Alicia Christian Foster, mejor conocida como Jodie Foster, nació para ser estrella. O por lo menos así lo decidió su mamá porque, de otra manera, en su casa hubieran pasado por momentos muy complicados.
Jodie y su madre, Evelyn Ella ‘Brandy’ Almond, tuvieron una intensa relación —célebremente famosa—, ya que fue su mánager durante buena parte de la carrera de la famosa actriz y directora de 58 años de edad.
‘Brandy’ se divorció del padre de Foster, Lucius, un ex teniente coronel de la Fuerza Aérea estadounidense, poco antes de que naciera Jodie, la menor de cuatro hermanos. Con el fin de ayudar a mantener a la familia, la señora Almond propuso a su hija pequeña para una audición tan pronto ella aprendió a caminar. “Mi madre solía decir que siempre estaba asustada y no sabía por qué”, recuerda la actriz. “Decía que se despertaba en medio de la noche pensando: ‘¿Cómo voy a cuidar a mishijos?’.
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Por eso decidió trabajar en el medio del cine, por amigos que conocía, y por eso para ella fue muy importante darme esa oportunidad. Mi mamá pasó años y años sola. Y nunca más se volvió a casar. Nos crió a todos sola, por lo que siempre solía decir: ‘Bueno, soy hija única, por lo que realmente prefiero estar sola cuidando a mis hijos’”, explica la actriz.
De esa manera, Jodie Foster se convirtió en el sostén económico de la familia desde que prácticamente tuvo uso de razón. En el 2013, Jodie comenzó a perder a su madre a causa de demencia senil, por lo que, en su discurso, tras recibir un Globo de Oro por su trayectoria ese año, se dirigió a ella: “Mamá, sé que estás dentro de esos ojos azules en alguna parte y que hay tantas cosas que no entenderás de esta noche. Pero esto es lo único importante que debes saber: te amo, te amo, te amo. Y espero que, si lo digo tres veces, entre mágica y perfectamente en tu alma. Eres una gran mamá. Llévatelo contigo cuando finalmente estés bien para irte de este mundo”. ‘Brandy’ murió en el 2019.

Hace 45 años (a sus 13), dejó huella indeleble en Hollywood con su papel en Taxi Driver. Hace 30, trascendió la escena cinematográfica con su impresionante actuación en El silencio de los inocentes.
Cortesía Mario Amaya
Jodie Foster nació en Los Ángeles, California, el 19 de noviembre de 1962. A los tres años de edad ya era modelo de comerciales y anuncios de revistas. Como actriz, hizo su debut en 1968, a los cinco años de edad, en la comedia televisiva Mayberry R.F.D.
Trabajó en otros papeles televisivos a finales de los 60 (incluida la legendaria serie Bonanza) y principios de los 70, antes de aparecer en pequeños papeles cinematográficos que la llevaron en 1976 a su gran éxito en Taxi Driver, de Martin Scorsese, en la que apareció como una niña prostituta. Gracias a su impresionante intervención se ganó su primera nominación al Óscar a mejor actriz de reparto.
Después de actuaciones destacadas en Bugsy Malone (con el que ganó el premio Bafta), Freaky Friday y Candleshoe, luchó por hacer la transición a papeles adultos hasta interpretar el papel de víctima de violación en The Accused, en 1988, que le valió su primer Premio de la Academia a mejor actriz y su primer Globo de Oro.
Tres años después, asumió su papel más icónico: Clarice Starling, una joven detective del FBI que busca la ayuda del Doctor Lecter (Anthony Hopkins), con el objetivo de aprisionar a otro asesino en serie conocido como ‘Buffalo Bill’. Por cuenta de su memorable interpretación en El silencio de los inocentes —que este año cumple 30 años—, Jodie ganó su segundo Óscar y su segundo Globo.
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No contenta con el hecho de estar en la cresta de la ola en su carrera como actriz, Foster se lanzó a la dirección y, en 1991, estrenó Little Man Tate, seguida de Nell, en 1994, y Contact, en 1997. Y la crítica la recibió bien.
Con el cambio de siglo, Foster decidió darse un leve receso en la industria. Pero no pasó mucho tiempo antes de que volviera a la senda del triunfo, protagonizando los éxitos Panic Room (2002), Flightplan (2005), Inside Man (2006) y The Brave One (2007); así como dirigiendo The Beaver en el 2011 y Money Monster en el 2016.
También dirigió episodios de series icónicas como House of Cards, Black Mirror y Orange Is The New Black, el último de los cuales le valió una nominación al Emmy como mejor dirección para una serie de comedia.
