Según el portal 'Stop Bullying' reconocer las señales de alerta es un primer paso importante para actuar contra este tipo de maltrato. En Colombia existe la línea de atención al ciudadano del ICBF, 141, que sirve para hacer una denuncia o pedir orientación sobre casos de maltrato infantil, violencia sexual, acoso escolar, trabajo infantil o consumo de sustancias psicoactivas, entre muchas otras situaciones que amenacen o afecten la vida e integridad de un niño, niña o adolescente.
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Lesiones inexplicables
Cuando la persona está sufriendo de matoneo en su escuela es probable que vuelva a la casa con algún tipo de lesión o marca, como morados o traumatismos en la piel a causa del abuso al que está siendo sometido.
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Pérdida o daños en ropa, libros, dispositivos electrónicos o joyas
Es probable que las personas acosadoras roben o rompan algunas de las cosas de la persona abusada, por lo que si en más de una ocasión el niño(a) o adolescente llega a casa con sus pertenencias dañadas, no quiere hablar sobre el tema y el por qué sus implemento terminaron así, quizá se trate de un caso de 'bullying'.
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Dolores de cabeza o estómago frecuentes
Según los psiquiatras especializados en el tema, cuando una persona esta siendo sometida a matoneo tiende a sufrir del fenómeno psicomático, el cual consiste en cualquier tipo de lesión orgánica dependiente del estado de animo de la persona afectada, es decir, cuando alguien esta siendo abusado a nivel verbal o psicológico su cuerpo reacciona a los sentimientos de rabia e impotencia con enfermedades como dolores de cabeza, dolores estomacales, vomito y pérdida de peso.
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Cambios en los hábitos alimenticios En algunos casos, el acoso y la intimidación generan una angustia emocional tal que el niño o joven pierde el apetito. En otros casos puede suceder justo lo contrario, ya que el estrés también puede exacerbar el apetito.
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Calificaciones bajas, pérdida de interés en las tareas escolares
Según 'Stop Bullying', cuando se está siendo acosado y hay que lidiar día tras día con el miedo, la inseguridad e impotencia es difícil que alguien se concentre en los estudios, por lo que su rendimiento escolar suele disminuir.
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Pérdida repentina de amigos o deseo de evitar situaciones sociales
Si el menor de repente no quiere frecuentar a su grupo de amigos o ya no invita a nadie a casa, quizá está siendo víctima de matoeno. De hecho, se ha apreciado que los jóvenes más propensos son precisamente aquellos más retraídos y con menos habilidades sociales, ya que el grupo de amigos actúa como un agente protector.
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Sentimientos de impotencia o disminución de la autoestima
El acoso y la intimidación dañan profundamente la autoestima de una persona. Cuando se es ridiculizado o golpeado la persona se suele sentir indefensa, insegura e impotente, es normal que las personas que sufren de maltrato comiencen a pensar que no son lo suficientemente fuertes o inteligentes como para hacerle frente a la agresión. Por eso es importante prestar atención a las frases que el individuo usa para referirse a sí mismo.
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Comportamiento autodestructivo
Algunos niños dirigen contra sí mismos la frustración, el resentimiento y la ira que causa el acoso. Como resultado, pueden comenzar a manifestar comportamientos autodestructivos, como escapar de casa o autoflagelarse con cualquier tipo de objetos, heridas que tratarán de ocultar usando pantalones o camisas de manga larga.
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Dificultad para conciliar el sueño o pesadillas frecuentes
Cuando la intimidación ha tenido una gran repercusión el joven o niño puede presentar dificultad para dormir o pesadillas frecuentes, ya que, según psicólogos expertos, los sueños reflejan lo que las personas viven en su día a día.
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Malestar después de haber navegado por internet
En la actualidad muchos casos de intimidación y acoso se llevan a cabo a través de las redes sociales. Por eso, es importante prestar atención a la reacción de los jóvenes cuando reciben cualquier tipo de mensaje o cuando termina de navegar por internet.