(Esté atento: hasta el 24 de diciembre podrá leer cada uno de los días de la Novena de Aguinaldos en EL TIEMPO).
La Arquidiócesis de Bogotá comparte el orden de las oraciones para el día tercero:
1. Villancico
2. Oración para todos los días
3. Villancico
4. Consideración del día
5. Gozos
6. Oración a la Virgen María
7. Oración a San José
8. Oración al Niño Jesús
9. Villancico
Lea: Novena de aguinaldos: primer día, 16 de diciembre
Primer día de la novena de aguinaldos: oraciones, gozos y villancicos
Campana sobre campana,
Y sobre campana una,
Asómate a la ventana,
Verás el Niño en la cuna.
Belén, campanas de Belén,
Que los ángeles tocan
Qué nueva me traéis?
Recogido tu rebaño
A dónde vas pastorcillo?
Voy a llevar al portal
Requesón, manteca y vino.
Belén, campanas de Belén,
Que los ángeles tocan
Qué nuevas me traéis?
Campana sobre campana,
Y sobre campana dos,
Asómate a esa ventana,
Porque ha naciendo Dios.
Belén, campanas de Belén,
Que los ángeles tocan
Qué nueva me traéis?
(Le puede interesar: 2020 se despide con una 'estrella de Belén' única en 800 años).

Oración para todos los días.
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Bondadoso Dios de infinita caridad, que tanto amaste a los hombres, que les diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen, naciera en un pesebre para nuestra salud y remedio.
Nosotros, en nombre de todos los mortales, te damos infinitas gracias por
tan soberano beneficio. En retorno de él te ofrecemos la pobreza, humildad y demás virtudes de tu Hijo humanado, suplicándote por sus divinos méritos, por las incomodidades con que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre,
que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con total desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.
(Se reza tres veces el Gloria al Padre).
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por lo siglos de los siglos. Amén
(Además: ¡Ojo! Vea cómo la covid-19 puede propagarse en sus reuniones navideñas).
Hacia Belén va una burra, rin, rin,
Yo me remendaba yo me remendé
Yo me eché un remiendo yo me lo quité,
Cargada de chocolate;
Lleva en su chocolatera rin, rin
Yo me remendaba yo me remendé
Yo me eché un remiendo yo me lo quité,
Su molinillo y su anafre.
Ay María, María, ven a acá corriendo
Que el chocolatillo se lo están comiendo
Ay María, María, ay ven a acá volando
Que el chocolatillo se lo están jalando
Hacia Belén va una burra, rin, rin,
Yo me remendaba yo me remendé
Yo me eché un remiendo yo me lo quité,
Cargada de chocolate;
Lleva en su chocolatera rin, rin
Yo me remendaba yo me remendé
Yo me eché un remiendo yo me lo quité,
Su molinillo y su anafre.
(Puede leer: 'Papá Noel' habría contagiado de covid-19 a más de 50 niños).

Tercer día de Novena
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Vencer nuestros miedos
Leamos la Palabra de Dios
José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, pensó abandonarla en secreto, ya lo tenía decidido cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas en recibir a María por esposa, pues la criatura que espera es obra del Espíritu Santo (Mt 1,19 -20)
Las situaciones de crisis como la pandemia nos llevan con frecuencia a releer nuestra vida y los acontecimientos con nuevos ojos y a abrirnos a los cambios de planes. Nuestra vida hasta antes de esta crisis estaba muy organizada y como que lo imprevisto, la enfermedad y la muerte nos parecían cosas muy lejanas. Todo lo que ha sucedido nos obligó a adaptarnos y a responder creativamente ante los retos como, por ejemplo, el trabajo o la educación virtual de los niños y jóvenes desde las casas. A veces estos ajustes provocan tensiones y aún conflictos.
Algo así habría podido suceder en la casa de la familia de Nazaret. José llegó a pensar que había sido víctima de infidelidad, que su prometida se había comportado injustamente con él. Sin embargo, cuando José se disponía a apartarse discretamente de María, reconoció la voz de Dios en el ángel, que le invitaba a una nueva forma de ver y vivir las cosas. Se trataba de darle un giro a su vida que, desde la perspectiva humana, no iba a ser fácil y que implicó un cambio de planes.
(Puede ver: Desplazamientos seguros, una prioridad en esta Navidad).

Navidad.
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José, después del sobresalto inicial, interpretó adecuadamente y con esperanza lo que le había sucedido y asumió los cambios de planes por la misión que Dios le encomendó. De esta manera prestó su colaboración a la obra divina de la redención.
El Señor nos invita durante estos días a leer lo que estamos viviendo con esperanza, a recoger los aprendizajes que hicimos a lo largo de este año. No podemos, después de todo lo que hemos vivido, simplemente volver a lo de antes. Es necesario confiar en que un mundo mejor es posible, abrirnos a la novedad y colaborar con Dios.
Dios nos marca el ritmo de la esperanza, para que dejemos de lado los miedos, las desconfianzas y los temores. A los que aman a Dios todo les sirve para el bien. Abrámonos con confianza a la novedad divina y colaboremos también nosotros en la obra que Dios quiere realizar en nuestro mundo. No permitamos que los cambios y las tensiones sociales que vivimos generen violencia u hostilidad. Que lo que estamos viviendo nos una en la búsqueda del bien común. Sólo si estamos unidos podremos superar positivamente la difícil situación por la que estamos atravesando.
Demos un paso en dirección hacia la Palabra
“Superemos nuestros miedos y prejuicios, abrámonos a lo nuevo y cultivemos la fraternidad”
(Además: Navidad en tiempos de pandemia).