Más recientemente, “la dama dorada” volvió a actuar en la película futurista Hotel Artemis, en 2018, y este año apareció en la película de intriga política The Mauritanian (2021), lo que la llevó a ganar su cuarto Globo de Oro (sumado el Globo por su trayectoria), el pasado 28 de febrero.
Más allá de su extensa carrera, fama y fortuna, Jodie Foster siempre ha parecido una estrella de cine un poco reticente, como si siempre estuviera alejada de los focos, ante lo cual siempre ha argumentado que no es realmente tan así porque ha entregado todo en las películas, que han sido “todo lo que siempre quise hacer”.
Pero la fama siempre la golpeó, particularmente en su adolescencia, inmediatamente después de estrenarse Taxi Driver. “Ese tiempo fue incómodo. La fama es algo que nunca he buscado, ni he disfrutado. De hecho, la he tratado de evitar toda la vida”. Gracias a ese sentimiento, cuando tenía 20 años, Foster dejó la actuación por un tiempo para estudiar literatura inglesa en la universidad de Yale. En 1985 se graduó magna cum laude en Literatura inglesa.
Recuerdo que en mi niñez me preguntaban qué me gustaría ser cuando fuera grande y yo decía que me gustaría tener mi silla de directora
Cuando volvió al cine, comenzó una racha de éxito extraordinaria y prolongada, fundó su propia casa productora y dirigió su primera película. Simplemente pensaba que podía poner su talento en cualquier cosa. “Creo que lo que sucede cuando uno va madurando es que tiene muy claro lo que se quiere hacer y lo que no se quiere hacer”, dice. “Cuando era joven, pensaba que podía hacer hasta dibujos animados y musicales, pero una cosa es lo que uno cree que puede hacer, otra diferente es conseguir la forma indicada de hacer lo más conveniente”.
Por ese motivo, Jodie pensó por mucho tiempo que era más fácil para ella comprometerse con la inmersión total que requiere la dirección, ahora que sus dos hijos, Charles Bernard Foster, de 22 años de edad, y Kit Bernard Foster, de 19, son más independientes, sin dejar de lado la actuación. Ella crió a sus hijos con su expareja, Cydney Bernard, a quien conoció en el set de Sommersby, en 1993. Luego se separaron en el 2008. En abril del 2014, Foster se casó con la actriz y fotógrafa Alexandra Hedison.
El próximo mes de julio, en el marco de la 74 edición del Festival de Cine de Cannes, Jodie Foster será reconocida con una Palme d'Or por su trayectoria como actriz y directora. Entonces la leyenda continuará.
En los últimos años, sus papeles han sido más selectivos. ¿Por qué ha sido así?
Siempre supe que esto vendría y les advertí a todos que empezaría a ser increíblemente selectiva con mi trabajo. De eso ya hace años. En el segundo en el que decidí priorizar mi carrera como directora, ahí cambió mi forma de pensar. Y sabía que eso iba a suceder. Pero también coincidió cuando llegué a los 50 al saber que los roles que estarían disponibles para mí cambiarían. Entonces cambió sustancialmente el tipo de trabajo que quería hacer. Así que me puse a pensar en que tendría muchas ganas de llegar a tener 60, a 70 años y sentir que hay algunos personajes realmente geniales para interpretar a los 60 y 70. Y luego, recuerdo estar viendo una película donde me di cuenta y pensé “yo puedo interpretar a alguien de 60 o 70 y tener 50, ¿por qué tengo que esperar?” Así que sí, con el tiempo estoy más interesada en más partes de personajes y menos en tener toda la película en el set sobre mis hombros. Para mí, eso es más divertido. Creo que puedo arriesgarme más en la actuación y puedo investigar cosas que me interesan más.
¿Qué ha encontrado en la dirección que no podía conseguir como actriz?
