He parido un cura adicto a la cocaína, el padre Saldarriaga; un san Francisco chocoano, un Borges bogotano, una prostituta embarazada; en general, la narrativa me ha acercado a personajes marginales y a humanizar mitos. En poesía, un género difícil e intrínseco, he encontrado la despersonalización de la literatura. Las imágenes y las reflexiones en la poesía pertenecen a la psicología de la humanidad.
Las historias dentro de las historias son muy ricas, y uno valora esos paréntesis en los que se cuelan Baudelaire, Miles Davis, Pessoa o el guaguancó. ¿Cómo escogió las que complementaban la historia de Alicia y P?
Deleuze habla de la novela como una máquina, cuando esta empieza a funcionar entramos en el mundo de la ficción. Esos personajes de la literatura, de la música, de la calle, surgían inconscientemente, que es otra forma de la espontaneidad; son presencias que hacen parte de la vida de Alicia y P. Unas veces son producto de las acciones y sentimientos de ellos, y otras son voces que emergen de la trama del universo narrativo. Más que paréntesis, yo los llamaría enlaces. Las partes comienzan a hacer parte del todo. Hay algo de magia e intuición.
Así como sucede con Teresa Wilms Montt, ¿cuál es la gran ficción de la realidad en su vida?
Teresa Wilms Montt es una revelación. La encontré por casualidad en una película chilena sobre su vida. Leí sus poemas, sus experiencias íntimas, me apasionó su búsqueda de la libertad a principios del siglo XX, en un medio machista e intolerante. Es ingresada a la fuerza por su familia en un convento y de allí la saca a escondidas el poeta Vicente Huidobro. En Marcela, del Quijote, hallé a una mujer libre, cuya felicidad radicaba en estar en una soledad absoluta. Era casta, porque le aborrecía comprometerse con un hombre o cualquier ideal social. Era silvestre como los cervatillos del bosque. Lo que más me atrae es meterme en la piel de cada uno de los personajes, allí la ficción se convierte en el verdadero radar de la creación.
En esta novela hay alusión a famosas parejas de novelas, como María Iribarne y Juan Pablo Castel (El túnel). ¿Cuál es para usted el gran dúo de la literatura?
La literatura está nutrida de dúos. Casi todos dramáticos: Ofelia y Hamlet. Ana Karenina y el conde Vronski. Martín y Alejandra Olmos, en Sobre héroes y tumbas. Baudelaire y Jeanne Duval. Rimbaud y Verlaine, que vivieron su propia temporada en el infierno. En cuanto a mi creación literaria escribí sobre la relación entre René y Rómulo, dos sacerdotes que, cercados por la presión social, deciden mandarse a matar. En cuanto a Alicia y P, me llama la atención su relación fundada en una cartografía del amor que aparece en un fragmento de Carta a un joven poeta, de Rilke, donde este sugiere con espíritu libertario una relación entre personas, y no entre un hombre y una mujer: “De que dos soledades se cuiden, se respeten y se saluden mutuamente”. El amor como la literatura hay que reinventarlo.
Usted afirma que el Quijote sabía del poder del lenguaje. ¿En qué libro cree que se puede reconocer todo ese poder?
Más allá de la fantasía y las aventuras de caballería, Cervantes expresa el poder del lenguaje a través del Quijote. Por eso, Sancho lo hace a través de refranes populares y el caballero de la triste figura se exterioriza con finura poética y una sabiduría natural. Él era la lengua de Cervantes y éramos todos.
En algún momento afirma que “hay pinturas expuestas en los libros, colgadas en una página”. Pensando en el anverso de este concepto, ¿qué pintura quisiera ver convertida en libro?
Me gustaría ver convertida en libro Las meninas de Velásquez. El pintor está involucrado en el cuadro, como el escritor en el libro. Pude ver el cuadro en el Museo del Prado y en vivo la dimensión emocional y estética es abrumadora. En el centro la infanta Margarita de Austria, rodeada de una sierva y una religiosa; en un espejo se reflejan las figuras del rey Felipe y Mariana de Austria, y al fondo un extraño abre una puerta. En esos personajes se hallan los secretos de un reinado, de una nación. Son perspectivas mentales, insinuaciones, en un espacio cerrado e infinito que expresa una pintura.
¿Cuál cree que es el género que mejor permite contar la realidad colombiana?
Se habla de la extinción de la novela, en que ya los caminos están recorridos. Aunque en gran medida es cierto, pues la literatura comercial ha colaborado en esta idea por la repetición de fórmulas y clichés. Se siente un desgaste. Pienso que hay que buscar otras formas escriturales, lo que significa un riesgo; explorar sobre lo ya conocido y abrir ventanas y puertas. En el género novelesco hay una veta inmensa, teniendo como territorio recóndito la poesía, para relatar la complejidad de nuestro país y también las incidencias de la aldea global en que habitamos. La novela es un espacio para la totalidad. Los temas ya están, son inmodificables, pero hay que renovar las estructuras narrativas.
¿Con qué música de fondo recomienda leer esta novela?
La música hace parte de la nostalgia y también ambienta la vida. Me gustaría que se escuchara con Kind of blue, de Miles Davis, algunos tangos con el bandoneón de Aníbal Troilo, Influencia, de Charly García; Penélope, de Robi Draco; un mezcal y la voz recia y lastimada de Chavela Vargas o los violines de Bach. Y por supuesto, con la música del silencio.
¿Cuál es su próxima novela posible?
El hombre que no podía dormir, José Antonio Ramos Sucre, el gran poeta venezolano que se suicidó tomando sedantes en Ginebra (Suiza).
Juan Camilo Rincón*
ESPECIAL PARA EL TIEMPO
@JuanCamiloRinc2
* Periodista, escritor e investigador literario.

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