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Cultura

El último de los tres grandes de la televisión

Junto a Fernando Gómez Pacheco y Gloria Valencia de Castaño, Jota Mario presentó desde 1989 hasta 1991 el emblemático programa de televisión 'Los tres a las seis'.

Junto a Fernando Gómez Pacheco y Gloria Valencia de Castaño, Jota Mario presentó desde 1989 hasta 1991 el emblemático programa de televisión 'Los tres a las seis'.

Foto:Instagram: jotamariooficial

Con la muerte de Jota Mario se cierra una era dorada, en la que brillaron Pacheco y Gloria Valencia.

Armando Neira
Todo tiempo pasado fue mejor, dirían los mayores. Hubo un tiempo en el que los colombianos se sentaban frente a la pantalla chica para disfrutar de los programas de entretenimiento en los que además del contenido la balanza la inclinaba las formas. Y estas pasaban por una persona: el presentador.
La época dorada de la televisión colombiana fue marcada por el brillo propio de doña Gloria Valencia de Castaño –como la llamaban con respeto-, Fernando González Pacheco y Jota Mario Valencia, fallecido este jueves.
La audiencia los seguía a donde fueran y por lo que hicieran. Un día presentando las notas musicales de una orquesta, otro mostrando exóticos animales o con concursos en un set colorido. Si se mira con el prisma actual, podría decirse que se trataba de una televisión ingenua y provinciana. Puede ser. Aunque la mejor palabra para definirla es entrañable.
Eran tiempos en los que Netflix no mandaba y las series globales eran apenas una ficción de algunos realizadores.
El más querido posiblemente fue Pacheco (13 de septiembre de 1932 - 11 de febrero de 2014) que nació en el hogar de Doroteo González-Pacheco y de Inés Castro Montejo, y llegó desde su natal Valencia, España, a Colombia en 1936.
En 1950, terminó bachillerato en el colegio Hispano Americano, fue campeón de tenis de mesa y boxeador profesional, intentó estudiar una carrera, pero prefirió, en 1954, vincularse, como camarero, a la Flota Mercante Grancolombiana.
A comienzos de 1956, el dueño de la recién fundada programadora PUNCH, Alberto Peñaranda Canal, lo vio cantar en un barco procedente de Nueva Orleans y le propuso que se convirtiera en animador, fulgurante carrera que inició con el programa 'Agencia de artistas', en marzo de ese año, y que durante 43 años le dio el título de primer presentador de la televisión, medio en el que hizo literalmente de todo. Su secreto, en palabras de Bernardo Romero Pereiro, “ser el mismo”.
La primera dama de la TV era doña Gloria Valencia (27 de julio de 1927 - 24 de marzo de 2011) . De ella escribió su nieta María López en la revista SEMANA: “Su voz fue descubierta por el presidente Eduardo Santos y con ella comenzó en la Radio Nacional leyendo cuentos a los niños. Su talento cautivó al director de Radioteatro Bernardo Romero Lozano, quien le propuso lo que le cambiaría la vida y marcaría su existencia y la de los colombianos: hacer televisión”.
“Contaba ella –agrega López- que fue así como se trasladó a los fríos estudios del sótano de la Biblioteca Nacional y se encontró con un equipo de cubanos muertos del frío, se paró frente a una anacrónica cámara más parecida a un tanque de guerra y presentó su primer programa de entrevistas, enfrentada nada más y nada menos que al poeta León de Greiff”.
¿Por qué triunfó? López dice que “tuvo la habilidad de enseñarle a un país entero, a través de una pantalla, la importancia de la música, la literatura y el arte y lo fundamental que es el cuidado de la naturaleza para nuestra existencia, en el mismo tono en el que nos enseñaba a nosotros, sus nietos, tantas lecciones y tantos poemas que hoy me quedan en la memoria”.
Y, claro, “será recordada por su belleza, su carisma, su elegancia, su cultura. Siempre se dirigió a su público con una claridad impecable. En sus entrevistas, su magia lograba que tanto el entrevistado como el oyente, sin distingo de edades, de estratos o de cargos, se embelesaran ante la conducción de un diálogo fluido y enriquecedor”.
Junto a ellos hizo sus primeros pinitos Jota Mario Valencia. El conductor, de 63 años, que falleció este jueves. Con su partida se cierra un ciclo que nunca volverá.
CULTURA
@CulturaET
Armando Neira
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