Creo que siempre supe que nunca tuve personalidad de actriz. Soy un poco introvertida e interna. Me gusta leer. Disfruto analizar las cosas intelectualmente y tomar decisiones. Siempre ha sido un esfuerzo y un desafío para mí apagar mi cerebro para ser solo emocional, incluido en el plano físico. Habiendo dicho eso, creo que eso ha sido muy bueno para mí. Creo que soy una mejor persona, porque encontré mi manera de actuar cuando era niña y no creo que hubiera sido actriz en mis 20 años. Simplemente no creo que hubiera ido a la universidad y hubiera dicho: “Quiero ser actriz”. Quiero decir, no creo que haya ninguna parte de mí que realmente quisiera ser solo actriz. Hacerlo era formar parte de la realización de películas, que siempre me pareció fascinante. Y esa fue la habilidad que me dieron. Así que eso es lo que hice. Por eso mismo el tipo de preparación, la investigación que hago, el pensamiento que sigo es muy similar a lo que hago como directora, que siempre desde pequeña quise hacer. De hecho, recuerdo que en mi niñez me preguntaban qué me gustaría ser cuando fuera grande y yo decía que me gustaría tener mi silla de directora [risas]. Lo único es que a veces echo de menos actuar, y afortunadamente todavía puedo hacerlo.

Jodie Foster es uno de los cinco grandes personajes que trae la edición 107 de Revista Bocas, en la que Rodrigo García Barcha, el hijo de Gabo, es portada.
Revista BOCAS
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A pesar de llevar una trayectoria de su magnitud, ¿qué tan importante es escuchar a sus hijos conforme a sus decisiones de trabajo?
He estado haciendo esto durante mucho tiempo. Y así me siento cómoda tomando decisiones por mi cuenta. Creo que, especialmente en mi carrera, hay una parte de mí a la que no le gusta involucrar a mucha gente en la toma de decisiones sobre mi carrera. Prefiero que sea algo que hago con mis instintos. Mi mamá fue mi mánager cuando yo era una niña. Y ella y yo obviamente hablamos sobre las decisiones y las elecciones que tomé. Recuerdo que mi mamá me escuchaba y respetaba ciertas decisiones, pero hubo momentos en el que no dejaron de existir discrepancias. Y cuando nos separamos en términos de mi vida profesional, realmente no quise que nadie más tomara decisiones por mí. Pero hoy día hablo con mis hijos, y solo les comento lo que pienso hacer. Y ellos dicen, “¡oh, eso suena genial!”. A veces hago una película pensando en ellos sabiendo que realmente la apreciarán, quiero decir, lo sentí así cuando hice Hotel Artemis, porque sentí que realmente apreciarían esa película por su edad, son jóvenes. Además, mi único hijo es actor, por lo que entonces, hablaré un poco con él sobre mis planes conforme vaya madurando.
Entonces, ¿no trae sus personajes a casa? ¿Mantiene el entorno de hogar y de trabajo completamente separados?
Creo que sí. Creo que he aprendido a hacer eso. Es como una especie de habilidad que adapté a lo largo de los años. Todo el mundo lo hace de manera diferente, ya sabes, y cada personaje requiere algo diferente. Creo que lo que llevo conmigo es la obsesión, me obsesiono con una idea. Y, para ese período de tiempo, estoy hablando de todos los libros que estoy leyendo cuando preparo un personaje o un proyecto. Tienes que hacerlo, para tomar el tipo de decisiones que necesitas hacer tienes que estar obsesionado, así que llevo mi obsesión a casa, pero no creo que lleve a ningún personaje a casa.
De igual manera, ha dirigido episodios para series de televisión. ¿Qué tan diferente siente que es dirigir en ese medio?
Es mucho más complicado dirigir para cine, pero realmente disfruto dirigir episodios de televisión, disfruto poder hacer algo de ciencia ficción o una comedia o un thriller, y luego alejarme de eso. Es como si no tuviera que vivir con eso por el resto de mi vida. También siento que el mejor trabajo que se está haciendo en Hollywood en este momento se está haciendo para plataformas de streaming. Y quiero ser parte de eso, como lo hice con Black Mirror. Siento que ahí es donde están realmente las voces narrativas reales. Ahí es donde los escritores son reyes. Así que los directores tienen que aprender a servir a un escritor; a servir a un escritor, a un productor creativo, y me siento cómoda con eso. Las películas que hago generalmente descargan algún tipo de peso personal en la que estoy trabajando en mi propia vida y eso puede ser muy agotador y llevar mucho tiempo, y es muy difícil hacer que esas películas despeguen. Esas son diferencias grandes.
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Siento que el mejor trabajo que se está haciendo en Hollywood en este momento se está haciendo para plataformas de streaming. Y quiero ser parte de eso
¿Existe algún tipo de dirección que prefiera seguir en sus películas?
