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Gente

'Pagué un viaje muy caro para que mi pareja se acostara con otra'

En medio de mi dolor pude vengarme durante el viaje

En medio de mi dolor pude vengarme durante el viaje

Foto:iStock

#MensajeDirecto: 'Hice hasta lo imposible para hacerlo feliz, pero me fue infiel en la cara'.

ANÓNIMO
Regresó #MensajeDirecto, un formato con el que EL TIEMPO busca darles un espacio a sus lectores para contar aquellas historias de amor o vivencias personales que se consideran poco comunes. Aunque usted no lo crea, alguien se identificará con su relato. No olvide que, en medio de las diferencias, todos reímos y sufrimos en el mismo idioma. Conozca esta nueva historia.
No me arrepiento porque las cosas salieron muy mal y yo me di cuenta de la clase de persona con la que salía.
La historia inicia casi antes de la pandemia, cuando yo tenía un ‘casi algo’, de esos que al final no valen nada. Yo estaba muy ‘tragada’ de Gabriel y él aparentaba quererme mucho, pues me decía cosas bonitas como ‘amor’, ‘bebé’ y ‘te amo’.
Cuando inició la cuarentena, yo no tenía trabajo, mientras que él pudo conservar el suyo. Vernos era un poco complicado debido a las restricciones que existían para la época, pero igual hablábamos por chat.
En un momento se creó un grupo en WhatsApp en el que varios de nuestros amigos en común estaban organizando un viaje para reencontrarnos unos meses más adelante, hablar de nuestras vidas y pasar un momento agradable.
Yo seguía sin trabajo, así que hice caso omiso e intenté evadir el chat durante unos días, pero mi estrategia falló y Gabriel comenzó a insistir en que fuera. Así que, sin un peso, decidí aceptar la invitación. Tenía alrededor de tres meses para reunir el dinero, no se veía imposible.
Conseguí muchos trabajos, pero de esos temporales: pintaba muebles, hacía manualidades, trabajos universitarios, entre otros.
Sin embargo, el dinero no era suficiente y yo ya comenzaba a molestarme porque para él sonaba fácil conseguir casi un millón de pesos. Con un trabajo estable cualquiera lo haría.
El tiempo se acortaba cada vez más y ya estaban pidiendo en el grupo una parte del dinero para comenzar a apartar el lugar y el transporte. La primera cuota era de 300.000 pesos y yo la pude dar sin problema, pero todavía me faltaban 600.000 pesos que no tenía.
‘Era el amor de mi vida, la relación se tornó violenta y no me le puedo acercar’

‘Era el amor de mi vida, la relación se tornó violenta y no me le puedo acercar’

Foto:iStock

Yo iba con el dinero justo, no me podía gastar nada de más

La primera aclaración que hicieron en el grupo es que no habría devolución del dinero porque se iba a alquilar una finca, así que ya tenía que conseguir el resto.
Comencé a trabajar con más intensidad hasta el punto que me salían ampollas en los dedos. Hacía más trabajos universitarios, pero solo me pagaban hasta obtener la calificación y tenía tantas manualidades para Amor y Amistad que se me comenzaron a ‘congelar las manos’.
Finalmente llegó el viaje, en plena temporada alta porque era el único momento en el que todos podían ir un fin de semana. Yo iba con el dinero justo, no me podía gastar nada de más.
Nos reunimos en el punto de encuentro, éramos aproximadamente siete personas las que íbamos a ir al dichoso viaje. Habíamos llegado al punto de encuentro varios, pero misteriosamente faltaba Gabriel junto a otras dos personas.
Intenté escribirle varias veces, ya que teníamos el transporte alquilado y el conductor tenía una hora fija para salir. Pero la sorpresa que me llevé fue mayor. Después de esperar un buen rato y que el conductor se enojara por los retrasos, llegaron dos parejas de la mano: su amigo Carlos y su novia, y Gabriel al lado de una misteriosa mujer, Clara.
No sabía qué hacer, ni cómo tomar la situación. Ya con todo pago y con un pie en la finca, no había punto de retorno, tenía que morderme la lengua e intentar comprender. No iba a hacer una escena, qué vergüenza con mis otros amigos. Cuando la presentó, solo dijo que era “una amiga”.
Así que empaqué mi vida en dos maletas. Iba rota, con solo 50 mil pesos en el bolsillo y el objetivo de organizarme.

