Disfrazarse es el arte de transformarse y ocultar nuestra identidad para dar rienda suelta a la diversión. Es un juego donde asumimos ser aquello que no nos atrevemos ser o que quisiéramos ser o que nos asusta.
Tanto niños como adultos pueden disfrutar de este cambio por un día en Halloween. Pero a veces la creatividad y el dinero no fluyen como en los cuentos de hadas, entonces hay que recurrir a lo artesanal y práctico sin perder impacto.
Hacer su propio disfraz o el de los niños se puede convertir en una entretenida actividad en familia, siendo recursivos y no gastando mucho.
Aquí les damos ideas para salir de ese apuro de no tener un disfraz o dinero para invertir en él.
Una bruja encantadora
- Satín o dacrón negro - Camiseta negra - Aguja e hilo - Silicona - Tijeras - Cartulina negra
¿Cómo hacerlo?
Para hacer la túnica, tome la medida del cuerpo de la niña desde el cuello hasta donde quiera que vaya el largo del traje, y corte la tela según la medida; cree un molde estilo costal. Cosa por los lados y por el revés, dejando los espacios para el cuello y las manos. Si sobra tela, puede coserla sobrepuesta para dar mayor volumen.
Para el toque final, puede maquillar a la pequeña destacando sus ojos y labios con color negro y dele detalles de vejez en su rostro con un lápiz negro.
Un esqueleto de ultratumba
- Camiseta negra de manga larga - Pantalón negro - Guantes negros - Zapatos negros - Fieltro blanco - Tijeras, pegante y maquillaje
¿Cómo hacerlo?
Corte el fieltro blanco en forma de huesos humanos para hacer el cuerpo del esqueleto. Recuerde que son cortes dobles, para la parte delantera y trasera. Luego, con pegamento (o cosidos con hilo blanco), adhiera los huesos a las prendas negras (camiseta, pantalón y guantes). Ahora, maquille el rostro de blanco, con ojeras marcadas en negro.