Siempre digo que actuar es como mi escuela de cine, ¿verdad? Porque pude trabajar con todos estos directores increíbles que trabajan de manera muy diferente a la mía. Y, sin embargo, he aprendido algo de ese proceso, por ejemplo, trabajar con David Fincher es 180 grados diferente a trabajar con Neil Jordan. Son dos estilos opuestos. Uno es una especie de poeta que está descubriendo cosas en el momento y no sabe lo que va a pasar hasta que sucede y se le ocurren cosas en el acto, y luego el otro es, por supuesto, increíblemente disciplinado y cuidadoso y lo tiene todo planeado milimétricamente. Y los amo a ambos, y he aprendido de ambos y de todos los directores como Spike Lee, Martin Scorsese, Alan Parker, Adrian Lyne, Chabrol, incluidos los directores primerizos con los que he trabajado; creo que he aprendido mucho.
¿Qué tanto se deja llevar por la nostalgia del pasado en su trabajo?
Sin los recuerdos no hay vida, definitivamente. Me encantaba ir a las salas de cine cuando era pequeña, y eso es todo lo que hacíamos. Mi familia era una familia de cine, porque en ese entonces no teníamos videocintas ni DVD. E ir al teatro era más complicado. Dicho esto, los hábitos de los cinéfilos han cambiado. Mis hábitos han cambiado. Ya casi no voy al cine. No he ido a un cine en un año debido a esta pandemia. Y tenemos que aceptar que la experiencia cinematográfica ha cambiado para mucha gente, pero es solo el medio. Ahora puedo ver todo en mi iPhone, y me alegra hacerlo en mi iPhone si ese va a ser el medio de ahora en adelante. Y creo que hay algunas ventajas reales en términos de distribución como las plataformas. No es una experiencia exactamente igual en inmersión, pero todos hemos visto venir esto durante mucho tiempo.
¿Se siente una persona nostálgica en general?
Soy muy nostálgica, sobre todo de mi familia, porque cambiamos y evolucionamos y las cosas que viviste son las que te hicieron a ti hoy. Y miras hacia atrás y creo que la belleza de la nostalgia es que no estás diciendo que necesitas que algo sea como era. No, solo estás diciendo: quiero revivir en la memoria algo por un tiempo y no necesito que mi ciudad o mi país retroceda. Pero creo que mantener vivo el tejido de lo que son tus vínculos es importante. Siempre es muy divertido cuando la gente habla de políticas de identidad y se aferra a su pasado de cómo eran los Estados Unidos. Y para mí, eso se trataba más de la familia, de ese recuerdo de mamá conduciendo hasta Taco Bell y éramos cuatro niños y luego uno de mis hermanos quería tacos y otros querían comida china y conducíamos a diferentes lugares por la comida que nos antojaba un fin de semana. Y cenábamos todos en el auto y mi mamá manejaba en Los Ángeles, pasaba por todas las casas en el área de Echo Park y nos decía cuando una casa era de arquitectura Tudor: “Y lo sabes por las vigas… Y eso es de estilo español”. Y mientras nos paseaba, todos comíamos o tomábamos un helado en el auto, todos comíamos nuestros pedidos y ella pasaba y nos mostraba Los Ángeles de esa época de mi niñez y sabíamos de qué se trataba la ciudad. Y hoy no necesito que mi vida sea así, pero es una referencia de quién soy hoy.
¿Hizo lo mismo con sus hijos?
Hicimos y hacemos cosas diferentes. Recuerdo que solía llevar a mis hijos a un safari de olores; les vendaba los ojos y los llevaba a diferentes lugares y ellos olían cosas. Entonces, en Beverly Hills solía estar la tienda de café Graffeo, que tenía barriles grandes de granos de café diferentes; íbamos a esa tienda de café. Y luego íbamos al lugar de jabones y luego íbamos a la pizzería y los llevábamos a los tres lugares y les hacíamos oler todo y hablábamos de los olores y cosas así. Y lo recuerdan.
¿Recuerda cuál fue la primera película que vio en el cine?
La primera película que recuerdo haber visto fue en un autocine, y yo estaba en la parte superior de la camioneta en un saco de dormir con uno de mis hermanos. Y estábamos viendo Doctor Zhivago. Ese es el primer filme que recuerdo. Sé que no es mi primera película, porque creo que hubo una película de los Beatles que fue mi primera película, pero no la recuerdo bien. Pero recuerdo al Doctor Zhivago y recuerdo que me dormí y luego me despertaba y todavía estaba todo como blanco, nieve y tundra, y luego me volvía a dormir, y luego me despertaba de nuevo y había más tundra helada [risas].
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Sé que habla francés fluidamente. A propósito, ¿ha tenido interés por filmar una película en lengua no inglesa?
