La increíble miniserie ‘Las cosas por limpiar’, protagonizada por Sarah Margaret Qualley, se ha posicionado en las producciones más vistas del momento.
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Lo sorprendente es que la historia está basada en hechos reales.
¿De qué trata ‘Las cosas por limpiar’? Alex, una madre soltera, lucha para poner a salvo la vida de su hija Maddy. La protagonista huye de su hogar dado que sufre maltrato por parte de su esposo.
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´Maid’ (o en español ‘Las cosas por limpiar’) es una serie original de Netflix que consta de 10 episodios. Fue estrenada el 1.° octubre de 2021.
Apenas diez días después de su lanzamiento en la plataforma de ‘streaming’, se convirtió en todo un éxito para los usuarios de Netflix.
El esperado rendimiento de la producción ha hecho que muchos se pregunten quién es Alex en realidad y de dónde provino la idea retratada en los capítulos.
Pues bien, la historia se inspiró en la vida de Stephanie Land, una reconocida escritora.
En 2019, Stephanie publicó su libro ‘Maid: Hard Work, Low Pay and a Mother's Will’, que podría traducirse como ‘Sirvienta: Trabajo duro, salario bajo y voluntad de madre’.
El texto fue un completo éxito y, con miras al estreno de la serie, la misma Land anunció que había sacado 100 copias más.
Ante la producción, Stephanie se mostró agradecida, pues confía que su historia llegue a muchos corazones y salve más de una vida.
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“Durante los últimos dos años y medio, he cruzado los dedos por este momento: abriría Netflix y vería la imagen de vista previa de la serie inspirada en mis memorias”, publicó la escritora en su cuenta de Instagram.
Y añadió: “Gracias por su entusiasmo por esta historia. Es uno que espero que salve vidas”.
Como toda historia, la vida de Land tiene un inicio. El suyo fue un tanto lúgubre.
No resulta ser como el de los cuentos de hadas.
Land creció en Estados Unidos, en un hogar poco agradable, pues la relación con su padre no era la más óptima.
Cuando tenía 16 años, Stephanie tuvo un tormentoso accidente de tránsito que le ocasionó secuelas traumáticas.
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Luego, ya un poco mejor de sus malestares físicos, vivió una difícil relación con quien sería el padre de su hija. Se enfrentó a un ‘segundo round’ del ambiente hostil de un hogar.
Stephanie decidió huir con su bebé y alejarse lo más posible de su ciudad natal.
Ese camino la llevaría a limpiar casas con el fin de sostener a su hija.
Su único propósito era salvar a la pequeña.
Land contó en charla con el portal de noticias ‘Vox’ que vivió muchas experiencias mientras limpiaba un sinnúmero de casas. Trabajó en tantas que más pronto que tarde perdió la cuenta.
Pese al esfuerzo, la paga no era muy buena. Diversos percances económicos le dejaban apenas un salario con el cual le alcanzaba a lo sumo para sobrevivir.
“Encontré pastillas para todo: dolor, ansiedad, insomnio, depresión, impotencia, alergias, hipertensión arterial, diabetes”, recordó la escritora.
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Conocía la vida de sus clientes y se enteraba de noticias que otros desconocían.
Claro que esto no era recíproco: las personas estaban tan centradas en su vida que trataban con indiferencia a Stephanie.
“(Con un cliente) Hablamos un rato mientras yo limpiaba sus electrodomésticos de acero inoxidable y encimeras de granito en la cocina (...) En realidad yo no le importaba de ninguna manera”, mencionó.
Después de dos años, Land dejó de trabajar en la empresa de limpieza y siguió con clientes privados, sin embargo, destacó que no se llegó a encariñar con sus jefes, puesto que muchos de ellos no la conocían.
Es más, ella asegura que la gran mayoría no supo que había sido reemplazada.
“Pronto gané lo suficiente con mis clientes privados como para dejar la empresa de limpieza por completo. Perdí esas casas, pero no hubo despedidas. No estoy seguro de si se dieron cuenta de que me habían reemplazado”, afirmó.
Su paso por el mundo de la limpieza, las casas solitarias, las vidas superficiales y el derroche de dinero le dejaron grandes enseñanzas y reflexiones.
“Empecé a ver el hecho de que no podía permitirme comprar aparatos electrónicos de lujo a mi hija como un lujo”, agregó. “Prometí nunca tener una casa más grande de la que yo mismo podría limpiar”.
Stephanie siempre quiso superar sus propias expectativas. Ella sabía que el oficio que realizaba para vivir solo se trataba de un puente para alcanzar sus sueños.
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Con la plata que ahorró, junto con algunos préstamos estudiantiles y becas, consiguió una licenciatura en inglés y escritura creativa en la Universidad de Montana.
Según reseñaron algunos medios locales, Land empezó escribiendo en blogs y otras plataformas discretas. Al graduarse logró formalizar su oficio como escritora y apoyó en ciertas publicaciones. Fue redactora, por ejemplo, del Center for Community Change.
Pero claro: la historia principal, esa que tenía que plasmarse, seguía en su mente. Cada día recorría sus pasos en su memoria con el fin de armar la gran historia que, en la actualidad, tiene ‘enganchados’ a los usuarios de Netflix.
El libro sobre su ‘vida y obra’ la catapultó a la fama. Cumplió su sueño y, sobre todo, salvó a su hija.
Lo logró ahora sí.
En la actualidad, Stephanie firma sus libros y cuenta su historia para ayudar a muchos que pasan por una situación crítica que les frena los proyectos.
“¡Muchas gracias al personal de Fact and Fiction por hacer realidad este sueño!. Y gracias a ustedes lectores por ordenar copias firmadas de ‘Maid’”, escribió Stephanie en su cuenta de Instagram tras una ‘oleada más’ de popularidad del libro.
Se sabe que en su ámbito personal las cosas también mejoraron. Le ‘creyó’ de nuevo al amor y ahora vive con su pareja Tim Faust.
Tiene cuatro hijos.
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