Así que empaqué mi vida en dos maletas. Iba rota, con solo 50 mil pesos en el bolsillo y el objetivo de organizarme.

Foto:iStock

Nos subimos a la van y ellos se sentaron justo detrás de mi silla. Solo pensé: “¿Él lo hizo a propósito?”. No quería prestarle más atención a la acaramelada pareja, así que me puse a hablar con mi amiga Laura durante todo el viaje.
Cuando llegamos a la finca, todos descargamos maletas en la habitación más grande, comimos algo y propuse jugar un juego de mesa que me había inventado para que todos la pasáramos bien. No me iba a amargar.
Todos aceptaron, acercaron sillas y con unas fichas y un dado comenzamos a lanzar. El juego se trataba de varios retos ‘picantes’ que teníamos que cumplir y, como yo lo había hecho, tenía que iniciar y explicarlo.
Mi primer número fue el uno y en la casilla decía “shot o prenda”. Decidí quitarme el brasier. Así fueron avanzando las rondas, entre muchas risas, bailes, tragos y retos absurdos. Gabriel solo me miraba con su cara de odio y me iba a odiar más cuando le tocara el reto a Clara.
Un poco borracha, ella cayó en la casilla que decía “10 minutos en el paraíso”. Con una sonrisa perversa, propuse que no fuera con él, sino que fuera a la suerte, el hombre que sacara el número mayor. Para pena de él, le tocó con uno de sus amigos, Pablo, y la situación se puso más candente.
Seguimos jugando y ya ni sabíamos cómo contar las casillas, solo nos retábamos los unos a los otros. No sé cuánto tiempo pasó, pero en un punto nos dimos cuenta que los dos, Clara y Pablo, no habían regresado y vaya sorpresa que nos llevamos todos: los encontramos durmiendo desnudos.

Decidí averiguar por mi cuenta lo que estaba ocurriendo, pues más decepcionada no podía estar

Yo no supe qué hacer, me quería reír viendo su cara de molesto al ver que uno de sus amigos había estado con la chica que llevó. A todos nos dio pena levantarlos del ‘arrunchis’, así que los dejamos ahí hasta el otro día. El juego se terminó y todos nos fuimos a dormir.
A la mañana siguiente, Gabriel y Clara tuvieron una fuerte discusión. Desde ese momento, él ya no la dejaba sola en ningún lugar. Yo seguí disfrutando de la piscina y de la comida (porque bien caro sí me había salido todo), pero de un momento a otro me picó la curiosidad, pues ellos no estaban.
Decidí averiguar por mi cuenta lo que estaba ocurriendo, pues más decepcionada no podía estar, y si estaban en ese viaje, no era solo para darse compañía.
Los busqué en varias habitaciones, pero todas estaban abiertas y sin personas, hasta que escuché ruidos raros en uno de los baños y sabía que estaban allí. Le di la vuelta a la casa, ya que había una ventana y allí estaban. El hombre que ‘me quería con su vida’ y la ‘amiga’ del paseo. Solo me retiré porque me dio asco.
Regresé a la piscina, sabiendo que todo entre nosotros se había terminado, seguramente nunca hubo nada, pero sabía que después de eso él me iba a buscar y que debía mantenerme firme en mi decisión.
La señora entró a la habitación y nos encontró a ambos desnudos en la cama.

La señora entró a la habitación y nos encontró a ambos desnudos en la cama.

Foto:iStock

Viajamos de regreso, cada uno se fue para su casa y no le hablé durante varios días. Mágicamente él me preguntó por chat: “¿Te pasa algo?¿Estás enojada?”. Internamente solo trataba de comprender si este hombre tenía la capacidad mental para darse cuenta de lo que hizo o si era tan cínico que solo quería preguntar si había sentido dolor con lo que había hecho.
Decidí no responder nunca más y me liberé de él. Meses después me di cuenta de que Clara tenía otra pareja, que Gabriel se había quedado sin empleo y que mi vida era mejor.
¿Tiene una historia de amor curiosa o poco común? Nos interesa conocerla y publicarla en #MensajeDirecto. Escríbala y envíela a los correos mararb@eltiempo.com y niccor@eltiempo.com y lo contactaremos. Debe tener un mínimo de extensión de dos hojas y un máximo de cuatro hojas.

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