De hecho, hice una película llamada Moi, Fleur Bleue, e hice una película italiana llamada Casotto. Pero sí, no he hecho tantas como quisiera. Ojalá lo hiciera, me gustaría hacer más películas extranjeras. No estoy tan interesada en hacer una gran película estadounidense que se filme en Francia; prefiero hacer una película francesa real. Eso es lo que le dije a Jean-Pierre Jeunet cuando me reuní con él, que le dije: “Mira, quiero estar en una película francesa real, no me interesa una película sobre estadounidenses que vienen a París o algo así”.
¿Cómo se siente al verse a sí misma tras realizar una producción?
No me importa verme en la pantalla; me siento bien, lo superé muy tempranamente. Empecé como actriz infantil, así que nos acostumbramos muy rápido a nosotros mismos. Creo que a veces a los actores adultos les resulta más difícil eso. Pero doblé al francés todas mis películas cuando era más joven, y luego llegué a cierta edad en la que ya no podía hacer que funcionara igual, así que ya no doblaba tantas de mis películas en francés como solía hacerlo.

La actriz ha ganado cuatro Globos de Oro y dos premios Óscar. Es, sin duda, una de las más grandes actrices y directoras en la historia del cine.
Cortesía Mario Amaya
¿Cuál es la parte que más disfruta de actuar?
Me gusta socializar con la gente que trabajo. Me gusta hablar con la gente y descubrir cosas nuevas. Me gustan las relaciones que tengo en el set. Sé que no se trata de actuar, sino de la idea de una pequeña compañía de circo que se junta y todos confiamos unos en otros, y todos estamos sentados en nuestras caravanas y trabajando juntos en algo. Creo que es la parte del equipo lo que amo más que a nada. Y cuando miro hacia atrás, en mis mejores recuerdos de hacer películas, en realidad se trata de todas esas personas y relaciones que entablé. Y cuando era joven, eran como padres y hermanos que me enseñaron a hacer cosas con la cámara y con el equipo de audio. Me enseñaron a dar las gracias. Eran como una familia sustituta, y creo que esa es la parte más importante para mí.
¿Cuál fue la película que cambió su vida?
Hay tantas, pero definitivamente The Deer Hunter fue una gran película para mí. Y muchas de las películas nouveau francesas de finales de los cincuenta y principios de los sesenta, que son pequeñas películas sobre personas, y esas son las que transformaron mi vida.
Es inevitable no tocar el tema de El silencio de los inocentes, ya que se cumplió recientemente el 30 aniversario de su lanzamiento. Y ahora se está haciendo un programa de televisión llamado Clarice. ¿Tiene algún vínculo con dicho proyecto?
No, personalmente, pero sí me lo mencionaron, pero estoy feliz de haberle dado a Clarice Starling mi mejor versión de ese personaje y estoy feliz de dejar que la gente se inspire para continuar con ese personaje y veamos qué se hace después de todo. Definitivamente, le echaré un vistazo y lo veré; tengo curiosidad.
¿Podría ir 30 años atrás y ver en retrospectiva el hecho de haber protagonizado una película tan importante en la historia de Hollywood?
Creo que lo sabía, realmente creía que era muy buena historia, pero no pensé que mi amor por el proyecto se traduciría necesariamente en un gran éxito, no sabía que tocaría tanto a otras personas. Y estoy muy orgullosa de ello. Creo que es una película de género, es una película de terror que puede ser sobre temas violentos. Siento que la película tenía un gran corazón y que vino del lugar correcto, que se trataba de héroes en medio de una profunda psicología. Y, en última instancia, creo que es por eso que El silencio de los inocentes tuvo tanto éxito, no por sus habilidades cinematográficas de género de terror y suspenso, sino porque proporcionó algo realmente profundo, verdadero y de sentido casi primitivo.
La razón por la que fuimos tan intimidantes mutuamente con Tony [Anthony Hopkins] fue porque estábamos separados casi todo el rodaje. Solo hicimos un ensayo y, créeme, él ya daba miedo
¿Cuál es el recuerdo más fuerte, ese que atesora más que otro después de esa experiencia?