Gozos.
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Dulce Jesús mío, mi Niño adorado,
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
(1) ¡Oh Sapiencia suma1 del Dios soberano,
que a infantil alcance te rebajas sacro!
¡Oh Divino Niño, ven para enseñarnos
la prudencia que hace verdaderos sabios!
(2) ¡Oh Adonaí2 potente que a Moisés hablando,
de Israel al pueblo diste los mandatos!
¡Ah! ven prontamente para rescatarnos,
y que un Niño débil muestre fuerte brazo!
(3) ¡Oh raíz sagrada de Jesé3, que en lo alto
presentas al orbe tu fragante nardo!
¡Dulcísimo Niño que has sido llamado
lirio de los valles, bella flor del campo!
(4) ¡Llave de David4 que abre al desterrado
las cerradas puertas de regio palacio!
¡Sácanos, Oh Niño, con tu blanca mano,
de la cárcel triste que labró el pecado!
5) ¡Oh lumbre de Oriente5, sol de eternos rayos,
que entre las tinieblas tu esplendor veamos!
¡Niño tan precioso, dicha del cristiano,
luzca la sonrisa de tus dulces labios!
(6) ¡Espejo sin mancha, Santo de los santos,
sin igual imagen del Dios Soberano!
¡Borra nuestras culpas, salva al desterrado
y, en forma de Niño, da al mísero amparo!
(7) ¡Rey de las naciones, Emmanuel6 preclaro,
de Israel anhelo, Pastor del rebaño!
¡Niño que apacientas con suave cayado
ya la oveja arisca, ya el cordero manso!

Día de velitas
EL TIEMPO - Néstor Gómez
(8) ¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto
bienhechor rocío, como riego santo!
¡Ven hermoso Niño, ven Dios humanado!
¡Luce hermosa estrella, brota, flor del campo!
(9) 7¡Ven, que ya María previene sus brazos,
do su Niño vean, en tiempo cercano!
¡Ven, que ya José, con anhelo sacro,
se dispone a hacerse de tu amor sagrario!
(10) ¡Del débil auxilio, del doliente amparo,
consuelo del triste, luz del desterrado!
¡Vida de mi vida, mi Dueño adorado,
mi constante amigo, mi divino hermano!
(11) ¡Véante mis ojos de Tí enamorados!
¡Bese ya tus plantas! ¡Bese ya tus manos!
¡Prosternado8 en tierra, te tiendo los brazos,
y aún más que mis frases te dice mi llanto!
¡Ven, Salvador nuestro, por quien suspiramos,
ven a nuestras almas, ven no tardes tanto!
(Le puede interesar: No se pierda los pesebres más creativos y mágicos del mundo).

Oración a la santísima Virgen.
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Soberana María, que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera por madre suya, te suplicamos que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo hicieran esta
novena, para el nacimiento espiritual de tu adorado Hijo.
¡Oh dulcísima Madre! Comunícanos algo del profundo recogimiento y divina ternura con que le aguardaste, para que nos hagas menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.
(Se reza tres veces el Avemaría)
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo.
Bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
(Además: Cinco opciones para celebrar las cenas de Navidad y Año Nuevo).

Oración a San José.
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Oh santísimo José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús! Infinitas gracias damos a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Te rogamos, por el amor que tuviste al Divino Niño, nos abrases en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina Esencia le veamos y le gocemos en el cielo. Amén.
(Se reza tres veces el Padrenuestro)
Padre Nuestro, que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
(Puede leer: Las recomendaciones y restricciones para festividades de fin de año).

Oración al Niño Jesús.
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Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: "Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado".
Llenos de confianza en Tí, oh Jesús, que eres la misma verdad, venimos a presentarte toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada.
Concédenos por los méritos de tu encarnación y de tu infancia, la gracia de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a Ti, ¡oh Niño omnipotente!, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza y de que en virtud de tu divina promesa,
acogerás y responderás favorablemente nuestra súplica. Amén.
(Se reza una Gloria al Padre)
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por lo siglos de los siglos. Amén
(Siga leyendo: Un árbol de luz para la Navidad de Colombia).
Zagalillos del valle, venid,
pastorcitos del monte, llegad.
La esperanza de un Dios prometido,
ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá.
La esperanza, la gloria y la dicha
la tendremos en Él, ¿quién lo duda?
Desdichado de aquel que no acuda
con la fe que le debe animar.
Zagalillos del valle, venid,
pastorcitos del monte, llegad.
La esperanza de un Dios prometido,
ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá.
Nacerá en un establo zagala,
pastorcitos venid, adoremos,
hoy venimos y luego volvemos,
y mañana los puede salvar.
Zagalillos del valle, venid,
pastorcitos del monte, llegad.
La esperanza de un Dios prometido,
ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá.
(Lea aquí la Novena de Aguinaldos del día primero para este 2020).
(Lea aquí la Novena de Aguinaldos del día segundo para este 2020).
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