Hay tantas partes diferentes que todavía son importantes para mí. Ya sabes, una vez más fue la gente, así que siempre pienso en Jonathan Demme. Él fue la visión de la película y fue capaz de identificar cómo hacer una película que fuera tan profunda y conmovedora como emocionante y entretenida. Y él también es un tipo muy agradable y muy divertido y cariñoso, así que para mí esa película siempre es solo Jonathan, solo me recuerda a Jonathan. Pero tiene muchas partes diferentes. Fue un rodaje largo, de casi seis meses y debido a que pasamos Navidad, día de Acción de Gracias y vacaciones y esas cosas, comenzamos en Quantico, Virginia, y luego cuando nos mudamos a Pittsburgh para el resto del rodaje, se convirtió en una película diferente. Ahora, de repente, estábamos fuera del FBI y estábamos en este paisaje más grande, luego nos mudamos a un set y era todo lo que era Anthony Hopkins. Así que recuerdo de nuestra interacción y todas sus cosas como en un compartimento. Creo que él solo trabajó, no sé, ¿tal vez dos semanas?, ¿algo así? Hicimos todo lo suyo de una sola vez y luego, justo después de eso, hicimos todo con el otro asesino, Buffalo Bill y el set de Buffalo Bill, porque esos eran nuestros dos sets. Entonces, se sintió como una película completamente diferente a la del set del FBI; simplemente fue un período de tiempo totalmente diferente, por lo que esas dos partes se sienten muy diferentes.
Anthony Hopkins dijo alguna vez que se sintió intimidado por usted en el set…
Creo que siempre fui yo misma. La razón por la que fuimos tan intimidantes mutuamente con Tony [Anthony Hopkins] fue porque estábamos separados casi todo el rodaje. No pudimos hablar entre nosotros ni nada, solo hicimos un ensayo y, créeme, él ya daba miedo. Y luego se fue y no regresó hasta que se comenzó a rodar y cuando comenzó todo lo encerraron en su celda de la prisión para que un día rodáramos todas sus cosas, y luego grabaríamos mis cosas un segundo día. Así que no pudimos interactuar y creo que eso es lo que nos hizo a los dos tener tanto miedo el uno del otro en aquel entonces.
¿Cómo es su vida fuera de las películas?
Bueno, tengo muchas cosas que hago de las que realmente no hablo, ¿verdad? Por ejemplo, Daniel Day-Lewis hace zapatos y yo hago otras cosas; no hago zapatos [risas]. Pero tengo una vida más amplia más allá de hacer películas y necesito estar presente para las personas en mi vida, y eso es importante para mí. No me di cuenta de que eso era tan importante para mí hasta que llegué a mis cuarenta. Bueno, probablemente teniendo hijos a los 35 no había forma de que me perdiera su graduación del jardín infantil o no quería perder la oportunidad de que mi hijo hablara de Dios en el asiento trasero del automóvil; simplemente quería estar allí. Y descubrí que esa necesidad de estar presente en la vida de las personas realmente ha crecido en mí y necesito estar presente en la vida de otras personas también, de mis amigos, mi familia, de la gente que me importa, de mi país. Y no estoy tan solo centrada en que las películas sean la única forma de servir, porque creo que hay muchas formas de servir a la comunidad donde uno vive, de muchas maneras.
Suena a una persona muy interesada por su alrededor.
Sí, y esas son buenas y malas noticias. Porque puedo ser demasiado controladora. Sé que con mis hijos lo fui, y se quejaban todo el tiempo por eso, y he tratado de mejorar en eso. Y sobre todo he tratado de trabajar en eso como directora porque siempre estás equilibrando dos impulsos como director y el primero es tener todas las respuestas, tener un plan, tomar decisiones. Pero quieres poder darle a la gente la libertad, la libertad artística dentro de eso para inspirarse, para desarrollarse artísticamente y para traerte cosas nuevas y sorprendentes que provienen de la libertad. Por eso siempre trato de equilibrar la idea de controlar y liberar a las personas.
¿Qué piensa de su futuro?
Siempre pienso en producir historias interesantes. Pero también tengo muchas ganas de actuar a los ochenta años de edad. Porque es algo que realmente puedes hacer, y hacer a los setenta y ochenta. Y puede que no esté en vallas publicitarias, pero creo que hay un trabajo realmente inusual e interesante por hacer a medida que se envejece.

Apertura de la entrevista de Jodie Foster en la edición 107 de Revista BOCAS, publicada en junio de 2021.
Revista BOCAS
Gracias por leernos.
Nos gustaría invitarle a leer otra entrevista BOCAS: Habla Rodrigo García Barcha, el hijo de Gabo.
POR: MARIO AMAYA
FOTOS: GETTY Y CORTESÍA MARIO AMAYA
REVISTA BOCAS
EDICIÓN 106. JUNIO - JULIO 2021